Jesús y Javi eran amigos desde la infancia, sus padres trabajaban juntos y además los padres de Jesús eran los padrinos de bautizo de Javi, las familias eran más que amigos, estaban siempre juntos.
Ese día Jesús y Javi habían estado jugando al fútbol, era verano y estaban sudorosos por lo que decidieron ir a casa de Jesús a beber agua y lavarse un poco.
Jesús tenía 16 años y Javi 14, hacia poco que había empezado a fijarse en las mujeres, sobre todo en sus tetas, era lo que más le atraía de ellas y entre todas las mujeres se había fijado en las tetas de la que tenia más a mano, las tetas de Pilar, la madre de Jesús, eso le hacía sentirse mal, era la madre de su amigo y su madrina, pero no podía evitarlo, era verla y sus ojos se iban hacia sus pechos, eran unos pechos tópicos de una madre de tres hijos, grandes, pero no enormes y algo caídos, pero a Javi le tenían loco.
Además Pilar estaba todavía dando pecho a su hijo pequeño, lo que había permitido a Javi atisbar sus tetas, sabía cuándo le tocaba la toma al hijo y muchas veces se dejaba caer por su casa solo para poder ver de soslayo esas tetas.
Lo que sucedía después es que tenia que ir a hacerse una paja imaginándose que era él quien chupaba ese pezón.
Ese día llegaron a casa de Jesús, Javi miró el reloj y por la hora tuvo la esperanza de que Pilar estuviese amamantando a Miguel, lo que hizo que su polla se pusiese tiesa.
Jesús abrió la puerta.
– Hola mamá, ¿Donde estás?
– Estoy en el salón dando de comer a Miguel, ya acabo.
Ambos se dirigieron al salón en el momento en que Pilar retiraba la boca de Miguel de su pecho, Javi no se perdía detalle, se fijó en su pezón tieso, oscuro y grande y como maniobraba con su tetas para meterla dentro del sujetador.
Pilar se levantó con la blusa desabrochada y se dirigió a Javi, sin importarle llevar el sujetador a la vista, había confianza y no podía ni imaginar los deseos de Javi.
– Hola Javi ¿Qué tal? Le dijo devolviéndole el pelo.
– Muy bien, dijo Javi mirando el sujetador y las tetas de Pilar que estaban a escasos centímetros de sus ojos.
Pilar se separó de ellos y se abrochó la blusa, pero dejando a la vista el caballo se sus pechos, era verano y hacia calor.
– Vaya, veo que habéis estado corriendo, estáis sudorosos id a lavaros.
Javi se dirigió al servicio con lo que acababa de ver en su mente, tenía la polla tiesa, aparte de lavarse tenía que hacer algo más, era la primera vez que lo iba a hacer en casa de su madrina lo que lo hacía más excitante si cabe.
Javi entró en el cuarto de baño y lo que vio superó sus expectativas, Pilar había hecho colada y tenía colgadas encima de la bañera algunas prendas que no habían cogido en el tendedero, entre ellas un sujetador como el que Javi había visto hacia excasos minutos.
Sin saber muy bien lo que hacía lo cogió y se lo pasó por la nariz, estaba recién lavado con lo que solo olía a detergente, pero le dio igual, se sentó en la taza del váter, se bajó los pantalones y los calzoncillos y empezó a restregarse la polla con la prenda que había estado en contacto con las tetas de Pilar.
– Oh Pilar, gemía, quiero mandarte las tetas como Miguel Ángel, quiero chupar esos pezones y beberme tu leche caliente.
– Si Pilar, quiero tus tetas.
A la tercera o cuarta sacudida se corrió dentro del sujetador, tenía que limpiarlo, se dirigió al grifo de la bañera, pero en ese instante abrió la puerta su amigo Jesús y soltó el sujetador.
– Venga, Javi que yo también me tengo que lavar.
– Si, dijo Javi saliendo, vale, ya arreglaría lo del sujetador, o eso, al menos esperaba.
– ¿Te quedas a comer?, Preguntó Pilar,
– Bueno, dijo Javi.
– Vale, pues id poniendo la mesa mientras yo recojo la ropa.
Javi quiso que se le tragase la tierra en ese momento, ni sabía que hacer, si salir corriendo o quedarse a aguantar el rapapolvo, decidió hacer lo segundo.
Pilar entró en el baño, al ver el sujetador en la bañera pensó que se había caído se agachó a cogerlo y sus dedos tocaron una sustancia espesa y pegajosa, se sobresaltó, la miró y vio que era semen, no cabía duda, solo podía ser de una persona, vaya, pensó el Javi está echo un guarro, se sonrió y lo olió, su rajita se estremeció, negó con la cabeza alejando de si los malos pensamientos, dejó el sujetador en la bañera y salió del baño.
