Confesiones de una boda

Mi historia es una de las confesiones de boda de una perra, de una zorra caliente el dia de su matrimonio. Aquí relato lo caliente que me puse el dia de nupcias, o como se diga, el caso es que estaba ardiendo como una perra en celo, y no precisamente por el que iba a ser mi marido. Yo ya soy muy linda en forma natural macizona, rellenita, de pechos generosos, ya que mi cara es bonita, agradable, una morena que según dicen los hombres follable, con enormes ojos castaños y cabellera morena a media espalda, labios carnosos, coqueta y muy calentorra y golosa.

Mi cuerpo es normal, la típica morena de media estatura, peso unos 70 kilos mis medidas con buen culo y buenas tetas, ya que mis senos y mi culo son bien duros, algo más blandos ahora con la edad, aunque bien puestos, solo hay que comprobarlo cuando voy por la calle, tanto hombres como mujeres se me quedan mirando, y ellas hasta más. Me pone caliente que una mujer me mire con deseo.

 

Y ese día especial, estaba bien maquillada, muy cuidada, con un hermoso vestido de novia súper escotado y con corsé que realzaba aún más mis senos de rozados pezones, que cuando me excito quedan enormes, puntiagudos y muy sensibles. El resto del vestido era armado y hasta el piso, pero con la particularidad que la falda se puede desprender y quedo solo con una mini falda que no alcanza a tapar mi cola y es con mucho vuelo. Este detalle estaba pensado para lucirlo delante de mi esposo cuando estuviésemos solos.

Las confesiones de una novia muy golosa y calentorra

De este modo, completaba mi vestimenta un seductor portaligas con medias de red blancas, zapatos de súper tacón y una mini tanga totalmente transparente; son confesiones intimas de mujer insatisfecha, y que me gustan decirlas.

Por la tarde me encontraba vistiendo con la ayuda de mi mejor amiga y cuando me puse la tanga me dijo… “discúlpame pero me parece que se vería mucho mejor si vas totalmente depilada”.-“No se como se vería mi conchita depilada, nunca he visto una así…” “mírame” me dijo y se quitó el vestido y la tanga. Pude apreciar lo hermosa que se veía su coñito totalmente depilado… pero lo más extraño fue cuando tomó mi mano y se la pasó por su rajita para que notara como se sentía de bien.

Quedé un poco cortada pero me agradó la sensación y le dije “pero…. como hago ahora si faltan dos horas para mi boda y no se quien me puede depilar…”

Mi amiga tenía todas las soluciones y me dijo que ella siempre llevaba en su cartera la celulosa para depilarse.

Así que me pidió que me acostase con las piernas abiertas al borde de la cama y comenzó a depilarme. Como me quejaba mucho del dolor me dijo que me iba a masajear la zona un ratito para que no sintiese tanto dolor e inmediatamente comenzó a pasar su lengua por mis labios, mi conchita y mi culito.

Cuando encontró con la lengua mi clítoris ya hinchado por las lamidas, se concentró en él. Yo movía mis caderas como una poseída, me estaba gustando mucho su masaje. Quita su lengua de mi clítoris y cuando estoy por protestar, ella pasa la celulosa por uno de mis labios y luego pega el trozo de género. Con dos dedos sigue masajeando mi clítoris y de repente tira fuerte de la tela haciéndome pegar un grito pero de placer acercándome al orgasmo. Repite el procedimiento y nuevamente el tirón y el dolor que mezclado con el placer es hermoso.

“Sigue no pares por favor….” le dije.

Así pues, sin pensarlo más mi amiga fue repitiendo el proceso hasta que quedé totalmente depilada y excitada. Me pasó una crema suavizante y me hizo vestir.

“No puedo quedar así de caliente, si no me haces llegar me voy a masturbar yo sola” le dije. Si se trata de un relatos infidelidad, que se note, que llegue hasta el final me dije.

Nada de eso me dijo, cuando regreses de tu Luna de Miel te prometo que nos vamos a ver más seguido y vamos a disfrutarnos mutuamente, ahora no hay tiempo.

Entonces la boda transcurrió totalmente normal, con nuestros amigos y familiares… hasta las tres de la mañana o más, cuando fui al baño y mi amiga me siguió para despedirse… y me tomó en sus brazos y me dio el primer beso con lengua que me daba una mujer y no solo eso sino que me hizo apoyar las manos en el espejo y subiendo mi falda me mete dos dedos en la conchita que estaba totalmente mojada, metiendo y sacando durante unos minutos. Aprovecha mi lubricación y me mete otro dedo en el culito, hasta ahora virgen. Luego me mete tres dedos en cada lado y moviéndolos haciéndome casi llegar a un orgasmo. Llevo mi mano a mi clítoris cuando la puerta se abre…

Ambas nos retiramos del baño, yo iba caliente como nunca lo había estado. Tenía que follar, tenía que acabarme, lo necesitaba. Me palpitaban la conchita y el culito, todo mi coñazo hinchado, parecía un pequeño pene en erección, mi clítoris estaba tan duro que levantaba la tanga. Parte de mis pezones se veían por encima del corsé de mi vestido.

Intenté que no se me notaran los gordos pezones turbados y excitados, pero era imposible, ya estaban gordos y marcando. Mi esposo, el que iba a ser ya estaba totalmente borracho con sus amigotes también bastante bebidos, los mozos y el barman. El resto de las personas se habían retirado. Trato de despertar a mi esposo pero estaba muy borracho y yo tenía que coger.

