Madre e hijo y la Champions League (parte 1)

Bueno contaré lo sucedió según mi mirada.

Mi padre falleció hace años de un accidente automovilístico.

Llamaré a mi madre Rosario y yo Samuel, son nombres ficticios, es lo único que no es verdad de todo lo que diga.
Vivimos mi madre y yo en un chalet en una urbanización en Valencia, donde tenemos piscina, césped… en fin vivimos bien gracias a la empresa que montó mi padre, mi madre y un matrimonio amigo varios hace años, yo no había nacido. Mi madre es pues muy guapa, pelo castaño tirando a rubia mide cómo 165, con unas tetazas diría yo, un buen culo que se le marca, un cuerpo de 10 vamos.

Yo estudio empecé una carrera doble por lo que mi tiempo gira en torno a los estudios y alguna juerga que otra.
Ese año me había dejado una asignatura para el final, por lo estudiaba por las tardes, las mañana las tenía ocupadas con ayudar a un amigo en una asignatura que no le entraba.

Como era verano abrimos la piscina, hacía mucho calor ya en junio y mi madre llegaba pronto a casa y se solía dar un baño, tomar el sol… La verdad que no lo esperaba, hasta la fecha el motivo de mis calentamientos y desfogues era la asistenta que venía por la mañana, una mujer casada de unos 29 años, buenas tetas y culo y más con el uniforme que se ponía para trabajar.

Hasta que una tarde desde mi habitación me asomé por la ventana al jardín y vi a mi madre toda mojada, tumbada en una hamaca boca arriba con un bikini en el que se le marcaba el coño, era una hendidura que no dejaba duda alguna. Se me puso la polla dura en un segundo, en ese momento agarré el móvil le hice un par fotos para verla mejor. No había duda su bikini blanco marcaba la raja de su coño, de solo de verla en la foto me puso la polla a mil, me la saqué y mirando la foto me hice una paja.
Después de aquello pensé que no estaba bien hacerlo con la foto de mi madre pero al final me dije, que no pasaba nada.

Desde esa tarde mis miradas por la tarde al jardín fueron en aumento para ver a mi madre en bikini y las fotos también fueron aumentando y mis pajas con ello.
Después opté por buscar su ropa interior en el cesto de la ropa sucia, donde cogía sus bragas e incluso tangas, los subía mi habitación y pasándomelas por mi polla me hacía una paja ya pensando en ella. Tenía cuidado de no mancharlas, la asistenta lo vería. Luego, más tarde desde mi ventana miraba a mi madre tomar el sol o bañarse y pensando en algo con ella me volvía a hacer otra paja.

Así pasaban los días hasta que llegó la Champions League, el primer partido lo vi con un amigo en casa que no paró de decirme lo rica que estaba mi madre, como si no lo supiera. Mi madre durante el partido nos dio algo de beber y entre el bikini y el pareo que llevaba me tenía a mil y a mi amigo más creo. Miraba al jardín algunas veces y allí estaba ella como una diosa en bikini tomando sol.

Para el siguiente partido opté por decirle a mi madre de cenar viéndolo… y así lo hicimos, en el porche. Hay de decir que mis miradas a mi madre eran tantas como a la tele, llevaba una camiseta de manga corta ajustada son un escote que dejaba ver parte de su sujetador blanco y un pantalón corto blanco que le quedaba como un guante. Durante el partido comentábamos jugadas y demás lances del juego, aunque mi pasatiempo era mirale las tetas y los muslos de mi madre. Al final nuestro equipo ganó y no dimos un abrazo de pie los dos.

Entonces le propuse la idea de ver todos los partido juntos pero con la condición de que teníamos que ser más forofos, pintarnos la cara, camisetas, algo que fuera acorde con el momento de la de nuestro equipo. Ella, con tal de pasar mas tiempo de caridad con su hijo, aceptó y quedamos en ello.

El siguiente partido era por la tarde y como hacía calor nos quedamos a verlo en el salón, para la ocasión compre dos camisetas, la de ella bastante ajustada y colores para pintarnos la cara. Le di la camiseta antes del partido y bajó con la camiseta en la mano, me dijo que le estaba muy ajustada y apenas respiraba, se la cogí y fui a la cocina y rompí el cuello haciéndole una abertura por delante y le dije que ahora seguro que si le entraba. Subió a ponersela, y le entraba… solo que la abertura era tanta que se le veía mucho la parte de arriba del sujetador, era de color rojo, DIOS como estaba de rica así y más con la falda que llevaba, corta ajustada marcando un culazo de cien.

