VOYEURS

A las once de la noche llegaron a un motel de carretera dos chinitas y una española. (tres bombones) La española, le preguntó a Lucrecia, la dueña y casual recepcionista del motel:
-¿Tiene una habitación libre?
-Sí, me pueden enseñar el DNI?
La española le enseñó el DNI y las chinitas el pasaporte. Tenían las tres la misma edad, 18 años.

Leer más

LAS LESBIANAS

Iba a cerrar el bar de copas. Yo estaba de morros con mi vieja y no quería ir a dormir a casa. Sentado en un taburete al lado de la barra, se me acercaron dos preciosidades, cogidas de la mano. Una era rubia y la otra morena. No creo que llegara a los 20 años. La rubia me dijo:
-¿Te gustaría mirar como lo hacemos mi amiga y yo?
-¿Es una broma?
-No. Nos gusta que nos miren cuando nos corremos.Te puedes hacer una paja,  y sacudir la banana una vez o dos o las que te den la gana, pero, eso si, de tocarnos nada.

Leer más

Culeado a las 4 de la madrugada, en aseo público.

Eran las 3, o 4 de la mañana, cuando cansado de buscar quien me diera por el culo, o alguien que me deslechara, estaba a punto de marchar para casa. Encontré mi válvula de escape, mi pollón descomunal, relatos xxx gay para demostrarme una vez más, lo que me gusta que me den por detrás.

Leer más

EL EYACULADOR PRECOZ

Chicas durmiendo en tanga

Llegué a casa del colegio a las siete. Mis padres estaban trabajando. Fui a la habitación de mi hermana para que me ayudase a hacer los deberes… Estaba con las contras cerradas. Su habitación estaba oscura. La vi desnuda, con las piernas abiertas. Dormía. Me acerque.

Leer más

ERAN LAS ONCE DE LA NOCHE

Eran las once de na noche…Mi madre se había enfadado con mi padrastro y se fuera de copas con sus amigas. Yo estaba en cama, caliente. Desnuda sobre la cama, me empecé a masturbar… Sentí los pasos de mi padrastro acercarse a mi habitación. Vi como se movía la manilla de la puerta. Cerré los ojos, para disimular que lo oyera venir. Pasaron unos segundos. Yo seguía masturbándome´y gimiendo. Como mi padrastro no venía a mi lado, abrí los ojos. Estaba en la puerta. En su mano tenía una polla inmensa, o a mi me lo pareció, ya que no había visto otra antes.
-Ven, papi -le dije.

Leer más