Esa noche Sandra no tenía sueño. Tetona, madura, rubia y lozana. Pasaban las doce de la noche y se acordaba de su último polvo con prácticamente un desconocido. Lo había conocido en la rutinaria discoteca a la que solía ir, lo había acompañado a su coche, se habían despelotado, él le había comido las tetas, cosa que le gusta mucho, y después de estar bien excitada, se la había follado. Lo recordaba y se mojaba, se mojaba sola y en su sofá.
¿Señora madura o joven tetona?
Ser o no ser, madura o joven, tetona o tetuda, rasa o llana. Casarse o una follamiga. Porque al fin y al cabo, ante la duda la más peluda. Ambas poseen una delantera que ni el Barsa de su buena época, ni el Madrid de la presente Liga. Y la mujer de moda de pasarela … Leer más