Así es, follada descomunal a mi madre caliente española, porque siempre la pillo por sorpresa y porque no deja de calentarse cuando me ve la polla. Se excita y se pone mojada, con buenas tetas, toda una mujeraza, que babea por su hijo. Una de las mejores mujeres, y en mi casa, en mi cocina, con su culo preparado, para su hijo. Se moja, a veces se rasura el coño moreno, todos los puntos de los pelos me pinchan en la mano, cuando se lo toco. Es excitante, ver la fuerza de un coño maduro.
Jodida casera a mi madre caliente
Sobre todo los gemidos de mi madre es lo que más cachondo me pone, cuando le como el coño o cuando le meto mi nabo. Cosa que mi padre ya no hace. Cuando la cojo como aquí en la cocina, la pongo de espaldas, ella se baja lo que
lleve y la empiezo a bombear, a dar, azotar con mis huevos, el sonido en la cocina retumba cuando no hay nadie en casa. Ella gime como el primer día que me tocó la verga, yo noto sus nalgas calientes, babeando por mí, y mi capullo se calienta cada vez más.
Mi polla engorda al ver a mi madre caliente en esa posición, dándome toda la parte de atrás, la veo el culo abierto, y no sé donde meterla porque los dos agujeros me parecen exquisitos. Su raja es grande, oscura y peluda, huele a hembra cuando se excita y su ojete más pequeño se dilata y se retrae y encoge al saber que estoy detrás.
Así que no puedo esperar más solo quiero darle gusto, porque ella me lo pide y porque yo quiero. Todo un placer meterla en ese chocho negro mojado, que me cala hasta los huevos. No tengo reparos en dar lo que mi madre caliente pide desde hace tiempo.