Una madre muy pervertida

Buenas, me llamo Fernando, esta historia es la de una madre, la mía, entre todas, es la más caliente de las madres calientes, que no sé ni ahora mismo, cómo la he podido ver tan pervertida. La historia que aquí relato contiene desde follada humana, hasta animal. Sí, algo de relatos zoofilia, aunque suene raro. Los perros atraen a algunas hembras y al revés. Algo increíble, mi madre la que tantas veces me dio de mamar con sus grandes tetas de pequeño, ahora me la follo y no solo yo, nuestro perro Palo, también la monta. Pero esto no surge por las buenas, tiene su causa. Se me endurece solo de saber lo puta que es, en sus tetas gordas y colgantes, grandes, tetona, en lo madura que es ya, y por qué no decirlo, en como la follé y encima ni la dejé satisfecha. Hasta me pone cachondo cuando pedía más y yo no pude del todo complacerla. Menos mal que ahí estaba el mejor amigo del hombre.

Soy un chico de familia adinerada y acaudalada. Mi padre es un alto ejecutivo que ha pasado ya por varias empresas y que está en el consejo de administración de otras tantas. Mi madre, la mujer de mi vida, es simple y sencilla, no es mala persona, ni tonta, ni pija, sólo simple. Mis padres me han dado todo lo que necesitaba y más, sin embargo han sabido hacerme apreciar el valor de las cosas. Conocemos el nombre de todos los empleados del hogar, y, por supuesto, les tenemos tanto cariño como a alguien de la familia. Tenemos dos perros, Kuko y Palo. Tendrán mucho que decir en esta historia.

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Por lo que respecta a mi padre es, para que os hagáis una idea, el tipo de persona que siempre te hace sentir bien, un gran líder. En los momentos en los que le he necesitado siempre ha estado ahí y siempre lo está para sus amigos. Puede ser serio y estricto cuando tiene que serlo, y simpático y divertido cuando la ocasión lo permite. Se llama Joaquín.

Y madre, ay mi madre, Lucía, creo que tiene una carrera, pero no ha tenido que trabajar en su vida. Se casó con Joaquín nada más terminar sus estudios y, poco después me tuvieron a mí. Mi padre le ha dado todo, una gran casa, un físico tremendo (además de gimnasio, masajes, peluquería, manicura y pedicura diarios, la pagó un aumento de pechos y unos retoques de nariz y pómulos), vamos que tengo una madre que podría ser más de una portada de playboy. Sin embargo yo no comencé a apreciar el físico tan arrebatadoramente sexual de mi madre hasta que ocurrió lo que acontece.

Mi madre caliente como ninguna y muy golosa

Estaba realizando un trabajo para clase en el que se hablaba de la discriminación de la mujer en el mundo, así que me puse a buscar en la biblioteca libros acerca del tema. Nada, casi todas eran novelas de intriga o autoayuda….luego me dirigí a la videoteca y me fijé en unos DVD»s en la parte más alta de la estantería. Todos comenzaban titulados como DOCUMENTAL. Eran bastante los varios documentales: «la psicología del soltero», «la juventud hoy en día», «cómo educar a tu mascota»; y finalmente uno que podía ayudarme en mi trabajo de clase, «las mujeres en sociedad».

Así que puse el DVD en el reproductor, después de haber preparado el cuaderno y el bolígrafo para tomar apuntes de lo que pensé sería un tedioso documental acerca del comportamiento humano y el papel de la mujer en y con la sociedad. Pantalla azul, y luego una fecha, de hace un año en verano y de repente la habitación de mis padres….pero qué???

Pocos segundos después mi madre, «vestida» con un bikini ajustadísimo y con poca tela se sentaba en la cama juntó a otra belleza en bikini rubia. Se reían mirando a la cámara y….comenzaron a morrearse y a sobarse los pechos! El bolígrafo se me calló de las manos y la mandíbula no se me desencajó porque sólo es posible en los dibujos animados, pero poco faltó. Seguí mirando y las cosa siguió calentándose. Se empezaron a meter mano por el tanga del bikini mientras se seguían morreando, era más propio de relatos de sexo que otra cosa, el caso es que comenzaron a gemir y en ese momento mi madre se quitó la parte de arriba….qué pedazo de tetas tiene mi madre, redondas pero que no parecían falsas, con unos pezones grandes pero bien proporcionados.

