Iba a cerrar el bar de copas. Yo estaba de morros con mi vieja y no quería ir a dormir a casa. Sentado en un taburete al lado de la barra, se me acercaron dos preciosidades, cogidas de la mano. Una era rubia y la otra morena. No creo que llegara a los 20 años. La rubia me dijo:
-¿Te gustaría mirar como lo hacemos mi amiga y yo?
-¿Es una broma?
-No. Nos gusta que nos miren cuando nos corremos.Te puedes hacer una paja, y sacudir la banana una vez o dos o las que te den la gana, pero, eso si, de tocarnos nada.
Yo 47 y él 23, pero que cogida señores… que cogida!!!
A petición de un amigo, conozco a un Jared, entre maduro y joven, un tipo muy atractivo que me coge de una manera tan placentera y brusca que cogimos sin cesar hasta que nos vinieron a tocar la puerta del hotel… Es un sábado caluroso del mes de enero en mi querido San Pedro Sula, … Leer más