Mi hijastra está muy buena. – Cuentos Cachondos

Ahora que se acercan las fiestas navideñas me acuerdo de aquella ocasión especial en que mi hijastra y yo celebramos la navidad de una forma muy especial.Me llamo Eduardo, hace 4 años me casé con una mujer de 37 años llamada Nubia; que había enviudado un año antes y que tenía una hija de 16 años llamada Maricruz; que, al igual que su Mamá, era una chica de tez clara y ojos oscuros y penetrantes, muy bonita y bien formada, pero un poco arisca, tal vez porque sentía que yo iba a ocupar el lugar de su Papá.
La relación fue difícil al principio, pero poco a poco me fui ganando la confianza de Maricruz y empezamos a llevarnos bien, lo cual le dio mucho gusto a mi esposa Nubia.
Bueno, pues era el 24 de diciembre del 2001 cuando ocurrió lo que a continuación voy a relatar:
Como siempre, las cosas se habían apresurado, pues Nubia dentro de sus defectos tenía el no ser previsora y siempre había algo de último momento que había que hacer o comprar y así fue ese día. Faltaba algún ingrediente para la cena y Nubia me pidió que fuera a conseguirlo. Recorrí todas las tiendas de la zona y no encontré el mentado ingrediente, así que regresé y le dije a Nubia que preparara la cena sin él.
Lógicamente, siendo mujer, Nubia se puso como loca e histérica empezó a gritar que la cena no sería igual y que cuando llegaran mis padres (pues los habíamos invitado) la que quedaría mal sería ella, etc. etc. etc.
Total, que para detener el berrinche me ofrecí a ir al centro comercial más cercano a conseguir el famoso ingrediente y por fin vi que Nubia se tranquilizaba. Salí, pero al bajar la escalera se me atravesó el pequeño perro que teníamos y desafortunadamente me caí. Nubia y Maricruz salieron y me ayudaron a levantarme, pero no podía apoyar el pié derecho, al parecer me había fracturado el tobillo.
Nubia se preocupó y me dijo que fue su culpa, pero que iría por el doctor para que me ayudara y de paso iría por su mentado ingrediente para la cena. Me ayudaron a subir, me recosté en la cama y Nubia dejó a Maricruz cuidando la cena y a mí y se fue.

Maricruz me ayudó a ponerme hielo en el tobillo y me dijo que ella pensaba que no estaba fracturado, solo torcido y que con el hielo no se hincharía; luego salió caminando a la cocina y al verla de espaldas me di cuenta que ya se estaba convirtiendo en toda una mujer y como ya estaba arreglada, se veía bastante bien; la minifalda que se había puesto dejaba ver unas piernas muy bien formadas y el suéter pegado curveaba por su delgada silueta.
Unos minutos más tarde, Maricruz entró de nuevo y se sentó en la cama, a un lado de mí; se me quedó viendo y me dijo que por fin entendía porque su Mamá se había casado conmigo; le pregunté por qué y me dijo que porque yo era un buen hombre que hacía lo necesario para tener contenta a una mujer y que además era bastante guapo. Creo que me ruboricé y esperé que Maricruz también se ruborizara, pero ella no mostró el menor recato, por el contrario, me sonrió y me dijo que si ella fuera más grande, también se hubiera fijado en mí. Le pedí que dejara de decir eso, pues si su Mamá la oía, podría enojarse mucho.
Maricruz se subió gateando a la cama y coqueta me dijo que yo siempre le había gustado y que por eso se enojó cuando su Mamá se casó conmigo, pero que luego se sintió contenta pues estaríamos cerca y tal vez tendríamos alguna oportunidad como esta, dijo.
Sentí que el sudor comenzaba a perlar mi frente, pero aun traté de mantener el control y le dije que tenía que cuidar la cena; ella respondió que la cena estaba bien, que no me preocupara, mientras seguía subiendo y acercando su cara a la mía. Le dije que su Mamá llegaría en cualquier momento y ella respondió que estaba segura que tardaría, pues el famoso ingrediente era muy difícil de encontrar y que además estaría muy complicado encontrar un médico a esa hora y ese día; así que teníamos tiempo.
Me preocupó que Maricruz me estuviera tendiendo una trampa, pensé que tal vez quería ver que tanto quería yo a su Mamá y que por eso estaba haciendo esto; pero en lo que yo pensaba, Maricruz ya me besaba en la boca con pasión y ya no pensé; me dejé llevar y la abracé; me di cuenta que ella también me gustaba mucho y que sería un estúpido si desaprovechaba la tremenda oportunidad que ella me daba.