Paré el reproductor, intenté pensar…recogí todos los DVD»s de documentales, el que estaba puesto y me fui a mi habitación. Cerré la puerta con llave, encendí mi ordenador y seguí viendo el titulado «Documental: las mujeres en sociedad». Pasé las escenas ya vistas, y retomé el tramo en el que mi madre se quitó el sostén del bikini. La otra tía comenzó a lamerla los pezones….yo me estaba enfadando con mi madre, la poya se me estaba poniendo durísima, pero ¿cómompodía hacerle eso mi madre a mi padre, que le dio todo? ¡Qué equivocado estaba!

Y a los dos segundos, vi que el cámara salió de detrás, ya desnudo y se tumbó entre las dos mujeres….era Joaquín, mi padre! Pasé la filmación un poco rápida, vi como se tiraba a una, mientras lamía a la otra, luego a mi madre mientras la otra le chupaba las tetas y al final se corría en una mamada conjunta de mi marre y la otra tía. Poco después, otra fecha, hace un mes, y más o menos lo mismo, mi madre con tres mujeres, todas unos monumentos, lamiéndose, metiéndose dedos en sus agujeros y en un momento sale mi padre y las perfora a todas, recreándose más en follarse a mi madre mientras las otras la lamen y mienten dedos en los orificios que mi padre no utiliza, y mamada de todas a mi padre tragando su lefa.

No pude soportarlo más y me saqué la chorra del pantalón, que ya me hacía daño encerrada en el bóxer.

Decidí poner el DVD titulado «DOCUMENTAL: la psicología del soltero». En ellos aparecía mi madre hablando sucio mirando a la cámara masturbándose de varias formas, poniendo varias posturas, unas veces con las manos, otras veces con vibradores, pequeños, medianos, grandes, enormes, chupándolos, metiéndose uno, dos, por el coño, por el culo….con cada uno me hice una paja a cada cuál más fabulosa.

No hacía falta decir que los títulos de los documentales hacían referencia al tipo de sexo que habría….así que, suponiendo que lo siguiente que iba a encontrarme sería algo más que llamativo decidí poner el titulado «DOCUMENTAL: cómo educar a tu mascota».

Efectivamente, ahí estaba mi madre en lencería y con sandalias transparentes de tacón alto tumbada en el suelo cerca de Palo, uno de los dos labradores que tenemos. Le acariciaba la espalda y la barriga. Al rato se acercó Kuko, el otro labrador, se puso cerca de la entrepierna de Lucía y comenzó a lamer. Ella se dejó hacer mientras frotó la entrepierna de Palo y, como con una especie de paja, hizo que el pene de Palo apareciera, fino y sonrosado.

Una vez lo desterró, acercó su boca y comenzó a hacerle una felación tremenda a nuestro can, mientras Kuko bebía del coño de mi madre. Ella paraba de vez en cuando para coger airé, para poder seguir lamiendo a Palo y para poder gemir por el placer cunilingüístico que le daba Kuko. Pocos minutos después se retorció en un orgasmo mientras chupaba a Palo con más ganas que nunca.

Una vez se recobró se acercó a cuatro patas a la zona donde estaba la cámara, mi padre se bajó la bragueta y le ofreció su poya a mi madre y al tiempo Kuko se montó sobre mi madre y empezó a embestirla en lo que era claramente una follada perruna. Mi madre gemía más que antes, casi no atinaba a mamársela a mi padre. Pocos segundos después Kuko terminó y se bajó de mi madre, tiempo que ella aprovechó para mirar a mi padre y decirle «te voy a dejar seco, quiero tu lefa ya!»….yo en ese momento me volví a correr, esos vídeos eran el colmo de la obscenidad y, lo que tenía claro es que mi madre lo disfrutaba.

Vi como madre siguió comiéndose la polla de mi padre y, en ese momento se la montó Palo, con mismo efecto, mi madre se desconcentró de sus tareas, gimiendo y disfrutando con cada embestida de Palo, pero esta vez ella agarró una de las patas a Palo y cuando éste terminó de taladrarla quedó trabado en ella. Mi madre siguió lamiendo y lamiendo hasta que obtuvo la recompensa, se bebió la leche lechosa y cremosa de mi padre con un gusto exquisito.

