Un mirón en el autobús, eso era yo. Y ella, una mamá que quería que la mirase su entrepierna. Se quería mojar, me quería excitar, y vaya si lo consiguió.
Hace unos días me monté en uno de los autobuses que conducen al centro de mi ciudad. Al ser domingo no iba muy lleno y quedaban algunos asientos vacíos, por lo que me pude sentar en la parte trasera del bus donde hay cuatro asientos, dos frente a otros dos separados por escasos centímetros. Los cuatro estaban sin ocupar, así que me senté en uno de los que daban a la ventanilla.
Madre hija en un sexshop Zaragoza en Navidad
Mi hija ha crecido, ya no es una niña, su padre no está porque yo no lo soportaba y ella lo ha aprendido todo de mí. Soy una mamá un poco recta pero en cuestiones sobre la vida, muy liberal y clara. Así que, con ya dieciocho años cumplidos, y lo cierto es que está … Leer más