Este relato es un inicio de algo que pasó entre ella y yo. Mi atracción por las chicas no se desarrolló hasta los 18 años. Fuimos lesbianas consumadas y calientes.
Por aquel entonces yo trabajaba en la tienda de mis padres vendiendo pasteles, pan y dulces. Ella iba a mi tienda casi a diario. Allí la conocí, y allí la vi por primera vez. Era una joven hermosa, bella y más lanzada que yo.
Madura caliente tetona de buena mañana
En aquella mañana de domingo, la madura caliente tetona tenía las tetas especialmente duras, los pezones y toda la copa, me gusta sobármelas; pero solo una idea dominaba mi mente; cómo deshacerme de nuestros hijos. No, no es que los quisiera matar, aunque en ocasiones… Tan solo deseaba perderlos de vista el tiempo necesario para … Leer más