Erick tuvo muchas aventuras con sus hermanas, aquí otra historia.Una noche de invierno estábamos mis Papás, mis hermanas Paty, Vicky y yo jugando un juego de mesa muy divertido que se llama â??unoâ?; la velada fue muy divertida en familia, pero mi Papá, a eso de la 1:00 a.m. empezó a bostezar y nos dijo que ya estaba muy cansado y se iba a dormir, mi Mamá se quedó un rato jugando con nosotros, pero como a los veinte minutos también se retiró; mis hermanas y yo nos vimos con cara de complicidad y unas risitas burlonas, pues vimos que era puro cuento de mis Papás para irse a dar un â??entreâ?. Unos minutos después de que mi Mamá se fue a su recámara, Paty nos hizo señas de que fuéramos a espiarlos, yo les dije en voz baja que no, que se darían cuenta, pero Paty nos dijo que ella ya sabía como espiarlos sin que lo notaran, que ya lo había hecho antes, así que por curiosidad la seguimos.
Contiguo al cuarto de mis Padres estaba el cuarto de lavado, Paty nos llevó ahí y entre los tres movimos la lavadora y vimos que la pared tenía un agujero; mi Papá había hecho ese agujero hacía tiempo para fijar algo ahí y pues ahí se quedó el agujero, el nunca tuvo la precaución de taparlo porque ahí estaba siempre la lavadora. Bueno, pues Paty se agachó a espiar por el agujero este y nos dijo que guardáramos silencio, así lo hicimos y alcanzamos a escuchar unos gemidos cortos a través de la pared y vi como Paty ahí asomada empezaba a tocarse su chochito y a excitarse; Vicky le susurró que se quitara, que nos dejara ver, Paty se movió y fue Vicky la que se hincó a ver a mis Papás haciendo el amor, yo, de solo escuchar los gemidos de mi Madre y los Pujidos de mi Padre ya estaba muy caliente, mi verga estaba parada y Paty se dio cuenta, se paró frente a mi y me plantó tremendo beso en la boca, mientras su mano tocaba el bulto que se adivinaba debajo de mi pantalón, Vicky mientras, se masturbaba viendo a nuestros padres.
Con una mano acaricié los senos de Paty y la otra bajó hasta sus nalgas, sobándole con mucha pasión. Mi mano que estaba en sus senos bajó hasta encontrar su clítoris por encima de su ropa, sentí como se estremecía con mis caricias sin dejar de besarme. Iba a desnudarla cuando Vicky se levantó y nos dijo: â??No, nos van a oírâ? y tenía razón, estábamos a un lado del cuarto de nuestros padres. Entonces solté a Paty y me incliné para atisbar por el agujero. Lo que vi me dejó pasmado, pues uno nunca se imagina a sus Padres haciendo el amor: Estaban de perfil; mi Madre estaba sentada a horcajadas sobre mi Padre, cabalgándolo y brincando arriba y abajo; yo nunca antes había visto a mi Madre desnuda y noté que aún se conservaba bastante bien, como era de tez blanca, usaba su cabello corto medio ensortijado y teñido de un color rubio cenizo, vi sus tetas aun firmes y redondas, su cintura breve de donde se agarraba mi Padre y sus caderas anchas tenían un par de nalgas fenomenales, sus piernas eran también anchas y bien formadas. Mi Padre tenía la ventaja de que siempre había sido delgado, aunque ya tenía una panza que lo hacía parecer lazo anudado de enmedio, pero aun así, se conservaba bien gracias al ejercicio por el tiempo que pasaban en el club los dos y él tenía el cabello entrecano siempre bien arreglado, pero en esa ocasión si ya estaba algo despeinado.
