Un día de Reyes muy especial para Clotilde

Clotilde, gallega y ama de casa en soledad, y con una vida muy recluida y sin chispa, siempre había deseado un encuentro amoroso con un hombretón. Ella quería estar con alguien de una altura normal, y con una verga descomunal. Al final lo pidió para el día de Reyes.
Se decidió por un hombre que le gustó mientras chateaba en una página para buscar pareja, y él fue quien la hizo feliz ese día.
En su misma casa, en su casa de Galicia con aspecto de cocinar el pulpo gallego, un vino de las Rias Baixas, con olor a gaviota y con barcazas de pesca estilo «Los lunes al Sol», Clotilde probó la polla de su vida.
En la cocina, en la mesa donde siempre pone su desayuno, un café con leche con galletas alpurrianas, ahí, se subió para probar al moreno que le había robado el corazón.
Abierta, con vagina velluda, tetas minúsculas, y estatura baja, gozaba en cualquier postura. Boca arriba, chupando, dando la espalda, y ahí, ella se abre como lo hace una buena mujer, para recibir a su partener. Una verga morena para la señora hambrienta. La hora de la comida puede esperar porque hoy, día de Reyes, Clotilde tiene en casa lo que su coño le pide.

   

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