Madre no hay más que una pero tetas dos. Segunda parte.

Mami española con hijo Quique, que le provoca en el mismo baño, mientras ella se ducha.

-¿No te ibas a la Universidad? ¿Ahora no dices nada? (Ver relato primera parte)

Era una especie de desafío maternal al que nunca me había enfrentado; mi madre desnuda, enfrente de mí, delante de mí, en la ducha y enjabonándose. Y cuestionándome si iba o no iba a la fábrica de parados.

Lo que sí tenía ya parado era otra cosa. Que yo le daré. Qué me importaría a mí, esa estulticia y centro absurdo de la universidad.

-Sí, ya me iba, pero con el espectáculo que tengo delante..

Dije para mí y para fuera, ella no dudó en contestarme:

-¿Qué? Te gusta lo que ves Quique, parece que no hayas visto una mujer nunca en pelotas. Una mami española con hijo es lo que deseas, ¿o no?

Mi madre con la confianza que caracteriza a quien te ha dado a luz, sobrepasaba todos los límites, estaba ante mí, con la inocencia de una niña y con la picardía de una mujer excitada.

-¿Se te han endurecido los pezones, o me parece a mí?- le dije al compás de su descaro, total, estábamos en familia, y en concreto, en pareja. Mi padre estaba trabajando y mis hermanitas en su colegio, aprendiendo a escribir y a hablar.

Mami española con hijo empalmado en el baño

-Se me han endurecido lo mismo que a ti, lo de abajo. Venga, hijo, que te he cambiado mil veces los pañales cuando eras un niño- comentaba de forma desinteresada mirando para las baldosas, las paredes de la ducha. Mentras se continuaba enjabonando. Y el agua le resbalaba por su ya más que mojado cuerpo y panocha.

-Sí, me los has cambiado, pero no de mayor, no sabes, cómo me estás poniendo, mamá.
-Cómo?- me dijo parando de enjabonarse y de moverse.

En ese instante comprendí que no era ya un juego inocente familiar, ese intercambio de impresiones había ido a más, demasiado lejos. El lugar donde yo quería, y el cual ella necesitaba. Era algo más que una simple charla inofensiva.

-¿Quieres Quique, que vayamos a mi habitación?

Todo cambió de color en ese momento. Como cuando el sol se va, y aparece una nube que nubla y ensombrece todo el skyline del barrio, pueblo o ciudad en el que estés. Como si alguien apagara y atenuara las luces, para dar rienda suelta a la fantasía más recóndita.

Mi madre desnuda me invita a ir a su cuarto

Antes de que hubiera terminado de decirlo la ayudé a salir de la ducha, como nunca lo hice antes; me dio la mano, no intercambiamos una sola palabra esta vez, y nos metimos en la habitación de mis padres; es decir, en la suya.

Mi pene había endurecido, y era más grande.

-Déjame que te toque aquí abajo una mami española con hijo esto no lo puede desperdiciar. Tu padre no está ni tus hermanitas, hijo, tengo ganas, de verdad.

Esta vez la vi mucho más insegura que nunca, pero más necesitada que siempre.

-¿Quieres tocármela, de verdad mamá?
-Sí, y no solo eso, quiero mamar.

Lo dejaré aquí, la palabra última me recordó lo que ella era de mí, mi mamá; así que la dejé hacer, dejé que lo hiciera, a sus anchas. Para eso era mi madre. (Ver Tercera parte)

mami española con hijo

mami española con hijo



Deja un comentario