Los mejores juguetes eróticos para adultos

28/03/2019

Hola, hoy quiero escribir un relato sobre mis preferencias personales y mis deseos más carnales. Ahora mismo, una lencería de la mejor calidad cubre mis sensibles poros corporales. Adquirida en mi sexshop online de confianza, mi tienda erótica preferida, donde desde tiempo, compro mis caprichos y preferidos juguetes eróticos que más me apetecen. Y de este modo, sobre la cama y para todos ustedes, relato mi breve experiencia personal.
Siempre me gustó el sexo, nunca lo oculté, lo consideré una parte muy importante en las relaciones humanas y cómo no, en las más personales e individuales. De ahí, que día a día, explore nuevos caminos en este pasaje luminoso que son las sensaciones placenteras. Y esta lencería fina que me adorna y me acaricia, de rojo y negro, provoca algo parecido en mí.

Juguetes eróticos para una ejecutiva de alta gama

Actualmente dirijo una pequeña empresa en mi día a día, mando y ordeno a una plantilla de más de 50 trabajadores, las 50 Sombras de Grey se quedan cortas en mi mandato diario. Pero para ello, no tengo que vestirme de negro, de látex ni cuero, no. Tan solo un traje de ejecutiva, unas gotitas de Carolina Herrera 212 Vip Rouse, y mi voz de mando y autoridad, conforman un tridente demoledor para poder dominar a todos los empleados.
De lunes a viernes, ésa es mi vida, prácticamente no tengo tiempo ni para mis preferencias más exigentes, es decir, mis apetitos más inherentes. Pero cuando llega el viernes, ¡ay cuando llega el viernes!, entonces desato mi imaginación, vibradores y bolas chinas, aceites y lubricantes, y aparece mi realidad más profunda. Ajena a la máscara diaria que me cubre, me descubro en casa, en mis cuatro amplias paredes, y aparece la Paula, o Paula a secas, la que ahora escribe, real como la vida misma y hambrienta como un dominguero a las cuatro de la tarde.
Así que, como acabo de decir, mi nombre es Paula, trabajo en la agitada y a veces insoportable ciudad cosmopolita de Madrid; y he hecho mi fortuna en mis más de 30 años como ejecutiva, de grandes empresas de alto nivel y alta gama. Y ahora gozo de la vida lujosa sin preocuparme del futuro, y aprovechando todas las oportunidades que la vida me ofrece.

Juguetes eróticos para dos mujeres encontradas

Internet concede la oportunidad de unir a personas que nunca antes hubieran podido encontrarse. Gracias a esta nueva forma de ver el mundo he conocido a Verónica, una joven de las afueras de Madrid, de Colmenar Viejo, la cual ha hecho de mí, una nueva mujer.
La conocí en un chat de casadas, ella felizmente en situación conyugal con su marido. Pero buscó en webs de citas internet aquello que no tenía, calor y nuevas experiencias. Sin su marido saberlo, navegó a la deriva durante meses; surfeando en las más dispares páginas de contactos entre personas. Finalmente, ambas coincidimos. En un chat que por casualidad yo entré, de casadas, la cual cosa en mi caso es incierto, estoy soltera; pero entré a curiosear.
Y allí me encontré, con un nick más que llamativo «Tímida», y yo, que nunca antes me dirigí a una mujer con un interés íntimo, inicié la conversación.

Muy pronto, entablamos una relación virtual sin más objetivo ni pretensión que hacernos compañía, porque ambas la necesitábamos sin mostrarlo. Pasaron días y seguimos hablando. Compartimos confidencias, deseos de mujeres solitarias, anhelos a media tarde y secretos de sobremesa. Caprichos y antojos nunca antes vividos e intensificamos nuestra pasión por los juegos sexuales, de roles y mitos nocturnos.

Compartimos secretos íntimos y lencería roja ajustada

Nos confiamos un sentir por expresarnos de verdad, por nuestra debilidad ante el juego en pareja; ella, tímida como su nick indicaba, me relató que yo daba sentido a su timidez y me mostró que así era. Me gustaba y hasta excitaba su vergüenza y cortedad. Yo me hacía grande y ella pequeña, nos complementábamos, y así comenzamos a jugar, un intercambio muy real.

Lógicamente un día quedamos, rompimos esa pantalla que nos separaba, e incorporamos juguetes adultos en nuestra apasionante relación, interminables noches de pasión. Le enseñé a comprar en mi tienda erótica favorita, para que ella misma comprase y me regalase cosas, sí. Suena raro pero es así. Ella disfrutaba haciéndolo. Y así, pudimos iniciar nuestra relación de intercambios, juegos y posiciones. Yo mandaba y ella obedecía. Un trato tácito y consensuado. Seguirá, si alguien lo desea.

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