No hace mucho, unos días tan solo, fue la fiesta de fin de curso de mi instituto, la típica fiesta donde tienes que ver por última vez a los profesores y etc… Pero en mi caso no fue tan aburrida como mucha gente recuerda, para mi será creo que uno de los mejores recuerdos que voy a tener en mi vida.
Mientras empezaba “la fiesta” se me acercó una compañera de clase, la chica fácil que existe en todos los institutos. Cuerpo normalito pero que sabe como explotarlo al máximo vistiendo muy provocativa y con ropa ajustada. Me dijo que esta fiesta era un rollo, que prefería tener su propia fiesta. Mientras me dijo estas palabras se sacó del escote un preservativo. Yo sabía que era chica fácil pero también era el mejor plan que podría tener.
Así que abandonamos el patio donde estaba todo el mundo y nos dejamos perder por los pasillos del instituto hasta que encontramos un aula abierta, nos metimos y tras bloquear la puerta comenzó nuestra particular fiesta.
Ella rápidamente se quedó en sujetador y tanga, yo me acerqué a ella poniendo mis manos en su culo a la vez que le chupaba el cuello. Así nos fuimos moviendo hasta llegar a la mesa del profesor donde me senté y ella aprovechó para quitarme la camiseta y desabrocharse el sujetador. Me fue empujando contra la mesa para que me tumbara mientras ella iba rozando sus pezones desde mi cintura hasta mi boca. Yo le agarre sus tetas para poder comérselas. Me cabían casi entero uno de sus pechos en mi boca, yo succionaba sus tetas y le pasaba mi lengua por el pezón de la forma más rápida que podía. Iba cambiando de una teta a otra, ella estaba echada encima de mi cuerpo frotando su zona vaginal con mi entrepierna mientras yo estaba con sus pechos.
Entonces se dio la vuelta, me quitó los pantalones y los calzoncillos para comenzar a chuparme la polla y a comérsela. He de admitir que lo hacía francamente bien, seguramente sería de la práctica que tenía, o quizás fuera porque yo no estaba tan centrado en como me comía mi polla, sino en la vista que tenía de su culo y su coño sobre mi pecho en primer plano. Todo para mi y sutilmente tapado por un tanga de hilo.
Tanga que no tardó en comenzar a humedecerse, cada vez que se movía hacía atrás se le abrían un poco las nalgas y ese tanga se apretaba más contra sus agujeros. Puse mis manos en su culo y acompañé su movimiento.
No me lo pensé dos veces, aparté el hilo del tanga y pude ver su vagina y su ano. Creo que era uno de los más bonitos que he visto o por lo menos de los más excitantes que he visto. Toda su piel blanquita blanquita, ni un solo pelo, todo depilado. El ano estaba completamente cerrado pero relajado, sin ninguna arruga ni marca en la piel, era perfecto. La vagina también estaba blanquita, excepto los labios menores y propiamente el agujero que era un rosita muy suave, que se fue tornando a más intenso a medida que le fui abriendo los labios y acariciárselo. Y antes de que pudiera seguir tocándole la vagina o le pudiera introducir cualquier dedo, ella se levantó y se sentó sobre mí, con sus manos agarró mi polla dura y la colocó para que le fuera entrando por su vagina lentamente para que se le fuera adaptando el coño al tamaño de mi pene. Yo notaba como mi polla iba abriéndose paso por sus entrañas y el placer se iba acrecentando cuanto más entraba. Cuando ella se sentó sobre mi pelvis, nos miramos, yo no se que cara tendría yo pero ella si que estaba con la boca entreabierta, respirando profundamente y sus ojos mirándome fijamente pero como con la mirada perdida. Así comencé a mover mi cintura lentamente y a levantarla de la mesa, ella no esperaba que pudiera sentir más placer o que mi polla pudiera penetrarla más. Aunque no quería, no pudo evitar el gemir y dejarse llevar por el placer que le estaba recorriendo todo el cuerpo.
Luego nos cambiamos y le hice a ella ponerse en la mesa del profesor tumbada hacia arriba, le puse sus piernas sobre mis hombros y le metí la polla por su coño y así la estuve follando un tiempo, cuanto más le apretaba las piernas contra mi más profundamente le entraba la polla. Ella estaba concentrada en el placer que estaba sintiendo y llegó a perder hasta la noción de donde estaba y lo que estaba sucediendo. Le saqué la polla, le agarré el tanga y se lo partí para poder estar más cómodos los dos y así me tiré a poner mi boca en su coño.
Entonces y solo entonces, después de chupar y tragarme gran cantidad de jugo que salía de su coño, empecé a frotar mi lengua por su vagina que a estas alturas ya era de un color rosa muy intenso. Ella no paraba de disfrutar de cómo mi lengua recorría toda su vagina, incluso le intentaba penetrar con la punta de mi lengua. Yo sabía que ella estaba muy excitada porque su coño no dejaba de chorrear y tenía el clítoris durito. Le masturbaba el clítoris mientras le pasa mi lengua por los labios menores y succionaba todo el líquido que salía de ella, calentito y dulzón. Obviamente se estaba corriendo y estaba teniendo una eyaculación femenina, esto iba acompañado de espasmos y gemidos mezclados con gritos y suspiros.
Tras su corrida la levanté y la puse boca abajo contra la mesa del profesor pero esta vez con las piernas hacia el suelo poniendo su culo en pompa. Culo blanquito, pequeño pero con curvita donde agarrar, el típico culito pequeño y blandito, muy tentador el penetrarlo. Así que en esa posición no dude en acercar mi polla a su culo y pasarla entre sus nalgas ,mientras las apretaba con mis manos contra mi polla. Yo empecé a notar que mi polla se estaba empezando a poner excesivamente dura, así que decidí meterle la polla de nuevo para terminar. Con las manos le separé las nalgas para tener más fácil la penetración y sin más empujé, por suerte para ella mi polla entró directamente por el coño. Pero como tenía el coño cerradito y apretado sinceramente no me importó que no fuera el culo por donde se la había metido. Empecé a follarle el coño, mi polla entraba y salía completamente de su vagina notando en la punta como se le abría el coño. Yo me excitaba más y más hasta que noté que me iba a correr y tras pensarlo una décima de segundo, le saqué la polla rápidamente y fui hasta su cabeza a metérsela en la boca. Ella después de tener tanto sexo estaba como en el limbo y solo tenía fuerzas para gemir. Le entró la polla en la boca sin problemas y casi a la vez también empezó a salir todo mi semen. En cuanto la notó empezó a intentar gritar y a moverse para que se la sacara y no tener mi semen en la boca pero ya era tarde para ella porque yo le tenía cogida la cabeza para evitarlo.Lo único que podía hacer era intentar gritar pero con mi polla en la boca y todo el semen, le era muy complicado.
Tras ese momento que se hizo eterno para los dos, yo me vestí como pude y me fui. Ella no sé lo que hizo, yo la dejé desnuda tirada en la mesa del profesor, ése que me cae peor que una vaca, y con su ropa tirada por el suelo excepto su ropa interior, que me llevé jejeje. Aún hoy la huelo cada máñana, huele a colegiala cachonda a no poder más.
Si les gustó, no duden en decírmelo, tengo muchas historias de chicas fáciles de instituto.