LA PULGA

Greta cumplía 18 años. Era mi hijastra, pero ¡Dios, que polvazo tenía! Habíamos celebrado su cumpleaños en casa con sus amigos y amigas. Ya se fueran todos a sus casas. Mi esposa se había pasado con el champán y estaba durmiendo la mona. Yo me fuera a mi despacho a preparar unos papeles. Llega Greta y me dice:
-Me pica ahí abajo, papa. Creo que se me ha metido una pulga en el chochito.

Leer más