Me había dicho que estaba casada por el chat maduras y si había tenido sexo con discapacitada XXX alguna vez. Yo le dije que no. Que las chicas o maduras con las que había estado todas eran capacitadas. Por lo que ella me envió una foto de la silla de ruedas en la que está, algo que no me había ocurrido muchas veces. Pero tengo que reconocer que al verla sentada y verla bien maciza, algo en mi polla me dijo: “Tate, aquí hay tomate”.
Me contó también por el chat maduras de cornudos que estaba casada como su amiga Melanie caliente y que su marido ni la tocaba desde hacía mucho tiempo. Pero que ella seguía teniendo interés sexual a pesar de su incapacidad. Y también me contó que no se había desnudado nunca ante un hombre que no fuera su marido. Esa era la razón por la que últimamente chateaba con hombres extraños. ¡Por puro morbo y deseados cuernos”
Cuernos de sexo con discapacitada XXX infiel
En resumen, que quería poner cuernos o cornamenta y bien puestos a su marido. El ciervo de toda la vida. Ella incapacitada y en silla de ruedas durante mucho tiempo, su conformista marido ausente y ella como una perrita caliente. Así que quería mandanga de la buena. Y de tal forma me envió algunas fotos de su culo, ¡uf!, era una madura española culona en toda regla. Además de desaprovechada por el marido.
Tardé nada y menos en presentarme en su casa. “Mi marido está trabajando”. Lo que yo quería escuchar, y a esas horas de la mañana, un polvo prohibido me alegra la semana.
Fui ni corto ni perezoso para la dirección que me dijo y en seguida me recibió ella: sola y en su silla de ruedas. Tengo que reconocer que mi polla ya endurecía bajo mis durísimos y ásperos vaqueros. ¿Cómo se la podría meter y ella poner? Era toda una incógnita para mí. Lo que sí sé que es que cuando sexo con discapacitada XXX comenzó, sobarla en la silla fue lo mejor. Darle la vuelta y colocarla en la cama, como a una pequeña girl, me hizo más grande todavía. Tenía un culazo cuando la puse de medio lado, que mi gorda polla se deshizo al verla tan vulnerable ante mí.
Fue mi sumisa culona casada y ella me lo agradeció luego. Le metí de todo menos miedo, mi dedo gordo por su culo caliente. Ni os imagináis lo ardiente que lo tenía. Todavía nos seguimos viendo.