Mi Madre seguía brincando en él gimiendo, mientras él le susurraba algo así como: â??Así, mamacita, muévete así, que bien coges mamiâ?. Mi verga estaba a punto de estallar, cuando los vi levantarse de la cama y mi Madre se puso en cuatro patas; mi Papá se colocó atrás de ella y entonces vi que el miembro de mi Padre era bastante grande y grueso, nunca lo había visto y me imaginé que a mi Madre no le cabría; pero no hubo ese problema, ella lo recibió en su vagina sin ningún problema, es más, hasta se empujó para que la penetrara totalmente. Una vez que el se la metió, se movieron rítmicamente los dos, entrando y saliendo él de su panocha sin ninguna resistencia, mi Madre gemía y casi se puede decir que aullaba. Mientras mi Padre la embestía y su frente sudaba la gota gorda. Los vi venirse al mismo tiempo, mientras ella aullaba más fuerte de placer y se estremecía, él también se estremecía y se venía dentro de mi Madre. Vi como mi Papá sacó su pene flácido y escurriendo de la vagina de ella; en ese momento me volteé para avisarles a mis hermanas que ya habían acabado y entonces vi algo que nunca me imaginé: Paty y Vicky estaban semidesnudas, besándose en la boca y acariciándose cachondamente. Al ver esto, me sorprendí y me levanté rápidamente y sin fijarme tiré una cubeta que estaba junto a mí. Se escuchó tremendo escándalo, supongo que en toda la casa. Me asomé rápidamente por el agujero y vi que mi Papá se levantaba sobresaltado, y se ponía una bata; les advertí a mis hermanas que me miraban con cara de odio y rápidamente colocamos la lavadora y todo lo demás en su lugar; Vicky y yo salimos corriendo a la sala e hicimos como que seguíamos jugando â??unoâ?, mi Papá pasó pocos segundos después, dirigiéndose al cuarto de lavado; mientras pasaba, nos preguntó si no escuchamos algo y los dos le dijimos que no; se fue al cuarto y Vicky y yo lo seguimos. La puerta del cuarto de lavado estaba cerrada por dentro, mi Papá intentó abrirla y después tocó. Paty le gritó desde adentro que esperara un poco; luego abrió la puerta, escondiéndose atrás de ella; le dijo a mi Papá que Vicky la había manchado la blusa con refresco y que había ido a lavarla de una vez y que estaba sin blusa por eso no podía abrir. Mi Papá le preguntó por qué había escuchado ruido y ella contestó que se le había caído una cubeta, pero que todo estaba bien. Al parecer, mi Papá se tragó el cuento y le dijo que tuviera cuidado, se fue a su recámara y nos dijo que ya no nos desveláramos tanto (Ya ven como son los Papás) y que no hiciéramos ruido porque ellos ya estaban dormidos; Vicky y yo nos miramos con complicidad y nos sonreímos.
En cuanto mi Papá se fue, Paty salió del cuarto de lavado y nos fuimos a la sala los tres. Con todo ese relajo, se nos espantó lo caliente y como ninguno de los tres teníamos sueño decidimos seguir jugando. Después de dos partidas Vicky, que siempre era muy traviesa sugirió algo nuevo, dijo que por que no jugábamos de prendas, es decir, que aquel que perdiera la partida se fuera quitando una prenda; me pareció excitante y Paty y yo aceptamos aunque hacía bastante frío. Nos fuimos a la recámara de ellas y seguimos jugando y la cosa se empezó a poner buena, pues Vicky empezó a perder todas las partidas. Primero se quitó un suéter, después la muy tramposa se quitó la diadema ante nuestras protestas, luego los aretes, pero luego se tuvo que quitar la blusa; pero luego perdí yo y luego Paty; poco a poco empezamos a quedar sin ropa y entonces Paty sugirió que en las siguientes partidas el que perdiera se quitara la prenda pero aparte el que ganara la partida le impondría un castigo, de tal manera que cada vez nos excitábamos más.
Seguimos jugando y en la siguiente partida perdí yo, así que Paty, que fue la que ganó, me hizo ponerme de espaldas a ellas y cada una me dio una nalgada en cada nalga; la verdad es que me dolió bastante, tenían la manita pesada, pero luego gané yo y se me ocurrió un buen castigo para Vicky, que fue la que perdió; aparte de que se tuvo que quedar solo en pantaleta , pues ya se había quitado todo lo demás, le pedí que le lamiera el chocho a Paty durante cinco minutos. Paty, sin objetar nada, abrió las piernas y se acostó en la cama, se quitó la pantaleta y Vicky empezó a lengíŒetearle el clítoris; Paty gimió y agarró la cabeza de Vicky, disfrutando la mamada de mi hermana, esto me excitó tanto, que o e fijé en el tiempo que duró la chupada de Vicky y me pasé de los cinco minutos acordados, pero cuando vi que Paty estaba a punto de venirse, le dije a Vicky que se detuviera, esta última me reclamó por el tiempo, pero yo solo le sonreí. Seguimos jugando y los castigos cada vez estaban más cachondos, aparte, ya estábamos casi en cueros, bueno, Vicky ya estaba como dios la trajo al mundo y se veía que tenía mucho frío, pues sus pezones estaban erectos todo el tiempo y trataba de cubrirse con las manos y se abrazaba ella misma; como ya no tenía prendas, tuvo que cumplir dos castigos cada que perdía, por ejemplo, en una ocasión tuvo que salir así, desnuda al patio y estar ahí diez minutos y cuando regresó, tuvo que besarme las nalgas.