Maricruz empezó a desabrochar mi camisa y bajó con su boca por mi pecho; nunca creí que mi hijastra que se veía tan seria tendría esa pasión escondida; pero ella seguía bajando y me miró con ojos de deseo mientras sus manos desabrochaban mi pantalón y me bajaban el cierre; yo solo tragué saliva y la dejé hacer.
Ella sacó mi verga ya erecta y la acarició con una mano; luego, sacó su lengua y empezó a lamerla por todos lados; está por demás decir que el placer que me daba mi hijastra era supremo; yo no sabía que ella mamaba tan delicioso.
Maricruz metió mi verga en su boca y la mamó durante unos minutos; yo le dije que se volteara, pero ella se detuvo; se levantó y me dijo: â??primero quiero que me veas, papitoâ? y comenzó a quitarse lentamente la ropa; primero se sacó el suéter por la cabeza y vi que debajo solo traía el sostén, que desabrochó por detrás y también lo colocó a un lado, pude ver sus frondosos pechos salir de su prisión. Luego Maricruz se deshizo de sus zapatos de tacón y se bajó las medias; continuó con la minifalda que con solo desabrocharle un botón cayó al piso y por último se bajó despacio y coquetamente la pequeña tanga que llevaba. Por fin la vi completamente desnuda, está por demás decir que mi verga se sostenía en todo lo alto; creo que hasta el dolor del tobillo se me quitó con la hermosa visión que tenía en esos momentos.
De nuevo Maricruz se subió a la cama, solo que en esta ocasión se colocó sobre mí al revés, es decir, quedamos en la posición del 69 y ella volvió a chupar mi verga con ahínco mientras yo empecé a lengíŒetear su clítoris y luego su rajada que ya se encontraba húmeda; probé sus jugos y me parecieron deliciosos. Así estuvimos por un buen rato chupándonos y gimiendo los dos.
Luego, mi hijastra se enderezó y se volteó; me dijo: â??He deseado este momento desde que te conocíâ? y abriendo las piernas, ella misma se empaló en mi verga dura y comenzó a saltar sobre ella, haciendo que mi placer fuera inmenso, pues estaba muy apretadita; ella cerró los ojos y yo comencé a masajearle los pechos firmes y duros, acariciando sus pezones erectos.
Maricruz gemía de placer y yo sentía que me moría por lo mismo; ella se inclinó sobre mí y yo le besé los pechos con lascivia, mientras mis manos le acariciaban las nalgas y buscaba con un dedo el agujero de su culo. Nos seguimos moviendo al mismo ritmo los dos durante varios minutos y de repente la escuché gritar de placer y apretarme aún más; no aguanté más y solté toda mi leche dentro de ella con un tremendo orgasmo que me hizo sentir en el cielo.
Maricruz se bajó de mí y se sentó a un lado de la cama, luego se recostó sobre mi pecho y me preguntó: â?¿Se lo dirás a mi Mamá?â? Mientras le acariciaba el cabello, le respondí que tenía que pensarlo, pero que no sería ese día; pues no quería arruinar el festejo de navidad.
Ella se vistió y me ayudó a mí a hacerlo; mientras me subía el pantalón, vi que mi verga había quedado con sangre, por lo que le pregunté a Maricruz si era virgen y me dijo que sí, pero que no me preocupara, porque estaba contenta de yo hubiera sido el primero en su vida. Pero tuve que levantarme para irme a lavar, pues no podía quedarme así y me di cuenta de que mi tobillo ya no me dolía tanto y la inflamación iba desapareciendo, por lo que supuse que ya estaba casi bien.
Cuando estaba en el sanitario escuché que llegaba mi esposa y preguntaba por mí; Maricruz con toda calma le explicó que ya estaba bien y que estaba en el baño; me vestí rápidamente y salí; mi esposa no había localizado a ningún doctor disponible, pero si consiguió su famoso ingrediente, así que al ver que todo estaba bien, nos abrazó a Maricruz y a mí y nos dijo que estaba muy contenta de tener una familia tan bonita y tan unida y que siempre nos ayudáramos los unos a los otros. Luego le dio un beso a mi hijastra y le dio las gracias por haberme cuidado y por tener la cena lista.
Ellas se fueron hacia la cocina, Nubia entró primero y Maricruz, antes de entrar, volteó a verme y me guiñó un ojo.
Nadie sospechó nada en la cena; Nubia estaba feliz y Maricruz platicaba mucho con mis Padres, hasta les llamó abuelos, siendo que anteriormente no quería ni verlos.
Desde entonces he gozado teniendo a Nubia y a Maricruz, claro que la primera no sabe de la segunda y hasta la fecha mi hijastra no me ha dicho nada porque yo esté con su Mamá.
Si alguien desea que cuente otra de las aventuras que he tenido con mi hijastra, solo deje aquí un comentario para enviarlas.