Los vecinos curiosos y morbosos calientes siempre están mirando, siempre observan, son unos cotillas. Pero esta vez nos hicieron salir de la rutina, su morbo fue el nuestro.
Así que desde que nos vinimos a vivir juntos hace casi 5 años, Mónica y yo, hemos cambiado de casa dos veces, pero esta última es la que más me gusta.