Se fue a la cocina, la mesa estaba puesta, miró a Javi que desvió la mirada y se puso rojo, no cabía duda la corrida era suya pensó Pilar.
Empezó a servir la comida, se había puesto una bata holgada.
Vaya pensó Javi, se acabó el espectáculo, está bata no le marca nada las tetas, parece un saco.
Sin embargo, Pilar, subsconscientemente empezó a inclinarse demasiado cuando le servía la comida a Javi, lo que hacía que la bata se echará hacia adelante, dejando que Javi se asomara a sus tetas, hasta Pilar se sorprendió con lo que estaba haciendo, pero pensó que le serviría de lección, incluso una vez le tocó el muslo y le preguntó si le estaba gustando la comida. Solo para cerciorarse que tenía una buena erección.
Que mala puta que soy pensó.
Terminaron de comer, Javi se despidió y se fue a su casa, Jesús se fue a su habitación a echarse la siesta y Pilar se quedó recogiendo la cocina, no podía quitar su pensamiento de lo que había sucedido.
Ella era una mujer fogosa, en la adolescencia se había masturbado con frecuencia, pero desde que conoció a su marido no le había hecho falta, el la satisfacía en todos los aspectos y nunca se le había pasado por el pensamiento engañarle.
Muy a su pesar se estaba poniendo cachonda, lo morboso de la situación y pensar que excitaba a un yogurin la estaba poniendo muy caliente, además eso no era engañar a nadie, era simplemente hacerse una paja, como tantas se había hecho en su adolescencia.
Fue al baño, recogió el sujetador que todavía tenía la jefa de Javi y se dirigió a su habitación. Se quitó la bata y las bragas, se tumbó en la cama y se sacó las tetas del sujetador, las tenía supersensibles después del parto, cogió el sujetador y se lo restregó por su chochito, el semen de Javi se pegó a sus pelos, metió el sujetador con rabia en su coño y con la otra mano pellizcó sus pezones, se masturbó con rabia, sentía la tela del sujetador en su chochito, su clítoris se impregnó de la lefa de Javi que se mezcló con su propio jugo y se estremeció de placer, dejando escapar un grito.
– ¿Te pasa algo mamá!, Preguntó Jesús desde la habitación de al lado.
– No hijo, ha sido una pesadilla, contestó Pilar, estremeciéndose de terror al pensar que su hijo la viese con esa facha, un sujetador entre las piernas y las tetas fuera.
Las cosas siguieron igual, Pilar notaba en muchas de sus prendas el paso de Javi por casa, el chico no tenía fin, en un principio vio que solía utilizar bragas y sujetadores, pero al cabo de un tiempo se fijó que habia un bello púbico en una de sus faldas, se sorprendió, nunca hubiera imaginado que hubiese hombres que se excitaran con una simple falda, además notó que era lo que más le ponía a su ahijado, un día que dejó en el baño una falda y un sujetador el chico se había restregando la polla por la falda, el sujetador simplemente lo olió, ¿Que como lo supo? Porque había empezado a expiarle, muchas veces se masturbaba viéndole a el hacer lo propio con su ropa.
Decidió hablar con su marido, a fin de cuentas él también había sido adolescente y a lo mejor podría explicarle el comportamiento de Javi.
– Cariño, dijo Pilar a su marido una noche que acababan de acostarse.
– Si, Pilar.
– ¿Has notado algo en Javi últimamente?
– No se, yo le veo la misma cara de bobo que siempre, dijo sonriendo.
– No seas tonto, es algo serio.
Jesús, ese era el nombre de su marido, como el de su hijo, se recostó y se puso sería.
– Bueno, si, he notado como te mira, pero tranquila, son cosas de la edad, ya se le pasará, seguro que le gustas y que daría cualquier cosa por tocarte éstas, dijo acariciándole los pechos por encima del camisón, todos los chicos de su edad están locos por las tetas. ¿Te ha hecho algo?
– No, tranquilo, pero es que no es sólo que me las coma con los ojos, hay algo más.
– ¿Si?
– No deja en paz mi ropa, en cuanto ve una prenda mía se restriega su polla en ella y me las deja perdidas, es un horror.
– Vaya con Javi es un cabron salido, pero no te preocupes, como te he dicho es algo normal que les pasa a todos los chicos a su edad.
– ¿A ti también?
– Si, por supuesto.
– ¿Y con quién?
– Con mi tía Eugenia dijo Jesús recordando su adolescencia.