Como una perra en celo miro al barman y a los mozos, todos chicos jóvenes, más o menos de mi edad, 20 años. “Dame un tequila, y baila conmigo que no he bailado con ustedes” les dije, y desprendí la parte de debajo de mi vestido y bajé un poco el corsé permitiendo ver lo grande y duros de mis pezones. Me abracé a uno de los mozos como una zorra buscando esta vez una buena polla, ¡qué puta que eres! me decía a mi misma, pero era la verdad!. Ningún tío me lo había dicho y tenía que ser yo misma… ufff…y comencé a bailar con él, refregándome buscando sentir su pene ya muy agitado y excitado. Desde atrás unas manos desprenden el corsé, cayendo este con la faldita al suelo al tiempo que otras manos se llevaban mi muy mojada tanga.

Todas las seis manos recorriendo todo mi cuerpo, apoderándose de mis senos, tirando de mis pezones y hurgando en mi culito y mi conchita. El barman sale desnudo de detrás de la barra y me hace arrodillar frente a él ofreciéndome su pija que comienzo a chupar con verdadero placer.

Uno de lo mozos me toma de la cadera y me levanta el culo apoyando su pija en el, empujando con mucha fuerza ya que se encontraba virgen. Por suerte la pija de este hombre no era muy grande y pasó con poca dificultad. Pero de normal me gustan bien gordos, como a todas. Bombeada por la boca y el culo me creía morir, pero faltaba algo más. El chico que me estaba dando por el culo se acabó casi enseguida a la vez que yo conseguía mi tan añorado orgasmo, que al revés de lo que pensaba, en vez de dejarme calmada me dejó más caliente. Sé que son confesiones de sexo, confesiones nocturnas que nunca se cuentan, pero la realidad era que necesitaba más polla.

En ese momento, uno de los amigos de mi esposo, ya desnudo y luciendo una polla enorme ahora sí, esto es otra cosa me dije, se acuesta en el suelo y me pide que me siente sobre él. Yo lo voy a montar y me dice que le de la espalda y me coloca la cabeza de la pija en el culo. Por el gran tamaño no me entraba hasta que me tomó bien fuerte de las caderas y haciendo presión con su pollón logró que esta resbalara totalmente dentro de mí. Grité de dolor y placer y me deje caer de espalda sobre su pecho. Menuda polla, de las que hacen disfrutar a una mujer, y no la del otro, que ni la sentí.

Me estaba cansando con uno, pero pensaba en el otro

Me montaba como un verdadero macho, el otro, el de la pija pequeña, me miraba a lo lejos. Le excitaba y todo al muy guarro, verme como una loca con ese macho de verdad. Uno de los mozos me montó sentándose en mi barriga y poniendo su pija entre mis tetas, comenzando a pellizcarme los pezones a la vez que se masturbaba con mis tetas, me estaba cogiendo las tetas. Yo seguía chupando una pija, ahora era la de otro de los amigos de mi esposo que no demoró mucho y se acabó en mi boca, llenando mi cara y mi pelo de esperma.

Ya estaba próxima a otro orgasmo cuando siento que otra pija imponente se está metiendo en mi concha que la recibe con verdadero deleite. Ahora sí, un macho en el culo, otro en la boca, otro en la concha, otro en las tetas y masturbando a dos más.

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No lo podía creer, me estaban cogiendo seis tipos a la vez y yo me estaba acabando en medio de temblores y alaridos. Esa noche me hice coger por diez hombres y creo que cada uno me cogió por lo menos tres veces. El caso es que cuando el último me cogió a las nueve de la mañana yo me encontraba totalmente sucia por las múltiples acabadas de todos esos machos.

Fueron incontables las veces que me acabé y la cantidad de leche que bebí. Quedamos en reunirnos una vez al mes para revivir esta experiencia. Al medio día ya podía caminar y me coloqué el vestido sobre la leche de mis amantes y entre todos me ayudaron a subir a mi esposo a nuestra habitación de Luna de miel.

Como despedida, uno a uno me follaron por el culo antes de irse y luego me la ponían en la boca para que yo se las dejara bien limpia. Se las limpié a todos, cómo no!, como su verdadera zorra. Cuando se fueron me dejaron diez acabadas alojadas en mi intestino. Apretando el culito para que no se me escapara ni una gota, desnudé a mi esposo y se la comencé a chupar. Cuando la tenía bien dura me senté sobre su pija y metiéndola en mi culo lo comencé a coger mientras destapaba una botella de champaña, tomaba un par de tragos y me volcaba el resto en mi cabeza, quitando la leche de mis amantes.

Bien empapado y mojado por el champan, mi esposo se despierta y se comienza a acabar llenando aún más mi culo de leche, provocando mi último orgasmo de esa velada. Me sacó la pija del culo y meto la botella dejando que toda la leche que tenía caiga dentro de esta. Porque su picha no era ni la mitad que el macho que folló de verdad.

En resumen, el es como cuarto litro de esperma que triunfante se lo muestro a mi esposo y le digo… “mira mi amor que cantidad de leche”…. Él mira y me dice, muy inocente, “es que estaba muy caliente…” Lo que no sabía era que toda esa lechada eran de pollones que me habían follado de verdad, sobre todo uno que solo acordarme de lo grueso y grande que lo tenía, me mojo las bragas sin querer…