Jovencito follando con una mujer madura y experimentada

No fue un buen día. Había comenzado a trabajar en la imprenta hace tan solo tres días y ya habían surgido problemas. El jefe del taller estaba acostumbrado a insultar y tratar mal a los operarios, por lo que al tener a un joven trabajador como nuevo empleado; quiso continuar su secuencia de desprecio y bajeza con la nueva contratación.
El joven comenzó a aprender el oficio desde muy chico, y había logrado dominar las artes gráficas de una manera impresionante, lo que sumado a la rebeldía habitual en un joven de casi 20 años; dio como resultado que se enfrentara al pedante jefe del taller.
Al oír la discusión, el dueño de la imprenta intervino para calmar los ánimos y averiguar el motivo de semejante alboroto. Una vez que oyó las exposiciones, estaba claro que su prepotente “guardián” exageraba su papel de protector y representante, pero también estaba claro que no podía dejar que un jovenzuelo pusiera en ridículo al servil jefe de taller, por lo que con desdén le dio una advertencia al intrépido y osado joven operario:
-Bueno, que sea la última vez que sucede esto, o de lo contrario tendré que despedirte!…
Esas palabras sonaron como una descarga fatal en los oídos del joven, y aunque necesitaba el trabajo, su osadía y espíritu rebelde lo obligaron a reaccionar de inmediato:
-Señor, no volverá a suceder, por que desde este momento dejo de trabajar en su imprenta; me voy!…
Ya de vuelta en casa, repasó lo sucedido y sintió un poco de remordimiento, ya que de verdad necesitaba el trabajo, el dinero era desesperadamente necesario para cubrir los gastos de sus estudios y a causa de su rebeldía se había quedado sin trabajo, de nada servia conocer bien su oficio si con su carácter estaría sometido a este tipo de situaciones constantemente.
Todos sus rasgos y características eran coincidentes, por fuera y por dentro; físicamente era un joven simpático, de estatura media y de complexión delgada, con ojos color café y un pelo suavemente rizado que había heredado de su madre. Quizás el carácter era algo que lo desequilibraba un poco, pero al mismo tiempo le servia de arma para mantener una actitud de dignidad y le diferenciaba de la mayoría de sus amigos y compañeros de trabajo. Quien sabe! Defecto o virtud; el tiempo lo dirá.
Pasaron los días y atento a los anuncios de los periódicos, encontró un aviso que indicaba que en una imprenta se requería los servicios de un operario, por lo que de inmediato se dirigió a la dirección que aparecía en el aviso. Al llegar a su destino fue recibido por la dueña de la imprenta; una viuda de aproximadamente 50 años que se conservaba muy bien y que presentaba un par de tetas de exorbitantes dimensiones, fue lo primero en lo que reparó nuestro intrépido joven operario.
-Buenos días señora, vengo por el aviso del periódico donde se indica que acá se necesita un operario.
-Ah! Es para mi hijo, pero en este momento no esta él; espera un poco que no tarda en llegar o si prefieres puedes regresar dentro de una media hora.
-Esperaré, de todos modos no tengo mas cosas que hacer por ahora.
-Bueno, pasa y siéntate acá.
La poca experiencia del muchacho le decía que era preferible esperar, puesto que podía suceder que se presentara otro interesado y le quitara la oportunidad de conseguir el trabajo.
Durante la espera no pudo evitar oír las risas y comentarios, provenientes de un ambiente próximo; que la dueña de la imprenta hacia con relación a la fiesta y jerga que la noche anterior habían tenido en compañía de su hermana menor, la tía, una trabajadora de la imprenta, el exmarido de esta última y otras personas que completaban el elenco de eróticas y sensuales relaciones de la exuberante viuda. Alcanzó a oír como ésta hacia alarde de los polvazos y mamadas que había experimentado la noche anterior con gran placer, y muy a pesar de la “Chilis”; que es el sobrenombre con que se conocía a la mencionada trabajadora de la imprenta, ya que los favores mencionados habían sido proporcionados por su exmarido. En el rostro de la “Chilis” se reflejaba un sentimiento de bronca que no pudo disimular.
Las risas y comentarios eróticos fueron interrumpidos por el rugir de un auto que se estacionaba al frente de la imprenta. Acto seguido se escuchó el abrir de las rejas que resguardaban la residencia donde se encontraba el taller y la casa de la viuda, la que con autoridad les ordenó a sus interlocutoras:
-Ya cállense; que ahí viene Rafael.
Rafael, el hijo de la viuda; entró al ambiente que servia de oficina de recepción de la imprenta y de inmediato fue informado de la presencia de un interesado por el trabajo ofrecido en el anuncio del periódico y que era el joven que se encontraba ahí.
-Hola, eres tú el interesado en el trabajo?
-Sí, vine por el anuncio del periódico.
-Veo que eres bastante joven y no sé si podrás hacer todo el trabajo que se necesita. Verás, yo estudio arquitectura en la Universidad Nacional y necesito algunos fondos adicionales a los que me da mi madre para solventar los gastos que tengo. Para eso he conseguido que el padre de mi novia me dé a mí todos los trabajos de impresión de estampas religiosas que se hacen y le solicitan en su librería. Eso significa que el que trabaje para mí, debe hacer todo lo relacionado con la impresión de las estampas; desde el armado de los moldes, hasta la impresión, empaquetación y envío, crees que puedes hacer todo eso?