En fin nos sentamos en el sofá, entre jugada y jugada mi vista se perdía al ver las tetazas marcadas en la camiseta y los muslos redondos de mi madre. Puse un par de gintonic y los llevé, al pasar delante de ella pude ver, o quizás la ganas que tenía, sus bragas rojas al fondo, la falda le quedaba muy arriba, mi polla estaba a reventar. Llegó el descanso y mi madre dijo que la camiseta apenas la dejaba respirar. El cual le dije que tal vez sin el sujetador estaría más a gusto, seguro, diciéndole que no pasaba nada si se lo quitaba.
Ella se lo tomó al pie de la letra y se fue volviendo sin el sujetador cogiendo la copa y bebiendo de pie frente a mí. Después dijo: llevabas razón, hijo ahora estoy mejor.
Luego se sentó pero la visión de sus pezones marcándose en la camiseta la tenía presente, tanto que mi polla, daba síntomas de querer salir.
Solo deseaba que nuestro equipo marcará un gol para abrazarla, estrecharla entre mis brazos y que ganara para poder darla un beso con la euforia.
Pero que creen, no pasó nada de todo eso, ni marcó ni ganó por lo que nos quedamos algo decepcionados por el resultado, yo obviamente por alguna otra cosa más.

Entre tanto los días pasaban, yo seguía mirándola y además que me apetecía estar con ella por lo que todos los días me daba un chapuzón en la piscina y luego me quedaba conversando (mirándola) hasta la hora de cenar.

A todo esto nuestro equipo clasificó para las siguiente ronda y allí estábamos los dos para ver el partido, nuevamente era por la tarde. Solo que esta vez fue mi madre la que se compró una camiseta más de su talla por lo que me quedé sin ver el canal de sus tetas, pero igual estaba impresionante con ella puesta y con una falda blanca que contrastaba con sus hermosos muslos bronceados por el sol.

Nos sentamos en el salón y seguimos el partido con entusiasmo mientras comentábamos las jugadas. Mi madre estaba a mi lado derecho, la miraba de reojo… era impresionante lo guapa que estaba, como su pecho se marcaba en la camiseta y sus muslos con las pierna cruzadas mientras degustamos la bebida, era una diosa. En medio del partido fue a por hielo y la ví irse a la cocina de espaldas, con su culo marcándose en la falda, mi polla estaba a reventar, a no poder mas, quería salir,romper el pantalón. Yo por lo tanto quería que nuestro equipo ganara para poder abrazarla y que sienta como me ponía.
Pero no hubo ni suerte ni milagro ni abrazos ni nada, perdió y quedó fuera de la competición. Me quedé contrariado si nuestro equipo no jugaba, las estancias con mi madre y los posibles magreos que tenía en la cabeza se disipaban.

Al día siguiente le propuse cambiar de equipo hacernos seguidores de otro, ella aceptó encantada, solo que ella escogió Juventus y Yo Real Madrid.
Lo cual no era malo así podíamos ver su equipo y el mío, el doble de veces, el doble de tiempo de estar con ella y poder verla. Le dije que teníamos que seguir con la tradición de llevar algo de los colores del equipo cuando jugara, y durante todos los días que estuve con mi madre, mucho tiempo hablando, viendo cosas del futuro y entre tanta charla llegué a preguntarle si había tenido algún novio desde que murió mi padre, en esa pregunta ella solo se limitó a sonreír, pienso que tuvo alguno.

En fin jugó Real Madrid y allí estábamos para verlo en el porche sentados los dos frente a la televisión, mi madre espectacular con un vestido blanco de verano que se le notaba su cuerpo y dejaba ver su espectaculares piernas. Entre el partido que quería que pasara mi actual equipo y mi madre con su figura era un poema de nervios y deseos. Hubo prórroga y en eso minutos pusimos algo de picar, verla en la cocina cogiendo cosas, agachándose marcado su hermoso culo me daban ganas de cogerla por detrás y sobarle pero no tenía valor para eso, aunque mi polla me insistía, mas bien me suplicaba por ello. Llegamos a los penaltis, me puse de pie para verlos, de lo nervioso que estaba, mi madre también se puso de pie e instintivamente la cogí de la cintura, tiraban penaltis hasta que falló el equipo contrario, entonces le di un beso a mi madre en la cara y la abrace de emoción, me puso a mil sentirla tan pegada a mí. Al volver a ver la pantalla de la tele, puse mi mano en su culo como distraídamente, hablándole de que ya faltaba menos, con eso pensaba que ella no lo tendría en cuenta. Sentir mi mano en su culo, era para caerse muerto duro y respingón. Cuando clasificó Real Madrid la abracé fuerte cogiendole el culo entre metiendo mis dos manos en sus dos nalgas, la levanté del suelo, le di un beso en los labios y luego otros en la cara, mientras yo saltaba dando síntomas de alegría, aunque mi felicidad iba mas por tenerla sobando su culo.
Mientras ella dijo.

Madre: Oye bájame por si me tiras.
Le apretaba el culo con mis manos de una forma casi descarada, al final la baje y la dije.
Yo: creo, mamá… que antes con la emoción te di un beso en la boca.
Madre: si jaj, pero es igual hijo, no importa
Yo: ah, vale

Estuve tentado de darle otro beso ya con lengua, pero como otras ocasiones, no tenía valor.
Por la noche en la cama quedé pensando en su culo, y sus tetas dándome en mi pecho, me hice una paja de escándalo, además pensé en lo del beso y que daba igual, pues si era así lo mejor era hacerlo otra vez a ver que decía.

