Estaba sola en casa un día más, pensando en él, mis tetas no son muy bonitas, pero a él le gustan. La verdad solo me importa su opinión, y si le gustan a él, con eso me vale. Entrada en años, con más experiencia que una adolescente, no pasa un minuto sin que piense en él.
Excitada como ahora me encuentro, mojada y cachonda, nuestras conversaciones son básicamente por teléfono. Sexo telefonico. Nuestras agitadas y ocupadas vidas nos imposibilitan vernos en directo, así que recurrimos a a linea erotica más cachonda, la mía. Nos ponemos calientes perdidos cuando nos escuchamos, mis tetas grandes se excitan, y mis pezones se endurecen hasta el punto que me hacen daño.
Mi coño se humedece, se abre, pido a gritos su pene enrabietado y gruñón, porque siempre pide más. Nos hemos visto en contadas ocasiones, y siempre el resultado es el mismo: follada y penetrada descomunal.