La familia de Pilar formada por su marido Jesús y su hijo Jesusín estaban en el cuarto de estar, viendo una película, era invierno y como la estufa de gas que tenían como toda calefacción no calentaba mucho, tenían una manta por encima de las piernas que Le llegaba hasta la cintura.
Jesús miraba la tele embobado, con media sonrisa, no hacía caso a la película, su vida sexual había cambiado de un tiempo a esta parte, no sabía porque, pero Pilar que sólo follaba los sábados por la noche, casi por obligación y con el camisón puesto, ahora iba sin sujetador todos los días y quería follar un día si y otro también y en los sitios más insospechados.
Recordaba el primer día del cambio, estaba sentado en la cocina, viendo a Pilar en los fogones, la notaba distinta pero no sabía porque.
– Bueno, esto está, dijo Pilar retirando la cacerola del fuego, ¿Que miras tan embobado, Jesús.
– Te miro a ti.
– ¿Y te gusta lo que ves?
– Si, pero te noto distinta y no se porque.
– A lo mejor es por la ropa, dijo Pilar.
– Es verdad, no llevas la bata de todos los días. Estás estupenda, ya sabes como me gusta verte con falda, si por mi fuera obligaría a todas las mujeres a llevarlas.
– No seas exagerado, Jesús.
– No, lo digo en serio,las mujeres con falda me encantan y además te has puesto ese jersei que tanto te resalta las tetas, estás estupenda, mi amor.
– Pues todavía queda tiempo hasta la hora de comer.
Jesús no podía creer lo que estaba oyendo, ¿Le estaba proponiendo Pilar follar a esas horas?
– ¿Quieres que vayamos al dormitorio?
– No hace falta, dijo Pilar y se levantó la falda.
Jesús se quedó alucinado, su mujer no solamente estaba sin bragas, se había depilado el coño.
– Vaya, Pilar, que sorpresa, pero a mi los chochos me gustan con pelos, dijo Jesús mientras se desabrochaba la bragueta y se sacaba su polla tiesa.
– Lo tendré en cuenta cariño, dijo Pilar acercándose. ¿Y mis tetas te gustan así? Dijo quitándose el jersei.
– Eso si, me encanta que vayas por casa sin sujetador, ya sabes que lo que más me gusta de ti con esas tetazas que tienes.
Pilar se sentó encima de Jesús, este se cogió la polla para meterla en el coño de su mujer, sus tetas quedaban a la altura de su boca, era un sueño hecho realidad.
– ¿Que te ha pasado, Pilar?, dijo mientras follaban.
– Nada, que he decidido seguir mis instintos y he descubierto que me encanta follar.
– Dios, sigue, sigue.
Jesús Le mordisqueaba las tetas, estaba siendo delicioso, un buen aperitivo antes de comer.
En la última embestida la silla no pudo más y se vieron los dos en el suelo jadeando.
Cuando llegó Jesusín del colegio vio a sus padres sentados en la mesa esperándole para comer, vio la silla rota pero no dijo nada.
Jesús en el sofá se había puesto cachondísimo recordando aquel día, puso su mano en el muslo de su mujer, sobre su falda.
Pilar notó la mano de su marido sobre su muslo, está loco pensó con el hijo aquí delante no podemos hacer nada, puso su mano sobre la de él y empezó a acariciarse el muslo con ellas.
Empezó a pensar en el polvo que había echado con su ahijado (ver relato “metidos en harina”) como se la había follado y sobado sus tetas, había sido maravilloso, quitó la mano de su marido de su muslo, se levantó un poco como si estuviese mal sentada y se subió la falda, volvió a coger la mano de Jesús y la introdujo en sus bragas, sobre su mojado coño, era una locura pero seguro que su hijo embobado con la película no se enteraba.
Jesús se sobresaltó, su mujer estaba más loca de lo que pensaba, en fin, él no iba a ser menos, se abrió la cremallera y se sacó el rabo totalmente tieso, cogió la mano de Pilar y la puso sobre él, Pilar lo agarró fuerte.
– ¿Os gusta la película? Dijo de repente Jesusín.
– Si, contestaron sus padres con voz temblorosa.
– ¿Os pasa algo?
– No, dijo Pilar, es que es una película muy triste.
Jesusín se cayó y no dijo nada, para nada era una película triste, sus padres estaban locos.
Jesús empezó a acariciar el coño de Pilar, despacio, metiendo y sacando los de dos de él, Pilar se echó un poco hacia atrás, procuraba no moverse para que no se enterara su hijo que estaba a su lado, pero era difícil controlarse.
