Pensativa en mi coche, pensando en cómo descargaba en mi ardiente cueva. Era mi tigre de Bengala, mi zorro caliente, mi leopardo en celo, que encendía mi llama: la del pebetero púbico.
Acostada entre los almohadones de la cama blanca, vestida únicamente con una gargantilla de perlas, con mi pierna derecha relajada sobre le colchón y mi pierna izquierda doblada con la rodilla en alto como si estuviera tomando el sol en pleno verano, mis brazos extendidos por encima de mi cabeza, laxos pisando mi cabello rojo que se esparramaba como un abanico sobre las almohadas; mis ojos verdes no pierden detalle de tu masturbación y de tus ojos morbosos que me comen desde lejos haciendo que mis pechos se endurezcan como conos puntiagudos.
Mujer casada y de bragas usadas
Soy una mujer casada, oculta tras la foto pero muy real. Porque me gusta todo lo que leo, o lo que veo soy muy morbosa. Me gusta mirar fotos, y leer los relatos que me calientan. Lo mismo me calientan fotos de hombres como de mujeres últimamente.Con mi marido casi no hago nada, así que … Leer más