Málaga en el baúl de los recuerdos

El Peñón del Cuervo en Málaga, Nerja, Maro, Torrox y el Rincón del la Victoria y muchos lugares más, todos ellos en mi baúl de fotos pasadas. Qué bien sientan las vacaciones cuando estás todo el año encerrada en una oficina como es mi caso. Y al final, llegan las merecidas vacaciones.
Unos días libres que pude ir a playas nudistas, textiles y lugares antes no visitados, me fui con un amigo que es el que hace las fotos y nos lo pasamos genial. Pudimos visitar pueblos y nuevas localidades, además del hotel donde estuvimos, y apreciamos cada milímetro de esta maravillosa provincia o ciudad andaluza. Yo como es habitual, hago topless a las playas que acudo, y no es que sea una maravilla, pero los andaluces me «echaban» piropos. Menos mal que mi amigo, es solo eso, amigos y nada más, sin derecho a roce ni nada que se le parezca. De otro modo, creo que se hubiera puesto celoso.

Playas nudistas en Málaga para una madura española

Me puse bien morenita, tanto en las playas que llaman, qué nombre más feo, textiles, y en las otras, playas nudistas. Los senos se me doraron al séptimo día, ya que soy de origen más bien blanquita, pero enseguida cojo color. Y así pasaron los días y yo, pasándolo más y más bien. En el hotel me pude hacer fotos de lo más atrevidas, mostrando todo lo que en las playas malagueñas no pude enseñar. Frente al espejo y en mi camita, toda limpia y recién hecha. Me ponía encima sin ropa acalorada de tanta agua y sol. Aún lo puedo recordar. Aunque tengo que decir, que pude hacerme alguna foto desnuda al aire libre, en cuanto pude y la situación lo permitía. Ajena a los mirones de siempre.

Tengo una, en un riachuelo malagueño, que fue ponerme con el culo sobre el agua corriendo, y el gusto que sentí, eso, eso solo lo sé yo. Era como una pluma larga recorriéndome toda por dentro. Mi amigo me decía estás loca desnudarte ante mí y también a plena luz del día, una cosa es que sea gay y otra es que sea de piedra. Pero en efecto, era todo un manolito, o es ¿monolito?. Vamos, más de piedra que la estatua de Colón. Ni me tocó.
Las imágenes eran y son de lo más provocativas, me sentía toda una modelo de estar por casa, haciendo tonterías y riendo a la cámara mientras mis pequeñas tetas se balanceaban sin mi permiso. O a lo mejor, me retumbaba en la cama recién hecha por las kellys, y me echaba una foto desnuda por completo. Y me creía más desnuda que nunca, como la maja desnuda de Francisco de Goya.

Nunca olvidaré Málaga la Bella por dónde la quieras mirar

En definitiva, qué delicia poder abrir las piernas e inmortalizarme abierta y bien fresca sin miedo al qué dirán, como si fuera el primer día de todo, sin ropa y sin vergüenza. Un mecanoscrito del segundo origen (Un «Mecanoscrit del segon origen» libro de Manuel de Pedrolo con Alba y Dídac como únicos supervivientes). Y así, día tras día, pasaron las vacaciones de verano, y luego vuelta al trabajo como hoy. Que de nuevo tengo que hacer papeleos y cuentas para que todo cuadre a fin de mes.
Qué pesadez de monotonía y que gozada de vida loca. Esperando al veranito de nuevo.

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