En el momento que Joaquín se vio limpio, se levantó con la cámara y se puso detrás de mi madre, enfocando la escena desde cerca. Palo estaba aún dentro de mi madre y Lucía se frotaba el coño, unos cuantos gemidos después se volvió a correr y al soltar a Palo por las convulsiones del orgasmo aprovechó para salir de ella, quedando a la vista el gran bulto que hacía que estuvieran trabados.

Tetonas y caliente ella me indicaba cómo masturbarme

El último vídeo zoofílico y por qué no decirlo, de pura zoofilia, lo hicieron hace dos semanas…..joder, quién lo habría dicho. No puedo decir que mi madre era una santa, pero nunca me ha parecido una descarada y tampoco he oído a mi padre hablar vulgarmente ni obscenamente de ninguna mujer….

Me quedaba el vídeo «DOCUMENTAL: la juventud hoy en día». Ya suponía lo que iba a ver, chicas jóvenes con mis padres, sin embargo….me volvieron a sorprender. En ella salía un chico de más o menos mi edad, es más, bastante parecido a mi, que comenzaba a magrear a mi madre, a lo que ella dijo:

– Ey, espera chico, tranquilo…

– Lo siento señora, pero está tan buena – tartamudeaba él, y no me extraña mi madre era un deseo de dioses.

– No me llames señora, llámame mamá, acuérdate de lo que hablamos antes -¿cómo he oídooooo? ¿Estaban teniendo un juego sexual incenstuoso?

– perdón señ…ehhhh…mamá….qué tetas tienes mamá.

– sí hijo, chúpalas como cuando te di leche de pequeño…haz me gozar de nuevo.

Y así siguieron con su juego. Le lamió el coño, ella le chupó la poya, se corrió enseguida, Lucía le dijo que tranquilo que podían seguir jugando aún así, ella se puso boca arriba y primero la folló el coño y luego el culo para luego correrse en la boca de mi madre y luego apareció papá diciendo:

– Muy bien hijo, pero mira cómo lo hace papá.

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Ella se volvió a abrir para mi padre y mientras se frotaba el coño mi padre se la folló de nuevo, por los mismos agujeros, pero mi madre disfrutaba más con la poya de Joaquín que con la de mi imitador.

Volví a hacerme otro pajote….menuda tarde de pajas.

Después de ese vídeo, otro y otro, con jóvenes parecidos a mí, repitiendo el mismo juego de roles.

Me preguntaba a mi mismo, ¿a mi madre le gustaría que la follase yo? ¿Y a mi padre no le disgustaría? En ese momento tenía ganas de que mi madre entrara en la habitación, me viera con la poya en la mano y al mirar el ordenador comprendiera que estaba así por ella, por esa actitud lasciva y obscena que me había escondido y de la cuál ahora estaba disfrutando, al menos, como un voyeur.

¿Pero cómo podía disfrutar yo de ese cuerpo, que parecía me estaba llamando a gritos en silencio? ¿Me acercaba por detrás, le agarro las tetazas y la susurro «he visto tus vídeos y te quiero follar»?

No sabía cómo hacer. Hasta que se me ocurrió otra idea. En casa tenemos un solárium, con máquinas de rayos uva en una zona de la piscina cubierta. Allí mi madre, en otoño, toma baños de rayos uva y después se hace unos largos en la piscina cubierta por la tarde/noche.

Esperé a la hora en la que suele ir a tomar los rayos uva, y aparecí por ahí, como si no lo tuviera planeado.

– Hola mamá.

– Ah, hola hijo, ¿qué tal? ¿Vas a tomar el sol?

– Bueno, si llamas a esto tomar el sol…

– Jajaja!!, bueno, ya me entiendes – rió mientras se quitó la bata. Tenía uno de esos bikinis que llevaba en uno de sus vídeos. No pude evitar al verlo recordar todas esas escenas llenas de lujuria y una erección se apoderó ipso facto de mi miembro.

– sí voy a darme unos rayos UVA contigo, si no te importa.

Mi erección era evidente, mi madre dirigió su vista a mi entre pierna y dijo:

– no sé si no te vendría mejor el chapuzón refrescante primero, jajajaja.

– jajaja – me reí procurando no perder la naturalidad – ya sabes mamá, soy un chaval y tengo las hormonas a tope y como tú eres un pastelito.

– Ah sí? Crees que soy un pastelito? – sus ojos la brillaron y me pareció ver que se mordía discretamente el labio inferior.

