Raquel, la más inocente e ingenua de nuestras amiguitas ya conocidas como las universitarias, seguía curiosa por saber a la perfección todo este mundo de la masturbación. Perpleja y expectante, aturdida y empanada, atontada y agilipollada, Raquel aguardaba como el guepardo espera su presa, mirando silenciosa y con mucha hambre, pero que mucha hambre de sexo.
Dulce muñeca con tetas de infarto
Soy tu vecina la cachonda La que huele a sexo insatisfecho. La que tiene las domingas mas grandes y juguetonas de toda la comunidad. La que se roza contigo en el ascensor y te sonrie picarona. Buscame. Mis 120 recorrerán tu cuerpo. Mi boca encontrará tu sexo y te chupará hasta que digas basta. TE … Leer más