Paty y yo también quedamos desnudos totalmente y esto se puso tan candente, que ya no aguantamos más: En la última partida ganó Vicky y perdió Paty, por lo que la primera le puso de castigo a la segunda que saliera del cuarto desnuda, entrara al cuarto de mis Papás sin que se dieran cuenta y trajera unas esposas que Vicky había visto en el clóset de ellos un día que andaba de curiosa; Paty tuvo que salirse del cuarto a cumplir con su castigo y Vicky y yo quedamos solos: â??¿Qué hacemos mientras?â?y ella me dijo: â??¿Tu qué crees, tonto, porqué crees qué mande a Paty a algo en lo que se tardará tanto?â? y diciendo esto, me abrazó y me plantó un gran beso en la boca; nuestras lenguas empezaron a juguetear y mis manos a recorrer su cuerpo, ella bajó una mano hasta mi entrepierna y sobó mis huevos de una manera que casi me paraliza. Yo ya estaba a cien y bajé por su cuello, besándola toda, hasta sus senos hermosos; sentí como disfrutaba ella la caricia y bajé mi mano derecha hasta encontrar su clítoris; se lo masajeé y ella se estremeció con la caricia. Sin mediar palabras, nos acostamos en la cama, yo encima de ella y mi hermana abrió las piernas; sentí la humedad de su cueva y me enderecé un poco para colocar mi pene en la entrada de su vagina. Entré despacio en ella, gozando los rincones de su sexo y emitimos los dos gemidos de satisfacción, cuando la empalé toda, me quedé quieto un momento disfrutando de la entrega de Vicky hacia mi y entonces comenzamos a movernos en un frenético vaivén; la vagina de mi hermana me apretaba deliciosamente, duramos poco tiempo y ella empezó a gemir y a retorcerse con más fuerza, apretando cada vez más mi pene con su vagina y sus piernas, que estaban alrededor de mi cadera, me apretaban las nalgas cada vez más fuerte; hasta que con un gran gemido, Vicky se vino y casi al mismo tiempo, me vine dentro de ella con oleadas de placer. Rodé hacia un lado de ella en la cama y quedamos lado a lado boca arriba y agotados. Un momento después entró Paty a la recámara llevando en una mano las esposas que Vicky le había encomendado; al vernos tan agitados y sudorosos adivinó lo que había sucedido en su ausencia, por lo que nos reclamó por no haberla esperado. Vicky le dijo que se había tardado mucho y que como no teníamos nada que hacer, habíamos aprovechado el tiempo.
Paty se acercó a nosotros y nos dijo que jugáramos algo más divertido; propuso que jugáramos a la botella y que aquel que fuera señalado por la botella debería ser castigado, esposándolo a donde quisieran los otros dos y que éstos últimos le harían lo que quisieran durante 20 minutos, Vicky y yo estuvimos de acuerdo y comenzamos a jugar; nos pusimos en círculo los tres y Paty giró una botella de refresco que teníamos ahí. El primero en perder fui yo, la botella me señaló; así que Vicky propuso que me esposaran a la cama, Paty estuvo de acuerdo y yo me dejé llevar, me pareció excitante esta nueva experiencia.
Mis hermanas me esposaron a la cama, con los brazos arriba y Vicky le dijo algo al oído a Paty y las dos rieron, ellas se abrazaron y comenzaron a acariciarse cachondamente, yo, esposado como estaba, solo pude sentir como mi pene se levantaba de inmediato, ellas lo notaron, pero no se acercaron a mí, se siguieron acariciando y besando mientras yo les decía que se me acercaran. Paty me dijo: No, tu estás castigado, déjanos disfrutar. Al ver a mis hermanas comportándose como lesbianas mi excitación creció demasiado, ya no aguantaba las ganas de coger y entonces ellas se acercaron a mi, pero no fue lo que yo creía, se acostaron a un lado de mí, haciendo un 69 y chupándose cada una la panocha de la otra; les dije que no me hicieran sufrir así, que ya me hicieran caso, pero ellas estaban muy metidas en lo suyo, las dos gemían y se retorcían de placer, ante mi sufrimiento. Vi como Paty se estremecía y gemía con fuerza, al sentir el orgasmo que invadía su cuerpo; al poco tiempo, Vicky se estremeció igual y se vino con mucho placer. Como la situación ya me estaba molestando, les dije que si no me chupaban la verga o me dejaban cogerlas, entonces gritaría para que nuestros padres se dieran cuenta y fueran a la recámara. Mi amenaza solo sirvió para que ellas me pusieran un trapo en la boca y lo sellaran con cinta para que yo no gritara y después de hacer esto, las muy malvadas se vistieron, me dijo Vicky: â??Hermanito, no nos amenaces, que lo que sigue te va a gustar mucho, así que disfrútaloâ?. Antes de salir de la recámara, Paty puso música en el estéreo de ellas y las dos se retiraron. La música era medio cachonda, pero yo estaba solo, esposado a la cabecera de la cama y amordazado, solo pensé que mis hermanas estaban locas.
