Continuación de «Soy puta con cornudo y chulo (2 parte)
-Mira cariño, ¿ves que bueno está, lo ves? Ya te dije que era un cañón, muy potente. Explicaba a su marido, mientras me quitaba la camisa y me dejaba con el pecho al aire.
-Sí, sí, oí que balbucía el cornudo sentado en un rincón de la habitación.
-Vamos Oscar, desnúdame como tú sabes, me dijo. Sus dedos pellizcaban con descaro mis pezones que estaban completamente tiesos.