ERAN LAS ONCE DE LA NOCHE

Eran las once de na noche…Mi madre se había enfadado con mi padrastro y se fuera de copas con sus amigas. Yo estaba en cama, caliente. Desnuda sobre la cama, me empecé a masturbar… Sentí los pasos de mi padrastro acercarse a mi habitación. Vi como se movía la manilla de la puerta. Cerré los ojos, para disimular que lo oyera venir. Pasaron unos segundos. Yo seguía masturbándome´y gimiendo. Como mi padrastro no venía a mi lado, abrí los ojos. Estaba en la puerta. En su mano tenía una polla inmensa, o a mi me lo pareció, ya que no había visto otra antes.
-Ven, papi -le dije.

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