Cincuentona cachonda queda en frente del Mercadona

Quedé con ella por Tinder y esta cincuentona cachonda que ya lo parecía por este chat casadas, al final sí lo resultó ser. Estaba delante del Mercadona como habíamos quedado, ya me dijo que estaba casada con marido, lo cual aún sumaba ese morbo que ya de por sí es quedar con una madura. Yo ni llego a los 25 años y ella 52 me parece me dijo, o sea, que supera el medio siglo. Lo cual solo saberlo ya empieza a endurecesermeneármela, o como se diga, vamos, que se me empina como la nariz de Pinocchio.

Porque me recuerda quedar con mi madre en plan cita, ese incesto pensativo que llevo durante años y que no se me va de la cabeza. Total, que si por lo que fuera pudiera montar a esa zorrona española, sería la ostia porque sería como montar a mi mother o progenitora. Que le tengo mucho respeto pero de un tiempo a esta parte me pone cachondísimo.

Sobre todo cuando sale de la ducha, sin taparse ni nada, como ella dice son cosas de familia, y entre esas cosas está mi polla, que es independiente. Ella no pregunta si es algo de familia o no, directamente, se descapulla y solo apunta las 12 en punto, ¡parriba!

Morbo en el asiento de atrás de mi coche cincuentona cachonda

Ella, la cincuentona, no tiene tiempo para un hotel, yo no tengo dinero, pero tengo mi coche aparcado ahí al lado en batería. Con lo cual y con lo que nada más vernos, nos gustamos esa es la pura realidad. Hemos hablado tanto por ese chat maduras españolas o sumisas que ya nos conocemos hasta la punta de los pelos. Y solo nos queda intimar, con lo que no tenemos tiempo ni para decirnos hola. Con una mirada nos vale para que esta cincuentona cachonda y yo, un yogurín casero y enmadrado, hagamos de las nuestras.

De este modo, la invito a mi coche, ella sube delante, y delante no tenemos a nadie. La cual cosa me facilita que con mi mano, se la pase por la cara, los labios y los ojos con párpados bajados. Ella se deja como si de una sumisa madura se tratara, pero novata porque veo que las piernas las tiene bien cerradas. Abre las piernas le ordeno y ella con su vaqueros que llevaba puestos las abre y yo con mi mano, alargo hasta llegar el centro del universo erotico peludo.

La noto bien caliente y sigo. ¡Vamos para atrás! Así que en un ademán rápido como una bala en el aire, pasamos al asiento backseat. Ahí lo tengo más fácil, le subo el jersey y como puedo le desabrocho el sujetador. De repente, ¡madre mía! menudas tetas gasta esta zorra española casada. Las puedo tocar sin permiso y ver lo caídas que tiene las tetas. Me la está poniendo bien dura, de cara es una madura fea, pero es que las feas y guarras, si son maduras, me ponen muy cachondo. Y esto solo acaba de comenzar.

cincuentona cachonda

 

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