Follando con mi hijo

Ya no aguantaba más, a veces soñaba follando con mi hijo, lo había visto miles de veces desnudo, ahora era ya un hombre. Mi marido no aguantaba nada, y yo necesitaba que alguien me consolara.
Un día le esperé al llegar de clase, no le dije nada, simplemente cogí lo que siempre quise tener, pero con lujuria: su polla. Otro día fue él quien me pilló por sorpresa.


Follando con mi hijo me la metí

La cogí, la meneé, la besé, me la metí, me folló encima de la mesa del comedor, su gran polla, mucho más grande que la de su padre, me hicieron ver las estrellas. Gocé como nunca, una madre y un hijo follando sin cesar, y con lujuria.
Sus arremetidas y embestidas eran increíbles, no sé, dónde aprendió a meterla así, pero desde luego que repetiré más veces.

Mi hijo me follaba con fuerza, contra la pared, me daba la vuelta, yo con mis buenas tetas era la mamá más orgullosa de estar con su nene crecido, notaba su pene endurecido dentro de mí. Me arremetía en su cuarto verde de criajo aún infantil, y yo subía la pierna para notar más su verga.

Follando con mi hijo que me pilla por sorpresa con los rulos puestos. 

 

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