Un ratito después, entraron las dos, bailando sensualmente y haciendo strep-tease conmigo como espectador. Vicky dijo que yo tenía que calificar quien lo hacía mejor y que la ganadora me daría un premio; yo imaginé el premio, pero también confirmé que mis hermanas estaban locas. Claro que mi pene estaba super erecto y ya me dolían los huevos de las ganas de coger, pero ellas solo me excitaban y no me satisfacían en nada, la verdad es que Paty lo hacía mejor que Vicky; tenía un movimiento de caderas que al más parco lo hubiera excitado, aunque Vicky no lo hacía nada mal. Las dos se estaban desnudando delante de mí y yo sin poder hacer nada, maldita la hora en que acepté el maldito juego, me decía para mis adentros. Ellas siguieron bailando y desnudándose delante de mí gozando con mi sufrimiento; después sacaron unos dildos y los encendieron; las dos comenzaron a masturbarse con ellos y a acariciarse ellas mismas, sobándose las tetas y metiéndose los dildos en sus panochitas, yo estaba a punto de explotar, cuando Vicky se subió a la cama de un lado y Paty del otro, masturbándose y sobándose ellas mismas. Vicky me quitó la cinta y el trapo y me dijo que escogiera quien lo había hecho mejor. No sabía que decir, pero la verdad es que Paty lo había hecho mucho mejor, así que lo dije: Paty es la ganadora; Vicky se molestó y se salió de la recámara. Paty me dijo: â??ahora te voy a dar tu premioâ? y acercó su cara a mi verga, hizo a un lado sus cabellos y comenzó a chupar mi miembro erecto, proporcionándome mucho placer, la mamada que me dio fue fenomenal; me sentí en la gloria y después ella se enderezó, y abriendo las piernas, se sentó en mi verga, cabalgándome y haciéndome sentir un placer extraordinario, los dos gemimos de placer y ella subía y bajaba de mi pene con gran maestría. En eso estábamos cuando entró Vicky y nos dijo que ella también lo había hecho bien y que quería participar y sin esperar respuesta, se subió a la cama y se sentó en mi cara, poniendo su panocha justo encima de mi boca; yo no desaproveché la oportunidad y comencé a lamerle la vagina; su sabor era delicioso, sentí en mi lengua sus jugos vaginales y sus estremecimientos, como solo veía las nalgas de Vicky, me imaginé a mis hermanas trepadas en mí, acariciándose las tetas y jugando con sus lenguas; no duré mucho tiempo más y me vine en la panocha de Paty, mientras ella seguía brincando en mi, pero cuando se dio cuenta de que yo ya me había venido por mi pene flácido, se levantó y se colocó en cuatro patas delante de Vicky y le pidió que le metiera un dildo por la vagina; Vicky lo hizo y escuché de nuevo gemir a Paty. Vicky le metía el dildo a ella y al mismo tiempo me masturbaba, intentando levantar de nuevo mi verga dormida, la cual no tardó en reaccionar y de nuevo tuve una erección . Vicky se inclinó a chuparme la verga, dándome mucho placer, pues como ya te había contado, ella era una gran mamadora. No se como le hacía, porque mientras yo le chupaba la panocha a ella y ella me mamaba la verga, le metía el consolador a Paty haciéndola gozar también. De repente sentí como el orgasmo me llegaba de nuevo y al mismo tiempo como Vicky me apretaba con sus piernas, teniendo ella también un orgasmo y saliendo de su cueva mucho líquido vaginal; Paty también se vino y empezó a decir: â??¡Ah, pinche Vicky, como me haces gozar, ahhh, ahhh, ahhh!â?. Creo que Vicky se llevó las palmas, pues nos hizo venirnos a los tres y quedamos ahí rendidos. Paty me quitó las esposas y cada una de mis hermanas se acostó de cada lado, las abracé y nos quedamos profundamente dormidos.
Me tuve que parar temprano para que mis Papás no se dieran cuenta de lo que hicimos y me fui a mi cuarto, dejando a mis dos preciosas hermanas y amantes desnudas y dormidas, deseando volver a tener otras aventuras con ellas.