Menos mal que empezaron los colegios y con ellos mi tranquilidad. Casada hace ya más de diez años, con un marido más que monótono, aburrido y apagado, y con un hijo único que sigue su ritmo normal de crecimiento, yo, me aburro más que una ostra en alta mar. Soy lo que se dice una casada insatisfecha.
No trabajo desde que me casé prácticamente, mi marido gana lo suficiente como para que los tres podamos vivir de forma cómoda, y yo,la señora de la casa, paso las mañanas y las tardes, casi siempre en casa, porque no salgo apenas.