Mamada en lavabo lujoso a abuelo caliente

Me hise unas fotos aquella tarde, estaba pensando en él, porque dentro de una hora habíamos quedado en el parque donde la última vez. Esta vez me había duchado con mi gel y champú favorito, spalumi, olía muy bien, y decidí hacerme unas fotos.


Me encantaba mirarme, morena, madura y culona, apetitosa, «si fuera un hombre me gustaría follarte» me decía yo misma al espejo. Así que me vestí, me puse atractiva, sin entrar en detalles, pero lo justo para excitar a un hombre.
Él me estaba esperando en el parque donde habíamos quedado, era un hombre de más edad que yo, un hombre mayor, un abuelo por lo que vi la otra semana. Solo nos vimos una vez la semana pasada, ésta era la segunda vez, pero lo cierto es que ya tenía ganas de verlo.
Me pareció muy viril, él no me hiso nada, pero en un acercamiento ya noté el otro día, una erección muy poderosa, lo que me ha hecho quedar otra vez. Caliente como una perra buscando esa verga dura, o eso espero.
-Estás muy guapa.

Me dijo con voz segura y firme, me gustó escucharlo, le asentí, y dije:

– Qué quieres hacer?

Él ni medió palabra me hizo un gesto de ir a un sitio. Yo le seguí. Entramos en unas oficinas y me dijo este es el lugar donde he trabajado durante cuarenta años, todos me conocen, portero, empleados. Vengo aquí cuando quiero, es como mi segunda casa.
Eran unas oficinas lujosas, con su portero abajo, todo muy limpio y grande. Me gustó entra ahí. Luego agarramos el ascensor y subimos:

– a qué planta vamos?- le pregunté
– A la última.

Así que fuimos a la última, salimos del ascensor, y yo le seguía, en este momento, vi un icono , una señal de lavabos, me hizo entrar, eran unos servicios muy limpios y grandes. Entramos en el habilitado para discapacitados, y ahí, nada más entrar:
-Te gusta?

– Sí- le dije

Estaba caliente perdida:

-ven aquí.

Me hizo acercarme, y me agarró la mano y me la llevó hasta su verga desnuda, verga de un abuelo muy caliente, lo cierto es que estaba bien dura, como yo ya pensaba.

-Agáchate y ponte a mamar.

Yo ni dije nada, me arrodillé y empecé a chupar esa verga dura, no me cabía en la boca, la tenía del todo descapullada. Arrodillada, él me hizo sacar las tetas que tenía del vestido, me las sacó y me quedaron desnuda.
Chupaba y mamaba, y me mojaba, al hombre mayor le oía como respiraba más aceleredamente, sus huevos se encogían y expandían al ritmo de mis chupadas. Me empecé a tocar, así en cuclillas,porque estaba calentísima. Él me cogió la cabeza y me arremetía contra su verga, follándome la boca como un poseso. Le odía respirár mucho más fuerte. Le bajé del todo el pantalón me puse a acariciarle todo por detras, un culo algo flácido pero me excitaba, me incliné la cabeza para limpiarle bien los huevos, cuando noté ahí, una fuerte aún más si cabe, erección, el hombre jubilado estaba a punto de venirse en mí.
En ese momento, me cogió de la cara me puso enfrente de su verga, y derramó y descargó en mi cara dejando toda mi nariz y frente llena de leche. Tuvo la verga dura cinco minutos más todavía. Yo mojaba pero no corrida, fue increíble.

-nos volveremos a ver?

le pregunté ansiosa.

-Sí claro.

Y, ciertamente, nos volvimos a ver y quedar de nuevo. Pero eso ya será otra historia.