-Sí, lo puedo hacer; he trabajado de cajista, de prensista, de encuadernador y cuando empecé a aprender el oficio, era el que empaquetaba los trabajos y los llevaba, así es que por ese lado no hay problema.
-Bueno, si dices que lo puedes hacer, creo que no hay mas que hablar, el trabajo es tuyo. Pero para estar seguro que contrato a la persona indicada, te pondré un mes de prueba y al final del tiempo estipulado, decidiremos si te quedas definitivamente o tengo que buscar otro que pueda hacerlo, te parece?
-Por mi no hay problema, el trabajo dirá si lo que hago es lo que Ud. necesita.
-OK! Entonces, manos a la obra; este es tu puesto de trabajo, acá tienes todo lo que necesitas y estas son las órdenes que tengo. Mañana me darán otras. Suerte!
El joven patrón parecía ser amable y de buen proceder. Físicamente era del tipo que vuelve locas a las chicas: ojos verde claro y de pelo rizado, alto, de complexión delgada y de tez blanca con un rostro bastante agradable, seguramente era todo lo que se llama un “bon-bon”.
De tal suerte nuestro joven operario había encontrado una nueva fuente de ingresos, los que necesitaba para un objetivo similar al del joven patrón: solventar sus estudios. Claro que los estudios de nuestro operario, momentaneamente se limitaban a la finalización del nivel de secundaria, el Bachillerato.
Sin pensarlo dos veces puso manos a la obra y comenzó a preparar los moldes de las estampas religiosas que lo mantendrían ocupado el tiempo que durase el trabajo en esa imprenta.
Paralelamente a la realización del trabajo, comenzó el ineludible proceso de establecer amistad con los compañeros de trabajo, entre los que se encontraba un tío paterno de Sergio, que es el nombre del héroe de nuestro relato. Al mismo tiempo, ellos lo ponían al tanto de los sucesos que ahí se suscitaban; las relaciones amorosas de el exmarido de la “Chilis” con la viuda propietaria de la imprenta, la insaciable pasión y erotismo de la viuda, el incontenible y no consumado deseo que tenía José por culearse a la “Chilis”, y otras cosas que con el tiempo fueron del conocimiento de Sergio.
Pero lo más interesante comenzó a desarrollarse cuando la “Chilis” se aparecía en el taller principal de la imprenta, ya que sus apariciones originaban los comentarios de todos, y desnudaban el objetivo que en verdad tenían; el de coquetear a nuestro joven operario.
La “Chilis” era una mujer de aproximadamente 36 años, estatura baja y complexión delgada, pero poseía unas tetas bastante grandes y bien paraditas que provocaban el deseo de chuparlas hasta dejarlas coloradas, además de tener unas nalgas redonditas y bien paraditas, en pocas palabras era una mujer que prometía placer a toda prueba. Su sobrenombre de “Chilis” se debía precisamente a su baja estatura y cuerpo delgado. Pero si algo se puede destacar en particular, es una sonrisa picarona y una mirada sensual que invita a soñar con ella en nuestras noches de deseo o de hacerse unas pajas a su salud, era una mujer deseable!
La reacción normal de los compañeros de Sergio al momento de las apariciones de la “Chilis”, eran los comentarios alternados de José, Dionicio y Miguel:
-Ya viene otra vez esta vieja, dejá en paz al muchacho!
-Si, es cierto, él esta pichón todavía; Ud. necesita alguien como yo!
-O como yo!, el muchacho se puede asustar si lo sigue coqueteando!
A lo que la “Chilis” contestaba con su característica risa picarona y ritmico vaiven de sus nalgas paraditas y preciosas tetas, exagerando un poco el movimiento cuando caminaba en dirección al taller.
-Ja, ja, ja…. Tienen bronca por que no les hago caso, yo soy mucha cosa para Uds. Además a mí me gustan pichoncitos e inexpertos para enseñarles muchas cosas y volverlos loquitos!
Los dardos iban y venían de un lado para el otro
-Mamasita, no sabes lo que te pierdes! Yo te voy a hacer feliz de verdad!
-Yo te puedo dar mas que José, además de hacerte feliz te voy a hacer gemir de gusto!
-Y yo todavía mas que Dionicio, te vas a morir del gusto!
-Ja, ja, ja…. eso quisieran!… además yo vine a darle un mensaje a José de Marta, no vine a coquetearle a Sergio como Uds. dicen.
Marta era la actual compañera de esporádicas relaciones sexuales de José, por lo que la “Chilis” se acercaba a éste para darle el mensaje que le había enviado. Una vez dado el mensaje, haciendo caso omiso de los comentarios de los demás, la “Chilis” se acercaba a Sergio para hablar de cualquier cosa, aprovechando de rato en rato hacerle insinuaciones, mostrarle los pechos que asomaban por su blusa o agacharse de cuando en vez para mostrar sus redondeadas nalgas, era un jueguito que había iniciado desde el primer día en que Sergio comenzó a trabajar en la imprenta.
Por su parte, Sergio tambien deseaba cogerse a la caliente hembra, y despues de cada faena no hacia otra cosa que pensar en como podía concretar su propósito, además que la “Chilis” daba claras muestras de querer coger con él, sería cuestión de tiempo…