Con chicos más jóvenes que yo

Mis vacaciones con chicos más jóvenes que yo, cansada de muchas cosas al final me fui a zonas de mar para disfrutar de la vida y de hombres jóvenes. Las hombres lo tienen fácil, van con chicas de compañía para pasarlo bien, nosotras vamos con chicos de otra manera.
Estuve viajando por todas las provincias de España, estuve por Barcelona, Madrid, Valencia, Sevilla, Tarragona, Zaragoza, Santander, bueno, un viaje como el que me dieron en cada una de esas ciudades. Busqué y encontré, chicos de compañía, para los hombres son prostitutas o putas, nosotras los buscamos gigolós, pero me sonaba muy antiguo, buscaba más morbo.
Soy una madura que creo que me conservo más o menos bien, y el morbo me gusta, los relatos me ponen bastante mala, por eso escribo éste. Así que buscaba morbo y esa palabra de chaperos pregunté qué es. Es para gays o para hombres maduros, de chicos jóvenes. Pero como a mi me gustan los chicos jóvenes pedí y solicité pasar noches en cada provincia con uno de ellos.
Fue una barbaridad de morbo, gozar de hombres jóvenes con grandes pollas fue impresionante. Me he quedado parada al ver todo lo que puede dar la naturaleza, porque yo estaba acostumbrada al que era mi marido. Muy poca cosa.
Pero después de este viaje no dudaré en ponerme en contacto con hombres profesionales. Conocí en Sevilla a Raúl, un chapero con grandes dotes y muy dotado, le pregunté si no le importaría estar con una mujer, a lo que me respondió que no. Aunque lo suyo era estar con hombres.
Un chico moreno, de unos 22 años, delgadito, depilado y muy bien dotado. Me dijo que las mujeres de más de 45 años le gustan, así que yo cumplía con su modelo de mujer. Y me dijo que le lo haría hasta gratis. Le dije que no, que le pagaría sus tarifas.
Quedamos en mi mismo hotel, le hice venir, y se presentó muy guapo, muy perfumado y preparado para hacer gozar a una madura como yo.
Lo más impactante fue cuando pude descubrir lo que guardaba debajo del pantalón, una verga bien gruesa y larga, superaría los 20 cm en erección seguro, me dijo que si me gustaba. Uf, me daba tanto gusto verla, que hasta me avergonzaba decirle todo lo que pensaba, qué podría pensar de una mujer ya mayor.
Le agarré la verga y la empecé a tocar y a masturbar, enseguida se endureció y casi me daba para las dos manos, porque las tengo pequeñas. Mientras le masturbaba, él me miraba y me dijo que me podía quitar la blusa. Así que lo hice.
Mis tetas quedaron desnudas mientras le hacía una paja, él sentado en la cama y notaba cómo me miraba las tetas. Y empezó a sobármelas mientras yo le movía la polla ya tiesa. Mis pezones se pusieron bien duros ante esa escena. Y él, todo un profesional, me agarró y me subió a la cama. Y me quitó todo lo de abajo. Me quedé desnuda por completo y me incorporó para ponerme en cuatro patas para prepararme.
Yo pensé que menos más que era gay o que lo hace con hombres, porque sabía tratar muy bien a una mujer. Y así a lo perrito se acopló por detrás y noté cómo me palpaba primero con sus dedos para localizarme la raja, y una vez lo hizo noté cómo me la metió. Uf, toda esa polla, le dije que fuera poco a poco, pero él ya sabía cómo hacerlo. Sentí cómo me agarraba por la cintura a medida que la metía toda, lenta, pero hasta el fondo. Y cuando la noté toda dentro, suspiré de dolor y de placer y comenzó a follarme. Estaba toda mojada y qué podría pensar de mí, toda una mujer ya madura y caliente por un joven. Pero me encantaba, me dejaba follar porque lo hacía muy bien.
Yo sentía como él gemía de placer y también me veía balancear mis tetas cuando me embestía. Sus arremetidas eran fuertes y yo me notaba cada vez más guarra y mas cachonda. Toda una locura.
Si a alguien le gusta puedo seguir, hubo mucho más.

 

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