CAROLINA

Todo empezó a las diez de la noche.
Carolina era una muchacha de 20 años, morena, alta y delgada. Llevaba puesto un pijama blanco de seda. Estaba sentada en un sofá de la sala de estar de su casa dándole el pecho a su bebé. Llegó a casa Antonio, su suegro, un cincuentón moreno y espigado. Venía algo contento. Miró para las tetas de su nuera y para la leche que caía por la comisura de los labios de su nieto, y exclamó:

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Mi madre: leche para todos

Mi madre era el deseo de todos, sus tetazas daban leche para un cuartel. Allí se juntaron dos madres para sus pequeños, dando más que leche, amor filial, incesto, todo era poco para ella, era increíble hasta donde podían llegar con su calidez y ternura. Amor por todos los sitios, erecciones grandes y pequeñas de … Leer más