Madre lectora

Tengo 47 años y soy madre desde hace ya muchos años. Me gusta leer literatura erótica de calidad y que esté llena de sensualidad. A veces lo que leo por aquí no aproxima a mis deseos de lectora, pero he de reconocer, que de vez en cuando algo, me gusta.
Mis deseos son muchos, he leído por aquí mucho sobre el incesto, sobre el amor de madre a un hijo y mucho más. Alguno que odia este tipo de relación, los entiendo, y otros, los muy pocos, que sienten cierta atracción por este deseo prohibido, los comprendo mucho mejor.
Mi testimonio es muy claro, yo he estado enamorada de mi marido desde que lo conocí, y hemos pasado momentos muy buenos, increíbles. Tuvimos un hijo precioso, el amor de nuestra vida, el fruto del matrimonio; se desarrolló y creció como es normal, y se ha hecho ya un hombre.

Madre lectora de literatura erótica de incesto

Desde ese día, yo, que me dejo llevar por mis más innatos impulsos, le vi crecer día a día, y le vi hecho hombre por completo. Hasta mis amigas me decían, menudo hombre tienes en casa. Yo les contestaba, sí, mi marido y ellas me negaban: «tu marido no, tu hijo». Quien tuviera veinte años. Me decían.
Un día al salir de la ducha, y siguiendo un poco los relatos que, reconozco que me han gustado los de la madre con el hijo de universidad, pues un día al salir de la ducha él, yo estaba por el baño. No solemos tampoco cerrar la puerta y le vi salir como vino al mundo, como le traje al mundo.
No tengo palabras para relatar eso, mi hijo, más mío que mi marido, desnudo y hecho todo un hombre. Mi mirada se dirigió al lugar que más oculto tiene y que no le veo nunca, su parte masculina. Le miré abajo estaba completamente desarrollado, perfecto para una mirada femenina y agradecida. Era precioso, una explosión de sensaciones me recorrieron, ver su pene completamente formado y grande. Mojado y sin esperarme, me quedé sin palabras y atónita ante aquel espectáculo. Tampoco hace tanto de eso.
Con esto, tan solo quiero decir, tan solo quiero reafirmar a las madres que sienten algo especial por sus hijos, o al revés, porque no es tan antinatural. Y seguiré leyendo erotismo, mi pasión, la literatura erótica, hasta las fotos que tan difíciles son de ver, de madres amando a hijos.

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