Cuando una mujer ya sobrepasa los cincuenta años y observa cómo su hija viciosa se lo monta con mama, la historia va cogiendo color. Es así como hemos llegado a esta situación donde el vicio o morbo que antes mantenía yo con su padre, ahora ya no existe ni por asomo. Ya no tenemos esos encuentros fugaces en nuestra cama de matrimonio como si fuéramos adolescentes. Porque nos inventábamos historias eróticas como si de un relato Climax se tratara, para encender la llama. Una llama que nunca más volvió a dar calor.
Como calor es el que sí tengo con nuestra querida hija curiosa. Algo que nunca pensé que podría suceder, y ha sucedido. Pero como la vida pasa rápido y las emociones más, en un ademán de acercarse hacia mí, Rebeca acabó hace unas semanas enrollándose conmigo: con su madre.
Yo la he parido y la he visto crecer, también la he desnudado y bañado desde siempre, y siempre la he respetado. Pero un buen día no hace mucho, fue ella la que cansada de sus sosos novios y de su insatisfacción sexual me comentó su inapetencia con los chicos.
Rebeca una joven atrevida e hija viciosa se lo monta con mama
Yo dije que era normal tener dudas a su edad, a mí también me había ocurrido de joven. Y que ya se le pasaría. Pero ni corta ni perezosa ahondó más todavía en su más que acrecentada curiosidad por su mamá tetona. Cuando me quise dar cuenta vino a mis brazos como cuando era pequeña. Y cuando me quise aún dar más cuenta todavía me decía mamá no sé que hacer, acurrucándose hacia mí. En ese momento noté alto especial.
Porque vi cómo se acercaba a mi pecho, y me besaba el escote como hace una hija a su madre. Fueron unos besos que hacía mucho tiempo no notaba. Por eso le dije que no pasaba nada y le dejé hacer. Muy pronto ella bajaba instintivamente para mis pechos, para mis pezones. No pude hacer otra cosa y aún me pregunto el porqué, de seguir dejándola hacer. Y sin más me bajé el jersey y extraje una teta para darle de mamar. Y al ver que su padre no estaba, nos pusimos en la cama, mientras mi hija me metía mano por debajo de las bragas. Seguirá.