Bueno, en vista de que un dulce chico me pidió que subiera la segunda parte, ahí te va, amigo. Espero que te guste…
Llegó la noche. Eran las diez y me metí a bañar. Traté de oler rico y lucir una mezcla de mujer elegante y una zorra barata. No sabía qué ponerme. «Después de todo la ropa saldrá sobrando» dije entre mí y mis pezones se pararon.
Por fin me decidí. Un sostén que resaltaba mis tetas, una blusita blanca semi transparente y muy escotada, y una tanguita roja. Dejé a la mano un short por si acaso mi abuelita o alguna de mis tías iban a supervisarme antes de dormir. Pero nadie llegó.