Mi mujer follada por otro

Eran las 10 de la noche cuando mi mujer y yo entrábamos en casa de Enrique y no sabíamos lo que aquella noche iba a dar de sí, a menudo habíamos fantaseado con Enrique ya que había sido el amor platónico de mi mujer y estar con él siempre la ponía caliente.
Nos servimos unos gin tónicos y nos sentamos en el sofá del salón, Enrique se lío unos porros de marihuana que compartió con mi mujer ya que yo no fumo, la verdad es que tomamos varias copas y eso fue caldeando el ambiente, decidimos ir a la feria del puerto y después de un prolongado paseo conseguimos que mi mujer consintiera subir a la noria, una vez en la noria ella se abrazó a Enrique mientras yo los miraba y me di cuenta de que la atracción entre ellos era mutua. De regreso a su casa yo no sabía cual sería el fin de la noche, me encontraba un poco mareado y con mucho cansancio, a llegar nos sentamos en el sofá y me quede dormido en breve mientras Enrique le hacia un masaje a mi mujer a mi lado. Sentí una respiración jadeante y abrí los ojos y vi como Enrique sobaba los pechos de mi mujer por encima de la camisa mientras ella tumbada y con su mano izquierda le rozaba el paquete, de repente ella se giró y la cogió fuertemente el paquete con su mano derecha, se puso entre las piernas de Enrique y le desabrocho el cinturón, la bajo el pantalón y le sacó su enorme polla la cual engulló rápidamente. Enrique estaba sentado en el sofá con las piernas abiertas mientras mi mujer se metía su polla en la boca todo lo que podía, no me lo podía creer pero me excitaba sobremanera, de repente mi mujer se levantó, vi que tenía la cara brillante de felicidad, se quitó los pantalones y sin mediar palabra se sentó sin quitarse las bragas encima de la polla de Enrique, su polla era muy larga, mas del doble de la mía y al meterse la polla de Enrique ella suspiraba de placer pues jamás había sentido una polla tan dentro de ella, empezó a moverse arriba y abajo, yo veía como entraba la polla de Enrique en el coño de mi mujer hasta los huevos, ella gritaba y le decía “Folla, folla, folla”, a la vez metía su lengua en la boca de Enrique sin dejar de follar, incluso cundo saco sus pechos y los metió en la boca de mi amigo. Al poco ella se levantó , se quitó las bragas y se sentó sobre la polla dando la espalda a Enrique y de cara a mí, veía entra su miembro en su coño y su cara demostraba que jamás había sentido una follada de esa manera, Enrique empezó a masturbar a mi mujer la cual se corrió delante de mí y sobre la polla de su amante.
Poco después se levantaron y se fueron a la cocina, allí ella le susurró al oído a Enrique que ahora el tocaba a el correrse y que podía correrse en su boca o en su coño, donde el quisiera, eso puso caliente a Enrique que le dio la vuelta a mi mujer, le bajo las bragas y contra el lavabo de la cocina y cara a la ventana empezó a penetrarla por detrás profundamente, los gritos de placer de mi mujer fueron los que despertaron sin duda a medio barrio esa noche, yo nunca la había oído gritar de esa manera y estoy seguro que los vecinos de enfrente vieron la escena claramente al ser despertados por los gritos de placer de ella y verla por la ventana, el bombeaba rápidamente su enorme polla dentro de su coño.
Y al final sacó su polla y empezó a moverse la polla rápidamente invitando a mi mujer a metérsela en la boca, el estaba de pie y ella en cuclillas, mi mujer le lamia los huevos y se introducía su polla en su boca mientras el se la meneaba, de repente el le lleno la boca de semen que ella recibió gustosamente, después se dieron un abrazo, al rato volvieron al salón donde yo estaba y después de darnos Enrique y yo un abrazo mi mujer y yo salimos de su casa, nada mas salir besé en la boca a mi mujer y al introducir mi lengua en su boca noté el sabor del esperma de Enrique, fue un placer para los tres, supe que fue la mejor follada de mi mujer de toda su vida.

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