– Vaya, pero si es una anciana.
– Si, pero por entonces tenía más o menos tu edad y era bastante parecida a ti, algo rolliza y con un buen par de tetas, las de pajas que me hecho pensando en ella, me inventaba posiciones inverosímiles, si lo hubiese sabido con lo santurrona que es se hubiese muerto.
– ¿Y usabas también su ropa?
– Ni, eso no se me ocurrió, pero en ocasiones me masturbaba delante de ella mirándole las tetas.
– ¡Cómo! Dijo Pilar asombrada.
– Pues así, contestó Jesús metiéndose una mano en el bolsillo del pantalón del pijama que llevaba puesto y empezando a acariciar con sus dedos su tiesa polla mientras miraba fijamente las tetas de su mujer tapadas por el camisón.
Pilar no creía lo que estaba viendo, vaya con los hombres que salidos que están.
– Venga, Pilar, ayúdame, mi tía nunca lo hizo pero tú si, enséñame tus tetas.
Pilar se desabrochó el camisón y sacó sus tetas por el escote, sin dejar de mirar cómo se tocaba su marido, éste se estremeció y en el pantalón del pijama apareció un manchurrón.
– No ves, Pilar, así lo hacía, pero esta vez ha sido mucho mejor viendo unas tetas al natural, ¿Tu crees que ella se daría cuenta?
– Pues no se, pero seguro que quién ponía el grito en el cielo era tu madre cuando tuviese que lavar tus calzoncillos llenos de semen, mira cómo has puesto el pijama, cerdo.
– Seguro que tus braguitas también están mojadas, dijo Jesús pasando su mano entre las piernas de su mujer por encima del camisón, estás empapada.
– Tienes razón, me has puesto a cien pensando en las guarradas que imaginabas con tu tía.
– Pues vamos a solucionarlo.
Jesús se bajó los pantalones y los calzoncillos, apareció su polla toda llena del semen de la corrida anterior, a Pillar no le importó y se la metió en la boca para limpiarla y que se pusiera tiesa de nuevo, nunca había probado el semen y su sabor no le resultó desagradable.
Cuando notó la polla de su marido dura se la sacó de la boca, se bajó las bragas y la dirigió a la entrada de su coño que estaba deseoso de recibirla.
– Venga, follame como si fuera tu tía.
– Si tia, te la voy a meter hasta las pelotas dijo Jesús empujando con fuerza hasta que sus huevos chocaron con el chocho de Pilar.
– Vamos sobrino, folla a tu tía, muévete.
– Si tía, si te voy a comer esas tetazas que tienes, dijo Jesús empezando a chupar el pezón de su mujer, pero cerrando los ojos para imaginar que era una teta de su tía.
– ¡Que tetas tienes, Eugenia qué tetas!
– Y tu que polla Jesusin, que pollón para lo joven que eres, me estás taladrando, venga sigue rápido no nos vaya a pillar tu tío.
Jesús aceleró las embestidas y se corrió apretando bien duro contra el coño de Pilar, descargó todo su semen dentro y no se salió de ella hasta que no le quedó ni una gota por echar. Sacó la polla y metió su cabeza entre las tetas de su mujer o de su tía, ya no sabía, pero estaba en la gloria.
– Menudo polvo, dijo Pilar al rato.
– Si, ha estado bien, ha tenido su morbo.
– ¿Tanto te gustaba tu tía?
– Me encantaba, hasta que apareciste tu y me diste lo que ella nunca me dio. Hubiese estado bien estrenarme con ella, hubiese sido el chico más feliz sobre la tierra, como Javi, supongo si se lo hiciera contigo y te echara un buen polvo.
– Me das miedo, Jesús, ¿Que estás planeando?
– Pues eso, nunca pensé que lo diría, que me gustaría que Javi te follara, además es nuestro ahijado y hay que enseñarle, añadió sonriendo.
– ¿Quieres ser un cornudo?
– Bueno, no exactamente estaba pensando en una especie de trío en el que yo aparecería para rematar la faena, solo de pensarlo me vuelvo loco, dijo mientras le enseñaba la polla a su mujer, otra vez dura.
– Vaya, dijo Pilar, pues si vas a estar así mientras lo planeamos voy a estar super contenta con esto para mí, que polla tiene mi maridin.
-Vamos a echar otro, Pilar y luego te cuento lo que he pensado, ponte de rodillas.
Pilar se puso de rodillas encima de la cama con las tetas colgando, Jesús se puso detrás de ella y le metió la polla, agarrándose a sus tetas.
