Toda una yegua

Toda una yegua para mí, una tetona insaciable que hacía lo que quería en la pista de baile, que se arrimaba a cualquier tío que se le acercara, así era ella.

Me excita su contoneo al andar delante de mí. Cuando se mira al espejo antes de salir por la noche, y comprueba las gordas tetas de las que está dotada. Es muy puta y perra, lo sabe y le gusta. Sus nalgas llevan un ritmo perverso, insinuante. Los tacones altos de las sandalias repican en el suelo de mármol. Las piernas enfundadas en las medias negras con dibujos que hacen más atractivas las corvas que se afinan en los tobillos.

Me ha estado poniendo caliente la muy puta toda lo noche, bailando con unos y con otros, aprovechando para restregarse con los más jóvenes. Sólo lo ha hecho una vez conmigo, un suelto en el que ha jugado a excitarme como una perra ansiosa , moviendo sus tetas ante mis ojos, que saltaban en el corsé, y que apenas cubría la blusa de seda blanca, en que los botones abiertos dejaban ver su canalillo. Y paraba de vez en cuando para tomar una copa de champagne, al hacerlo los hombres la miraban hambrientos.

Sé que se excitaba, que su concha estaba empapada, lo mostraban sus pezones, que duros tensaban la tela. Y así he estado cinco horas, poniéndome como un lobo en celo, deseando follarla, romperla el coño, hacer que suplique, se lo está buscando por golfa.

Abre la puerta, entro y la cierro tras de mí. Ella sabe lo que la espera.

-“No seas bruto”- me suplica.

-“ Calla, puta, que te voy a follar bien follada”-

La agarro de las tetas y tiro de ella hacia mí. Su cola se pega a mi polla dura, Le chupo el cuello, me molesta el collar, pero dejo un surco de saliva en su carne blanca. Huele a otros tíos la muy cerda. Tiene los pezones duros, los aprieto con saña.

-“ Aaayyy….por favor….no me hagas daño”-

Le tapo la boca mientras su lengua recorre el camino hacia su lóbulo, mordisqueo pese a los aros. Se ha adornado como una zorra de lujo. Voy soltando los botones de la blusa, la abro. Su carne es cálida, suave. Saco sus pechos de la prisión del corsé, tiene los pezones, duros, tiesos, pellizco sus puntas, los agarró, los sobo.

Cuando quito la mano de su boca, musita con voz apenas le sale del cuerpo.

-“Eres muy bruto…me haces daño”-

Muerdo su hombro desnudo, quiero dejar la marca de mis dientes en su piel lechosa. Se ha soltado la pollera que cae al suelo. Dios mí, está inmensa, con los tirantes del corsé´que sujetan las medias y que al apretar la cintura resaltan más los globos de su culo, separados por el hilo de la tanga. La empujo hacia la cama. Cae en ella boca abajo.

-“Perra , ponte para que te cubra, cerda yegua…”-

Me obedece, se pone en cuatro sobre el lecho, yo me desabrocho el cinturón y me bajo los pantalones y los calzoncillos. Tengo la polla dura, en alto, dispuesta para la batalla. Separo la bombachita, su concha está mojada, sin miramientos coloco mi glande en la entrada que se abre para tragarlo. Está tan caliente que mi verga se desliza hasta el fondo de un golpe. Me gusta tenerla clavada , sometida a mi lujuria.

– “ Por favor…por favor….ayyy que lindo”-

– “Movete…YEGUA..”- le doy dos azotes en las nalgas y empieza a moverse. Con una mano la agarro de la cintura y con la otra la nalgueo marcando el ritmo de su adelante y atrás.

– “ Aaahhhh…..ay…ay…”- gime como una perra en celo mientras la follo, noto el temblor cuando se corre, yo acelero hasta que me sale toda la leche, me dejo caer sobre ella, satisfecho. La saco, sigue bastante dura consecuencias de la pastilla azul que me he tomado al principio de la noche. Es tan puta que hasta le gusta mi violencia y agresividad.

– “Desnúdate.”-ordeno mientras me quito el saco, la corbata, la camisa , los calcetines y los zapatos. La he montado sin quitarme la ropa.

Ella se para ante mí para desnudarse, lo hace despacio, como una puta que da el espectáculo. Cuando se quita el collar y levanta los brazos , sus dos melones se yerguen pidiendo guerra. El desabrocharse el corsé es como ver una serpiente jugando con su presa. Se pone de espaldas para quitarse la tanga y darme una visión de su conejo depilado y prieto, donde los labios más oscuros enmarcan la raja de su sucio coño.

– “¿Me dejo las medias?”- me pregunta entregada, sin dejar de mirar mi polla gorda y bastante dura

– “ ¿ Quieres que te la limpie”- Me vuelve a preguntar

– “Si, limpiála con la lengua , putita”-

Viene hasta la cama contoneando el cuerpo, los ojos negros repintados chispean de ganas de sexo, los labios rojos dejan ver sus dientes blancos de felina en celo.

Se tumba apoyando las tetas en mi pierna, me lame los huevos, después la polla. Deja caer saliva sobre la verga y la agarra tirando de la piel hacia abajo para que quede el cipote descubierto. Lo recorre con la punta de la lengua mientras me la menea. Se pone cada vez más dura, sus ojos fijos en los míos rezuman vicio. Me doy cuenta que la mano libre la está usando para hacerse una paja.

– “¿ Puedo montarte?, por favor, te lo suplico”-

– “ Montá, gata”-

No hay que repetir lo dos veces, se empala en mi tranca hasta lo mas profundo. Tengo toda la polla dentro, sus labios pegados a la base de la picha. Se queda quieta, cierra los ojos, concentrándose en la piedra que la penetra. Cuando los abre empieza a moverse despacio adelante y atrás. La tengo hasta la empuñadura, bien apretada en su vagina chorreante. Las tetas, dos melones en los que los pezones grandes, en punta, indican el grado de su excitación, se mueven elásticos. Me gusta verlos oscilar. Los acaricia con una mano, con la otra busca su clítoris que queda al descubierto al echarse hacia atrás. Ronronea mientras se toca y la cojo. Empujo rápido clavándome más y más.

– “¡ Qué gusto!. Tenerla dentro….que me rompa”-

Cada vez se toca más rápido, se aprieta lo pezones desesperada, ansiosa. Y empieza a levantarse y bajar como una posesa. Su vagina recorre arriba y abajo mi polla dura llevándola al sumun del placer. Sé que voy a estallar , le agarro de las caderas y la dejó quieta mientras culeo en los últimos movimientos antes de descargar mi semen.

– “ Asiiiiii…..quiero tu lecheeeeee”- barbotea mientras llega su orgasmo salvaje unido al culmen de mi explosión.

– “¡YEGUA !”- grito mientras la doy un azotazo en el culo.

Se baja agotada, se tumba a mi lado, me besa, me come la boca y mimosa, como una gatita, me susurra: – “Mañana, antes de dejar el hotel, me la pondrás detrás”-

-”¡ Qué puta eres !, Sandra te has pasado calentando a todos toda la noche y siempre quieres más!” –

-“Calla mi semental, que tú también has estado mirando a mi madre, ¿harías algo con ella?”

 

 

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