Al día siguiente llegó a la hora de comer y sin decir nada le dije.
Yo: Hola…
Y la dí un beso en los labios, solo juntar mis labios a los suyos y dije algo que no recuerdo solo para distraer el tema.
Yo: yo ya comí, no hace falta que me hagas nada, gracias
La ví pensativa unos segundos y luego contestó
Madre: ah, vale
Salí de la cocina y me fui al jardín a darme un chapuzón en la piscina. Por el camino iba sonriendo de haber tenido el valor de darle un beso.
Por la tarde ella me preguntó por ello, yo ya tenía la respuesta en mi cabeza.
Yo: ah, eso, el beso, bueno como te lo di ayer y me dijiste que no pasaba nada, pensé que no te importaría.
Ella se quedó sin poder rebatirme ya al final dijo.
Madre: ah, si no me importa de verdad, pero te pido que no lo hagas delante de gente, por lo demás todo bien.
Cada día pasábamos más tiempo juntos charlando sobre infinidad de cosas, entonces pude ver no solo a la mujer tan rica que tenía por madre si no la mujer increíble que era en todo.
La Champions seguía y nosotros viendo los partidos juntos y con nuestras prendas de nuestro equipo, cada vez teníamos más relación e incluso más intimidades sobre los abrazos y besos como si en ello nos fuera la vida.
Por fin ganó real madrid y todo fueron para bien, abrazos y alguna que otra caricia de mi parte.
Como todos los partidos eran ya por la noche, pusimos algo de picar, algo de beber y cómodamente los veíamos en el porche de casa. Cuando ganó, en semifinales después de los abrazos y besos de rigor, mi madre se dio cuenta que no llevaba la camiseta de Real Madrid.
Madre: Hoy no llevas la camiseta de Real Madrid, no me había dado cuenta.
Entonces le dije
Yo: no, es que llevo otra prenda
Madre: cual? No veo ninguna
Sin cortarme un pelo me bajé los pantalones y le enseñé un slip ajustado con los colores de Real Madrid que marcaba una tremenda erección de mi polla
Yo: esta, la compré esta mañana
No me dió nada de corte el que mi madre viera como se me marcaba la polla, al contrario deseaba que ganara para poder enseñarle la prenda.
Ella me miró y quedó en silencio un momento, y dijo
Madre: aaah, claro con razón no la veía.

Al día siguiente jugó Juventus y mi madre con la camiseta de rigor del equipo que solo se marcaba sus grandes tetazas pero que no dejaba ver nada, aunque lo compensaba con sus mini faldas que le marcaban el culo y mostraban sus muslos redondos. Ganó Juventus y como el día anterior fue muchos besos, abrazos, alguna que otra caricia, etc.
Ambos equipos clasificaron en la final que era un sabado si no mal recuerdo.
Entre tanto, los besos en la boca al vernos por la mañana o despedirnos por la noche eran algo muy habitual, tanto que mi madre también lo hacía con total naturalidad al verme o despedirse.

El viernes, un día antes de la final yo estaba en el jardín tumbado en una de las hamacas cuando oí renegar a mi madre, fui a ver qué pasaba y si, la ví, Dios, de rodillas con la cabeza metida en el mueble del fregadero, sacando botes y demás cosas, con una mini se le veía todo el culo, un tanga amarillo que tenía una tira por detrás que cada tanto se perdía por ese culo. Como tenía las piernas semi abiertas luego se le veía el tanga en la parte del coño que era como de encaje con transparencias, se me puso la polla dura en un segundo. Cuando pude reaccionar que fue después de al menos 2 minutos, le dije
Yo. Que pasa?
Madre: Se ha roto un bote de lavavajillas y está todo perdido, vete poniendo los botes en el fregadero para limpiarlos mientras yo los voy sacando y limpiando porfa.
En ese momento en lo que pensaba era en sacarme la polla, apartarle el tanga y meterle mi dura polla.
Cuando me acerqué a ella, de momento solo la había visto de espaldas, vi que llevaba una camiseta blanca de tirantes sin sujetador y como sus tetazas caían, moviéndose al compás de su movimientos al coger botes y limpiar el suelo del mueble. Los tirantes de la camiseta apenas podían sujetar semejantes tetas. Fui poniendo del suelo al fregadero los botes sin perder un momento de la visión que tenía de mi madre, ella seguía de rodillas limpiando, moviendo sus tetas y culo al compás de la limpieza.
Nose como haciendo por instinto tal vez mojé su camiseta por el cual me permitia ver aquellos pezones, Dios, no daba mas de buena.
Esa noche caían una o dos pajas pensé, pero fueron varias durante toda la noche.