La isla de los placeres mortales (Enter the Dame) En 120.000 palabras

26/01/2018

Quiero exponer, si ustedes así me lo permiten, un relato que no encaja del todo como
fantasía erótica, aventuras, tampoco es del todo pornográfico, ni suficientemente «gore» para definirlo en su totalidad en estas categorías, por lo que haré un resumen, que de tener buena acogida, espero que me lo hagan saber, por lo extenso del relato les haré llegar los 3 primeros capítulos para publicar a futuro los otros diez de un total de 16, gracias.

Es una novela básicamente de aventuras, escrita en tercera persona, donde se mezcla la realidad con la fantasía llevada más allá del erotismo, donde las pasiones de sus personajes los hacen transgredir todo orden de normas legales, sociales, éticas y sobre todo morales en busca del sexo llevado a límites que solo pueden ser concebidos en sus mórbidas mentes. Aquí el placer sexual tanto en hombres como en mujeres está asociado primordialmente a disfrutarlo a través de la perversión, de la cual existen numerosas propensiones, respecto de las cuales, quien más quien menos, hacen de ellas ocultas fantasías que por razones evidentes la gran mayoría solamente se las puede imaginar, pero que jamás se atreverían a realizar, excepto como decíamos solo en sus mentes, en donde dentro de cada una de ellas se puede tener todo un mundo de placeres prohibidos y por cierto en todos, o al menos en su mayoría si los llevaran a cabo, estos serían totalmente condenables, por decir lo menos.
En esta sociedad todas estas últimas aprensiones son totalmente obviadas, pues se trata de que quienes comparten estos censurados gustos son de una ralea poco común. Para empezar al igual que muchos personajes lideres poseen la seguridad y la soberbia de sentirse por sobre el común de los demás, por otro lado, estas personas sienten total desprecio por el resto de la sociedad, seguros que esta existe para servirles y hacer uso de ella del modo que más les venga en ganas. Naturalmente que esta condición no se obtiene solo con las “cualidades” anteriormente mencionadas, si no que además deben detentar el poder; el cual les resulta fácil de obtener a quienes tienen estos “valores”; con las relaciones precisas, la política y sobre todo el dinero, no necesariamente en el mismo orden.
Ahora con la facilidad con que hoy en día se pueden interrelacionar las personas con gustos afines mediante el abanico de posibilidades que les ofrecen las nuevas tecnologías, no es extraño que estos se hayan contactados para satisfacer mejor sus anormalidades, manteniendo su privacidad y reserva, de tal forma de poder organizarse mediante sociedades como estas, para poder disfrutar sus abyectas fantasías, como son las de sadismo extremo, la cual es su tendencia predominante, que en la mayor de las veces incluye altas dosis de erotismo aportado por bellas y libertinas hembras quienes obviamente provienen de medios amorales y carentes de toda formación convencional, preparadas especialmente para satisfacer los desvaríos y demandas por más abyectas que estas sean, solicitadas por quienes integran esta siniestra sociedad, la que es protegida por los mismos inmorales miembros, que la conforman, actuando totalmente al margen de la ley, protegiendo naturalmente a cada uno de ellos y a las complacientes “damas” que ofrecen sus objetables y peculiares servicios.
Los miembros de esta sociedad se reúnen cada cierto tiempo en diferentes partes del mundo. En esta ocasión se reunirán en una isla del Mediterráneo, la cual es propiedad de un potentado varón apellidado Hermann y de la libertina Kim, quienes realizan en esta localidad unas reuniones en donde se realizan encarnizados enfrentamientos exclusivamente entre mujeres, con desenlaces usualmente fatales, además de otras actividades a fines, con similares cuotas de sexo e infamia.
A estas reuniones se les llama “Eventos”, los que se realizan al anochecer, dos por cada velada, “amenizados” por dos expertas luchadoras a quienes se les conoce como “Gatas” las que enfrentarán a dos disminuidas contrincantes, conocidas como “Ratas”. Por supuesto que no se trata de un evento deportivo, si no de un despiadado juego donde las “ratas” serán manifiestamente derrotadas por las superiores, soberbias y fieras “gatas” al término de un fingido, sufrido y letal combate.
Pierre es el encargado de reclutar por todo el mundo a las gladiadoras llamadas gatas, las que son ocho por evento, por otro lado Osman surte de mujeres que serán castigadas y torturadas por las primeras, el que “disfrutará” un público no mayor a seis personas, quienes luego podrán acordar una cita con una de estas sádicas abusadoras, capaces de ofrendar estas inhumanas exhibiciones con las que logran estimular su libido. Todo esto en medio de intrigas, crímenes e inconcebibles pasiones.

Etiquetas: ,

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *