El leve roce por detrás en mi culo, me hizo saber que él me atacaba, mi yerno caliente iba a por mí. Y a mí, eso me gustaba.
Pero sobre todo, lo que me sorprendió fue aquella porra parecía de hierro y mi marido nunca la tuvo tan dura.
Cuando menos lo esperaba él se pegó a mi espalda y asomándose de nuevo entre las dos ligeramente dijo… “Me alegro de que nos hayamos quedado a verlo. Esto es una maravilla” y en ese instante metió su mano por el costado de mi falda, recorrió todo mi muslo y amaso mi nalga a su antojo. Tiró de mi cachete un poco hacia afuera abriéndome más el trasero hasta que la punta de su polla presionaba ya directamente en mi culito.
jovencitos con abuelas
Jovencitos follando con abuelas en hoteles, caseras amateurs y particulares. Podrían ser sus nietos con incesto familiar. Pero ancianas y viejas pide polla.