LA CHACHA

Adriana, la chica de la limpieza estaba pasando un plumero a los a libros de una estantería de la oficina de mi padre. Era una morena, de 21 años colombiana, de bellas tetas y tremendo culo.
En su primer día de trabajo no iba a tener parada.
No se quien comprara aquel uniforme pero era tan corto que al estirarse y al agacharse dejaban ver sus bragas blancas.

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