Soy puta con cornudo y chulo (2ª parte)

Continuación de «Soy puta con cornudo y chulo (2 parte)

-Mira cariño, ¿ves que bueno está, lo ves? Ya te dije que era un cañón, muy potente. Explicaba a su marido, mientras me quitaba la camisa y me dejaba con el pecho al aire.
-Sí, sí, oí que balbucía el cornudo sentado en un rincón de la habitación.
-Vamos Oscar, desnúdame como tú sabes, me dijo. Sus dedos pellizcaban con descaro mis pezones que estaban completamente tiesos.

Yo me lancé al ataque, su cuello, que siempre huele a perfume caro, su culo, redondo, rotundo, perfecto, sus hombros llenos de pecas, sus tetas, con un par de pezones que son el mejor manjar que un hombre se puede llevar a la boca, sus muslos, adornados con las medias de blonda que la embellecían aún más. Antes de un par de minutos estaba rodando por encima de ella sobre la cama. Me desnudó, la desnudé. No del todo, me gustaba dejarla con las medias y los tacones puestos. Le daba un aire de puta sofisticada que me enervaba.

La puse a cuatro patas, estaba a punto de penetrarla por detrás, como más me gusta, cuando me dijo, – espera, un momento, que te tienes que preparar primero un poco. Llamó a Pedro y le digo – ven aquí cariño, necesito ayuda.

En este momento, el cornudo se acercó sin hablar y tal y como estaba, se acercó a Alicia y comenzó a lamerla el culo, primero solo externamente, pero luego separó sus nalgas y empezó a comerla el agujero sin recato alguno, la metió la lengua una y otra vez, mientras con la mano la masajeaba el coño que empezaba a estar chorreando.

La verdad qeu yo estaba alucinado, ¡¡ me la estaba preparando para mí !!, Os podéis imaginar que la empalmada que tenía era de órdago. Así estaba yo, sin quitar ojo de lo que veía, oyendo a Ali gemir ligeramente, cuando su voz me sacó de mi abstracción: – ya basta, suficiente, ahora a él.

El cornudo me preparaba a su mujer para mí

¿Ahora a él? ¿Pero qué dice esta tía? El cornudo se giró y, sin más, cogió mi polla y empezó a comérmela. Hostias, hostias, no daba crédito, me estaba chupando la polla un tío, nunca me había pasado, pero es que me estaba poniendo a tono para que sodomizara a su mujer. Joder, no puede ser, esto es un sueño, no me está pasando. Pero sí, ahí tenía al cornudo de Pedro haciéndome una de las mamadas, me atrevería a decir, más increíbles de mi vida.

Pensé que me corría en su boca, pero se apartó a tiempo, con sus mismas manos, acariciando mis huevos dirigió mi polla hacia el culo de su mujer, que seguía cuatro patas esperándome.

-Quiero que te folles a esta zorra y la revientes el culo para mí.

Se la clavé de un empujón, la tenía dura como una piedra y su culo estaba dilatadísimo, la agarré con fuerza de las caderas, argggg parecían hechas para ser follada por detrás, era perfecta. Estaba dispuesto a correrme dentro de su culo, pero una vez más su voz fue la que ordenó:

-Córrete en mi cara y mis tetas.

La saqué de su culo en medio de un estertor, la di la vuelta y casi de inmediato solté mi leche en su cara, su cuello, sus tetas ¡¡¡¡ Dios, dios, que lechada !!!! Hacía tiempo que no me corría así, pero es que esta mujer era para eso y más.

Y ya medio amodorrado por la corrida y por el cansancio de la cabalgada, me quedé sentado en la cama mientras veía como el cornudo empezó a besarla los labios, las orejas, el cuello, las tetas, la tripa, a la vez que se iba comiendo gota a gota la leche que había dejado encima de su mujer.

Estaba flipando, la pareja feliz, habían resultado ser dos depravados de aúpa, ¡¡ qué pasada !! Pedro, en su ansia de comerse toda mi leche y de rechupetear a su mujer, buscó su coño necesitado y comenzó a lamerlo.

Cuando vi el culo de Pedro, respingón, alzado y con su orificio entreabierto, mientras se comía el coño de Alicia, me dije a mi mismo, ¿por qué no? Y echándome un escupitajo en la polla de nuevo endurecida, me acerqué hacia él.

Soy un puto y jodido cornudo. No lo puedo remediar. Mi mujer se llama Alicia, los dos tenemos 47 años y ella está muy, pero que muy buena. No sé si a todos los hombres con mujeres tan calientes como la mía les pasará igual, pero yo disfruto como loco cuando la veo rodeada de pollas y cubierta de semen de otros machos. Además, no os podéis imaginar lo puta que se pone y como me folla después de alguna de esas sesiones. Es un verdadero lujo.

Todavía recuerdo el día que la dije que me excitaba imaginarla haciendo el amor con otros hombres. Se quedó muy sería, mirándome fijamente, pero luego, mientras cabalgaba encima de mí y veía cómo se movían sus tetas gimiendo de placer, me pareció sentir que estaba encima de otro. Fue uno de los mejores polvos que recuerdo.

