Me habían hablado de los masajes eróticos Barcelona que son toda una fuente y génesis de sensaciones y de sinfonía de notas espirituales, pero no lo descubrí hasta que tuve a Sofía entre mis piernas. Yo, que siempre había disfrutado del sexo en toda su plenitud, me había estado perdiendo lo más significativo del sexo y lo más profundo, que son las sensaciones de un buen masaje erótico. La respuesta la tiene el erotismo continuo de un buen masaje, nada parecido al sexo que desde siempre he conocido. Esto no es algo directo y explícito, es mucho más. La persona que te está tocando con sus expertas manos no tiene el interés de darse gusto placentero, de beneficiarse de tu cuerpo, no; tan solo quiere que sientas y disfrutes. No hay penetración, lo cual lo convierte en algo totalmente diferente.
Masaje Erotico Barcelona para estar una hora
Estuve con una masajista catalana. Sus manos sumamente delicadas, eran un mosaico de emociones trasladadas a mi mente. Dice que es un masaje lingam, que te transporta a otro lugar. Y esa es la realidad.
Pedí que me hiciera este servicio, o masaje mejor dicho, queda mejor, lo solicité por parte de una mujer. Quería sentir su tacto femenino, porque creía que ella me tocaría mejor. Las mujeres, tocamos mejor que los hombres.
Yo soy morenita, delgada, estilizada, con un buen porte y mejor resorte. Extendida en la camilla, abro toda mi florecilla. Que es morena como yo, y que la masajista no duda en bombardear sin reparos con sus manos aterciopeladas. Uf, que gustito tan efímero y pasajero, que aún lo noto cuando lo recuerdo.
Embadurnada en aceite con mejor olor, siento como si estuviera en una nube, envuelta por una música final, que encierra todo un mundo sensorial, yo, morena e independiente, me dejo llevar.
Mi masajista particular me masajea y navega por cada poro de mi cuerpo, sin dejar espacio a la duda o resentimiento. Quiere que toda yo salga renovada, una estrella recién nacida, y lo consigue. Levanto mi pierna derecha para dejar que trabaje mejor, solo el levantar mi extremidad provoca una sensación de libertad, al notar mi vagina sin frontera, toda para ella.
Masajista Bcn como ninguna la experta Sofía
En definitiva, todo un torbenillo espiritual hecho placer, y ella, no era de esperar, introduce y rebusca en lugares intocables. Mis puntos sensoriales más estimulantes y vulnerables. Noto como humedezco, pero es un masaje erótico sin final feliz, no es de los que al final acabas practicando sexo y llegando al orgasmo. No.
Es una experiencia que te deja a las puertas de la fantasía inalcanzable y con la miel en los labios para que otro la recoja. En Barcelona, en el centro de masajes que pude encontrar más cercano a mi hotel de bienvenida, ahí, experimenté lo máximo que una mujer puede tener: un buen masaje erotico Barcelona.