– Claro mamá. Pero no creo que hace falta que te lo diga, tú sabes que eres muy guapa y muy…..

– ¿Muy qué?- preguntó acercándose más a mi.

– Muuuuy muy atractiva.

– Ajá….gracias hijo. – hizo una leve pausa, me volvió a mirar de abajo a arriba, tomó el bote de la loción solar, se sujetó el pelo con la mano para que no le cayera por la espalada y acercándome el bote con una sonrisa, yo diría que de diablesa, me dijo – anda, por favor ponme la crema, pero suave que tengo la piel delicada.

En ese momento me dio la espalda, se quitó el sujetador del bikini y ahí estaba yo, con mi madre, la mujer que había visto protagonizar escenas de lo más tórridas que había visto en mi vida, con la que minutos antes me la había cascado casi hasta que no me quedó ni una gota de lefa, enfrente mío, casi desnuda y con posibilidades de sobarla, al menos haciéndome el descuidado.

Me puse crema en las manos, y comencé a masajearla suavemente los hombros. Qué piel más suave tiene mi madre….impresionante.

Seguí por la zona más cercana al cuello, ella gimió suavemente….no sé si podría aguantar mucho más. Bajé por el centro de la espalda.

– Lo estás haciendo muy bien hijo, me está encantando, sigue así. – me susurró con una voz de lo más sugerente que había oído nunca a mi madre. Me estaba poniendo burrísimo. Ya no podía más, acerqué mis manos a los costados directo pero sin querer llegar, aún, a rozar sus tetones. Eso no hizo más que agravar sus gemidos. – ohhh sí hijo, muuuuy bien, sigue, sigue.

No sabía si era una invitación o no, pero ya no pude evitarlo más y comencé a manosearle las tetas con mis manos grasientas por la crema. Acerqué mi lengua a su oreja izquierda y la dije :

– No aguanto más mamá, estás buenísima.

– ohhh hijo, no pares, no pares. Menuda polla grande tienes.

– Te quiero follar ahora y darte tu duro mamá, abre bien ponte para que te folle!

Mi madre se arqueó sobre una tumbona retirándose el tanga del coño, que por cierto tenía brillante de los jugos que parece ya había empezado a rezumar, y me invitó con un directo:

– fóllame hijo, fóllame ya.

Me bajé el bañador, me puse crema solar en la poya y sé la metí de una estacada a mi madre. Soltó un alarido de placer y agarrándose uno de sus bamboleantes pechos, me volvió a pedir.

-vamos, sigue, ohhhh.

Mis embestidas no tardaron, sus gemidos se tornaron continuos y elevados, se veía que le gusta follar sí o sí. No paraba de embestirla hasta que se me ocurrió decirla.

– te quiero follar el culo, lo tienes precioso mamá.

– fóllamelo, es para ti.

– Sí? uf, ven para aquí, mamona, que te voy a montar como una verdadera perra, estás chorreando, zorra

Saqué mi polla de ese cálido agujero para taladrarla el culo. En varios sitios veo y leo que tiene que ser despacio por primera vez, pero no a mi madre. Mi polla entró como un guante y se deslizaba de maravilla.

Yo creo, según las quejidos de placer de mi madre, que le gustaba más que la follara por el culo. De hecho mientras la estaba jodiendo agarrándola por sus suaves y torneadas caderas, diría que tuvo un orgasmo. Poco después de lo que yo supuse que era un clímax, paré y la dije que se tumbara boca arriba en la tumbona, se abrió de piernas para mi y volví a insertársela en el culo, sacándola otro gemido de placer.

Mientras estaba en la tarea, Palo, vino hacia nosotros y se acercó a la cabeza de mi madre. En ese momento de éxtasis lujurioso, sin pensarlo, le dije a Lucía:

– Chúpasela a Palo, te veo muy perra, mira que polla roja tiene, quiero verte mientras te enculo con una polla en la boca.

Ella me miró como diciendo: eres un depravado y un pervertido, menudo nabo tiene Palo, ¿era zoofilia? Sí, pero le gustaban las dos pollas, me dijo: «tiene el nabo tan grande como el tuyo!». No hizo falta decírmelo, sus ojos transmitían brillantes ese mensaje.