Tan sólo unos meses después, el día de mi cumpleaños, me envió un archivo por We transfer: – Mi regalo. Es lo único que ponía.

Lo descargué impaciente. Casi me muero cuando lo vi. Era un video, de ella, pero no estaba sola, Antonio y Rafa, dos compañeros del curro, y un tercero al que no conocía. En mi propia casa. ¡¡ Alicia se había convertido en una estrella del porno !! Joder, qué caliente que me puse.

Fue increíble ver cómo empezó a moverse entre esos tres tíos. Primero se comió la polla de uno, luego la de otro. Pero qué zorra, si a mí no me la ha comido así nunca. Después lametones por todas partes, se la metieron hasta dentro los tres, pero es que acabó tragándose una corrida tremenda de Rafa mientras los otros la estaban reventando el coño y el culo.

Tuve que verlo varias veces porque no podía creerlo, estaba empalmadísimo y me hice varias pajas seguidas.

Recuerdo que esa noche, cuando llegué a casa, no dije nada, me acerqué a ella, la di la vuelta y en la misma cocina me la follé agarrada a la encimera. Cuando me corrí, la susurré al oído: “Eres una puta deliciosa, me ha encantado. Quiero más”

Desde entonces no tengo ni idea de a cuantos tíos se ha tirado, ni cuantas pollas se ha comido, porque no me cuenta todo, pero ayer me tenía reservado un espectáculo especial. Oscar, el vecino del 4º, al que lleva follándose un par de años. Me hizo esperar, desnudo y con mis atuendos de cornudo en la habitación, la máscara de látex, el collar y la anilla aprisionándome los huevos.

Sabía que iba a tener espectáculo en directo y eso me estaba poniendo muy malo. Hasta ahora todo lo que había visto eran videos y fotos.

Oí el timbre de la puerta. Tres o cuatro minutos después los pasos que se acercan. Ella, mi diosa, vestida como una auténtica puta de lujo, seguida de su chulo.

La mujer presenta al follador ante su marido

-Hola mi amor, he traído a un hombre de verdad para que veas cómo me folla en condiciones y grito como una cerda.

Joder, sólo oír sus palabras hizo que mi polla se empezase a mover. Me dolía si se me ponía tiesa.

-Vamos aparta, que necesitamos la cama nosotros.

Me fui a un rincón, mirando, esperando, deleitándome con el cuerpo esplendoroso de mi mujer siendo recorrido por otras manos y por otros labios, mucho más fuertes y vigorosos que los míos. Me dijo algo que no oí, estaba completamente absorto en su cuerpo y sus movimientos.

El chulo la había dejado desnuda por completo, sólo las medias y los zapatos.

¡¡ Madre mía, me estaban poniendo a mil !! La puso a cuatro patas para follársela por detrás, mientras yo, que ya no aguantaba mi excitación, empecé a cascármela a pesar del dolor de huevos. Entonces Ali dijo: – espera, un momento, que te tienes que preparar primero un poco. Me llamó: – ven aquí cariño, necesito ayuda.

Joder, no tenía ni idea de qué quería, pero me acerqué despacio, y pensé lo que quería yo, que la destrozase el culo con su polla. Por eso me puse a lamerla despacio, primero sus nalgas, luego, abrí bien su ojete y mi lengua fue preparando el camino. Me encanta comerla el culo y dejarlo bien lubricado para lo que pueda venir mientras acaricio su coño que a esa alturas suele estar ya chorreando.

Pero eso no era todo, porque entonces me dijo: – ya basta, suficiente, ahora a él.

Joder Alicia, cómo eres, pensé, quería llevar mi ser cornudo hasta el límite. Pero yo estaba muy caliente como para parar, a sea que me di la vuelta y sin dudarlo me metí la polla de ese cabrón en la boca. Nunca, nunca había chupado una polla, tampoco nunca había pensado que lo fuese a hacer, sin embargo, un placer muy especial, muy difícil de explicar me inundaba. Me gustaba, quería que ese tío se corriese en mi boca, pero sabía que esa corrida debía ser para ella, no para mí.

Dejé ese sabroso manjar y, acariciando los huevos de Oscar, dirigí su rabo hacia el culo de mi mujer

– Quiero que te folles a esta zorra y la revientes el culo para mí.

La penetró con ansia, casi con rabia diría yo, y cuando estaba a punto de correrse dentro de su culo, Alicia dijo: Córrete en mi cara y mis tetas.

Paró, la sacó de un golpe la dio la vuelta y casi de inmediato empezó a soltar su leche, la primera a la cara, en el ojo derecho, luego la boca, el cuello, las tetas. Joder, pero cuanta leche tenía este desgraciado. Yo estaba temblando de excitación viendo como la polla de Oscar iba regando el cuerpo de mi mujer. Me acerqué, besé sus labios recubiertos de semen, y poco a poco fui recorriendo su cara, sus tetas, su cuello, recogiendo gota a gota la leche de nuestro vecino.

Cuando estaba chupando el coño de Alicia, noté como unas manos agarraban mis caderas y una polla buscaba mi culo.

Acomodé un poco mejor mis caderas para sentir como una ola de calor inundaba mi ano. Continuará.