El diablo conduce un BMW

Una infiel y sensual pecadora llega al lugar correcto para superar sus aflicciones..

El diablo conduce un BMW.

El padre Patrick despedía a media docena de devotos feligreses del curso de oración junto a Priscila, su rubia y joven asistente. “Sor Priscila” le decían por su beatitud y entrega en la iglesia. Era una bella parroquia, enclavada en un sector rico de la ciudad. El padre Patrick estaba orgulloso de las miradas y halagos que recibía de sus feligreses en sus dos décadas como párroco de aquel lugar.

Justamente, dos mujeres y sus maridos lo felicitaban por la mantención de la iglesia y la compra de un nuevo Cristo tallado, cuya tez blanca, hermosas facciones, y corona de espinas de oro serían la envidia de otros párrocos cuando un negro y lujoso automóvil, un BMW último modelo, se estacionó justo frente en el estacionamiento.

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Acabando el verano

Gays felacion

Hacía un poco menos de un año que Diego y yo éramos novios, conociéndonos en el instituto pese a que él era de un curso superior al mío. Tenía diecisiete, un año más que yo, y era el típico que daba el aspecto de ser bajito al ser muy anchote de espalda. Llamaba mucho la atención porque, además de su constitución fuerte, era de los pocos que ya se podía permitir dejarse un poco de barba, lo que hacía que uno se fijase todavía más en sus ojazos castaños claros. Por lo demás, fue cuestión de días que comenzásemos hablar en los recreos y nos volviésemos novios sin que nunca tuviésemos que decirle al otro que era gay.

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