Mis confesiones calientes de inocente y blanquecina, cachonda y pervertida, con mi culo al aire libre, no tengo quien lo remedie, pues pienso y repienso, lo que me gusta una polla indeleble. Firmado: una inocente campesina.
Hoy os voy a contar como fui descubriendo el sexo. Fue cuando era una chica joven e inocente. Como en otras muchas ocasiones fue durante la adolescencia y de forma progresiva.
Madura caliente tetona de buena mañana
En aquella mañana de domingo, la madura caliente tetona tenía las tetas especialmente duras, los pezones y toda la copa, me gusta sobármelas; pero solo una idea dominaba mi mente; cómo deshacerme de nuestros hijos. No, no es que los quisiera matar, aunque en ocasiones… Tan solo deseaba perderlos de vista el tiempo necesario para … Leer más