Sus respuestas eran solo gemidos, follando con la madre de mi amigo, los cuales no dejaban de empalmarme, ya no sentía mi miembro de lo duro que estaba y creo que ella lo notaba. Seguí bajando por sus piernas, firmes y suaves al tacto, al llegar a sus pies comencé a masajearlos y de repente ella se volteó diciéndome “así va a ser más cómodo”.
Esposa caliente y desaprovechada I
Lo primero que tengo que decir, es que me dicen que soy una de las amas de casa calientes que corre por mi barrio . Y también quería agradecer sus comentarios porque todo es cierto, soy una gordita viciosa. Y creía que nadie vería lo que publiqué que sería algodiscreto. A Javier y Daniel les … Leer más