Hará ahora, un mes más o menos, acudí junto con una amiga de trabajo a ver a otra compañera nuestra que había sido madre y estaba de baja de maternidad. Habían pasado dos meses desde que diera a luz, y fuimos hacerle la visita de cortesía.
Así que cuando llegamos, era un viernes por la tarde, estaba sola, pues su marido trabajaba. Nos recibió muy contenta, y tras darle unos obsequios que le llevamos como ropita para el bebé, nos sentamos a charlar en el sofá del comedor.
– Hola, nena, cómo va la nueva vida de mami? – preguntaba Paqui, una mujer de unos 45 años, rubia con el pelo rizada y muy alegre, siempre optimista que era muy amigable y el alma de la fiesta. La verdad es que me llevaba muy bien con ella.