Pilar solo veía una manera de poner fin a esta situación, hablaría con Jesús, su marido, era un hombre comprensivo y aunque al principio se enfadase estaba segura de que acabaría perdonandola.
Se oyó la puerta, era él, Pilar estaba en la cocina cuándo llegó.
– Hola querida ¿Qué haces?
– Preparándote la comida, estoy haciendo estofado, tu plato favorito.
Jesús se acercó a ella, le dió la vuelta y la agarró por el culo, la aprisionó contra la pared de la cocina para que notase su polla erecta.
– Mira como me pongo nada más verte, ¿Echamos un polvo rápido?
– No, Jesús, tenemos que hablar, es algo serio referido a Miguel.
– Vaya que ha hecho ese diablillo que es tan importante que no deja a sus padres follar.
Se sentó y esperó a que su mujer empezas e a hablar.
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– Hace un tiempo le pillé masturbándose, empezó Pilar.
– ¿Y eso es todo? Dijo Jesús sonriendo. Los hombres somos muy fogosos y nos masturbamos con frecuencia, hasta yo, pero siempre pensando en ti, por supuesto.
– Pues eso es lo malo, que nuestro hijo también lo hacía no sólo pensando en mi, sino delante de mí y mirándome el culo y las tetas.
– Vaya, eso es más serio, pero espero que se le pase, muchos hombres estamos enamorados de nuestra madre, complejo de Edipo se llama.
,- Si, dijo Pilar, pero yo quise acabar con ello por las bravas y…
– Me estás asustando Pilar.
– El me dijo que le encantaban mis tetas, que estaba obsesionado con ellas y decidí enseñárselas a ver si así las dismitificaba.
– ¿Que le enseñaste las tetas a Miguel? Dijo Jesús levantándose.
– Si, no te enfades por favor, él me las acarició y no se como me encontré haciéndole una paja al niño.
Jesús no dijo nada, estaba boquiabierto.
– Miguel aprovechó para chantajear me, siguió Pilar y me hacía de todo, me sobaba por todos los sitios, sobre todo las tetas, pero hace unos días se superó, llegó con su novia y me folló delante de ella.
Jesús no pudo contenerse más.
– O sea, que le enseñaste las tetas a nuestro hijo, le hiciste una paja y te lo follaste¿Y qué quieres ahora, que te perdone? ¡Me has puesto los cuernos con nuestro hijo!
– Yo no quería, de verdad.
– Pues habérmelo contado el primer día cuando le viste masturbarse y yo hubiera hablado con el.
,- Lo siento.
Jesús se levantó, fue hacía Pilar y le arrancó los botones de la blusa de un tirón, aparecieron sus tetas debajo del sujetador, se las sacó y empezó a golpearlas con las manos.
– Estás tetas de las que tú estabas tan orgullosa han arruinado nuestra familia.
– No Jesús, no, por favor.
– Si, Pilar,si.
Dió un estirazon a la falda y se la bajó junto a las bragas.
– Y este coño peludo que se mete cualquier cosa, hasta la polla de su hijo.
– Ahora te voy a follar en el suelo como a una perra.
La tumbó en el suelo sin miramientos y se la clavó de un solo empujón, empezando a follarsela con ansia.
En esto apareció Miguel, se asomó a la puerta y vio el espectáculo.
– ¿Qué hacéis? Dijo
– Nada, me estoy gollando a la perra de tu madre, cuando acabe te la puedes follar tu también, ya sé que lo has hecho.
– No Jesús, no digas eso, gimoteó Pilar.
– No papá, prefiero veros, dijo Miguel sacándose la polla y empezando a menearsela. Ya te dije mamá que no se lo contases a papá que se iba a enfadar.
Su padre se corrió violentamente dentro de Pilar y se retiró.
– Ahí la tienes, es toda tuya.
Follando a mama delante de su padre
Miguel se acercó a ella y le sobo las tetas, le puso la polla delante de su boca, pensaba follársela pero no quería meter su polla donde acababa de estar la de su padre, además se veía el semen rebosando.
– ¡Comemela, mamá?
Pilar empezó a Marsella mientras su hijo seguía con las tetas, se corrió dentro de su boca. Se retiró y vio como su madre chorreaba semen por arriba y por abajo.
Llegó su padre.
– Bueno, Pilar, te doy dos opciones o coges la maleta y te largas o te quedas en esta casa y eres nuestra puta, tú decides.
Pilar no dijo nada, a los pocos días salió de casa para no volver.
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