Embestidas brutales que mi madre soportaba estoicamente

A lo que, como pudo debido a mis embestidas, se acercó a la entrepierna de palo, qué cara de guarra tenía, me pongo malo de recordarlo. La frotó y su polla alargada y sonrosada, se la llevó a la boca para degustar mientras me la follaba. De vez en cuando la soltaba para gemir a gusto hasta que se volvió a correr, esta vez de forma clara.

La saqué toda mojada y colgante mi polla del culo de mi madre y me dirigí a su boca. Solo de ver como se la chupaba a nuestro perro tenía más ganas de joderla. Y haciendo que saboreara ambos falos. Los engullía con una ferocidad tremenda, hasta que la dije que me iba a correr, momento en que se olvidó de Palo, para concentrarse en beber toda mi leche. Mientras ella me chupaba, Palo se acercó a su entrepierna a lamer todos nuestros flujos, acto que la arrancó otro orgasmo mientras ahora yo descargaba en la cara de mi madre, menuda perra se puso, quería echar toda mi corrida, parecía que meaba de gusto, verla así, con su boca y sus tetas. Ella no paraba de temblar y frotarme como podía mi polla mientras yo escupía mi leche en ella.
– Ya?!…- me dijo un poco expectante de más
– Sí, ya… quieres más?

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No se lo pregunté dos veces, la cogí tal como estaba la puse a cuatro patas

-Esta vez te va a follar Palo

-¿Sí, me niño malo? Eso quieres, ver a tu mamá bien follada por el perrito? – me dijo con cara de decir, a qué esperas pónmelo detrás y que me embarbete y ensarte como tú no lo has hecho.

Menuda perra, no esperé más, cogí a Palo lo puse detrás de mi madre, «ponte a cuatro patas zorra vas a saber lo que es que te follen!», la ordené y mandé me había casi menospreciado y Palo estaba bien preparado para follarla y bien dotado, la punta se le puso gordísima. Dicen que cuando un perro la mete, luego sufre un engrosamiento y engordamiento del pene que hace que la perra, en este caso mi madre, note el hinchazon dentro de su vagina, y eso, provoca un placer que no está en los escritos. Bueno, pues algo así parece que debió pasar.
Palo se puso detrás, ella a cuatr patas, yo le veía el coño aún reluciente de mi corrida, una raja toda toda carnosa e hinchabda, Palo con las patas se la aderezó y acomodó, yo le ayudé, y él fue buscando el agujero tan preciado para follar a su dueña. Lo encontró y noté como el perro tiró para adelante para darse gusto, para follarse a su perra.

-Ahhhh animal!.- fue lo que entendí a la perfección de mi mama. Notó en ese momento la primera embestida de Palo.

Palo debió notar el grito, a pesar de ser un animal supongo que debe saber cuando la hembra goza, y no dudó en seguir con el movimiento adelante y atras con su culo peludo sobre mi madre de piel fina. La escena era para verla, un perro follado con una tia impresionante, te tetas colgantes y encima deseosa más de esa polla perruna que de la mía.
Le dejé hacer ya que estaba ensartado de lleno con ella, me puse al lado, y a pesar de haberme corrido ya antes, mi polla empezó a reaccionar de nuevo ante aquella zoofílica imagen.
Era impresionante mi madre a la que consideraba no virginal, pero no así, estaba gozando como una perra auténtica, estaba hasta babeando a cuatro patas, el perro detrás, sin ni consciencia casi, pero supongo con todo un gusto en su nabo. Supongo que creería que es una perra, veía como sus huevos golpeaban a mi madre, ella gemía y yo me pajeaba. No puedo seguir porque me excito de nuevo. Seguiré si os ha gustado inmiscuyéndome en este erotismo oculto y muy fuerte de esas mamás desaprovechadas que quieren lo que no han tenido nunca y mi imaginación y mi realidad, ambas, se lo pueden conceder.

Después de toda la escena del perro, que me salto algunos detalles por saltar, ella me dijo:

– Gracias hijo, eres maravilloso, por todo lo que me has hecho revivir, me devuelves a la mujer que había desaparecido.

Y por lo tanto, de esta manera vi a mi madre pervertida pero qué perversión más buena para mí. Así que no tengo nada que criticar, porque mi madre ahora es mi perra favorita. La mejor, la número una una madre mejor que los relatos de suegras calientes, madre solo hay una! y padres los que quieras.

 

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