Ella empezó a subir y bajar la piel de la polla de Jesús, despacio para que no se moviera la manta, iba a ser una paja eterna.
Jesús estaba alucinado con el ritmo que llevaba su mujer, que despacito se lo estaba haciendo, nunca había sentido algo igual, ~l seguía afanándose en el coño de Pilar que cada vez estaba más mojad, estaba teniendo una corrida tras otra pero que bien se controlaba la muy puta. De repente no pudo más la situación le desbordó se corrió y al hacerlo tembló
Jesusín se asustó se levantó de golpe y al hacerlo tiró la manta, lo que vio Le dejó alucinado, su madre con la falda por la cintura y la mano de su padre dentro de las bragas y ella con la polla de su marido en la mano llena de semen. Que vergüenza.
Salió del cuarto y se fue a su dormitorio sin decir nada.
Se tumbó en la cama enfadadísimo, como eran capaces sus padres de hacer algo así con el delante, sobre todo su madre, con lo puritana que parece,había notado que ahora no solía llevar sujetador, pero no Le había dado importancia.
Pensando en lo que acababa de ver, comenzó a darle vueltas, ahora que lo pensaba, su madre no estaba nada mal, tenía unas tetas como las que a él Le gustaban, aunque nunca se había fijad6en ellas, era su madre, pero se estaba empezando a excitar, se restregó por encima del pantalón, después de lo sucedido ya no veía tan mal pajearse pensando en su madre.
En ese momento se abrió la puerta y apareció Pilar.
– Perdona, hijo.
– ¿No os da vergüenza hacerlo delante de vuestro hijo? Podríais haberos ido a la habitación a follar.
– Jesusín, no hables así, no estábamos follando, no tenías porque haberte enterado, fue mala suerte.
– Es verdad, dijo Jesusín, no estabais follando, os estabais pajeando delante de mi.
– Ya te digo que estuvo mal y lo siento, pero ha sido un calentón y no estábamos haciendo nada malo, somos marido y mujer y además es solo sexo, algo natural.
– Es verdad, mamá, que tonto soy, es solo sexo, dijo Jesusín que no quitaba los ojos de las tetas de su madre.
– Mira mamá, esto también es sólo sexo.
Jesusín se sacó la polla y empezó a masturbarse delante de su madre.
– Jesusín, por favor, para, esto no está bien.
– Es sólo sexo, mamá, además tus tetas me están poniendo supera cachondo, como ahora te ha dado por ir sin sujetador, so puta.
– No me insultes, Jesusín.
– Ahora que lo pienso, mamá, como he visto que tienes experiencia ¿porque no me masturbas tu? Así me demuestras que el sexo no tiene importancia.
Pilar no sabía que hacer quería darle una lección a ese mocoso, pero hacerle una paja a su hijo Le sobrepasaba.
– Venga mamá y desabróchate la blusa y enséñame tus tetazas para inspirarme.
Pilar se decidió, empezó a desabrocharse la blusa y a abrió, apareciendo sus hermosas tetas, Jesusín seguía con su mano en la polla y abrió la boca asombrado, su madre Le iba a hacer una paja.
Pilar se acercó y cogió la polla de su hijo, dos pajas en una hora, no estaba mal.
Jesusín con una mano tocaba las tetas de su madre y la otra la metió por debajo de su falda para tocarle el coño.
-Hijo, mía pero no toques.
– Si mamá, si, te voy a tocar, para que te corras tu también ya tienes el coño empapado.
Era verdad, tener la polla de su hijo entre las manos la había excitado.
– Venga mamá, meneamela como a papá.
Pilar empezó con la paja, s hijo suspira a y no perdía el tiempo, masajeaba su coño.
– “Oh mamá, que bueno, sigue, sigue, te tengo que follar.
– Sigue tu también con mi coño, hijo.
– Si mamá, si, me voy correr.
– Yo también hijo, yo también
Jesusín sintió su mano mojada, su madre se echó hacia adelante y su lefa cayó en sus tetas, se las restregó y se abrocho la camisa.
– Gracias mamá, dijo Jesusín, ya solo falta que me dejes follarme un día.
– No hijo, eso no.
– Si mamá, si, es solo sexo, alg6sin importancia.
Pilar no supo que decir y salió del dormitorio, fuera estaba su marido.
– ¿Has hablado con él?
– Si, dijo Pilar
– “¿Y?
– Yo creo que se ha quedado satisfecho, contestó sonriendo.