– Así Pilar, así me gusta follarte es lo más, tu coño calentito y tus tetas en mis manos, con esos pezones duros y puntiagudos.
– Y a !i me encanta que me las sobes y sentirte dentro, venga, empieza.
Jesús empezó despacio y soltó las tetas de su mujer, le gustaba ver cómo se movían al ritmo de sus embestidas, aceleró todo lo posible y aquellas tetas eran la locura de un lado a otro, le pellizco los pezones antes de correrse y cuando lo hizo cayeron los dos encima de la cama, el sobre la espalda de su mujer, estaban exhaustos.
Poco a poco fueron ideando el plan, todo debería de suceder en la cocina,donde había un cuartito donde Jesús se podía meter para ver sin ser visto.
El día llegó, Pilar estaba muy nerviosa, iba a follar por primera vez con alguien que no era su marido y además era casi un niño, se sentía extraña, excitada y temerosa a la vez.
Se puso una camisa que le estaba estrecha, de antes de su último partido y dejó desabrochados un par de botones, justo para que se viera el canalillo, también se puso una falda plisada de cuadros, de estilo colegiala que sabía que le gustaba mucho a Javi, le llegaba a medio muslo y si se estiraba o se agachaba dejaba ver su culito. No se puso nada debajo, se miró en el espejo y el resultado le gustó, además la estrechez de la blusa hacía que se le marcaran los pezones, estaba vestida para excitar a cualquier hombre y por supuesto a su ahijado.
Cuando Jesús la vio lanzó un silbido de admiración, le agarró por detrás de las tetas como sopesandolas y la besó en el cuello.
– Hoy triunfas, mi amor, hasta a mí me la has puesto tiesa, llama a Javi y empecemos el espectáculo.
Llamó a Javi y le citó para media hora más tarde, diciéndole que le necesitaba para hacer un arreglo.
A la hora convenida sonó el timbre, Pilar se estiró la falda y Jesús después de darle un beso en la boca y un apretón en el culo se metió en el cuarto de la cocina dejando un espacio para ver lo que sucedía.
Pilar abrió la puerta.
– Hola, Javi.
– Hola, Pilar, dijo Javi sorprendido al ver como se había vestido su madrina, estaba más buena que nunca, se quedó mirándola un buen rato, la paja de después iba a ser memorable.
– Venga, pasa, no te quedes ahí, se ha fundido la luz de la cocina y tengo que cambiarla, pero estoy sola y necesito a alguien que me sujete la escalera.
Se dirigieron a la cocina, la escalera estaba situada debajo de la lámpara.
– Venga, Javi, sujetarla que me voy a subir.
– Si, venga, ya la tengo sujeta.
Pilar inició el ascenso y empezó a trastear en la lámpara, Javi miró hacia arriba y se quedó boquiabierto, Pilar no llevaba nada debajo de la falda, se le veía el culo y su coño peludo, Javi no creía lo que veía, era imposible que fuera un descuido, lo había hecho aposta.
– Venga, Javi, da la luz que ya he cambiado la bombilla.
Javi se dirigió al interruptor y lo pulsó, la bombilla se encendió, Pilar dió un gritito sobresaltada y saltó de la escalera, yendo a parar a los brazyde Javi, al que restregó las tetas por la cara, este la agarró fuerte del culo, como sin querer.
– Uh, menos mal que estabas aquí, si no me mato, dijo Pilar dándole un beso y sintiendo la polla de Miguel contra su pierna.
– Venga ya puedes soltarme, que no me voy a caer.
– Si, perdona, Pilar, dijo Javi ruborizándose.
– Venga, siéntate ahí que te voy a dar un refresco, te lo has ganado.
Javi se sentó y Pilar se agachó a buscar el refresco en la nevera, volviendo a enseñar el culo a Javi que no pudo más y se empezó a sobar la polla por encima del pantalón.
Pilar se dió la vuelta de repente y dirigió la vista a la entrepierna de Javi.
– ¿Se puede saber que haces?
– ¿Yo?, Nada.
– ¿Te estás sobando delante de mí?
Javi agachó la cabeza y no dijo nada.
– Hace tiempo que se que me miras las tetas, ¿Verdad?
Javi seguía sin hablar.
– Además también se que me pones la ropa perdida con tu semen, no gano para detergente, eres un guarro.
– Perdona, Pilar.
– ¿Tanto te gusto?
– Si, murmuró Javi.
Pilar se fue acercando y pasó la mano por encima del pantalón de Javi, tenía la polla durísima.
– ¿Que haces Pilar?
– ¿Te gustan mis tetas?.
– No se, no las he visto
Pilar empezó a desabrocharse la blusa y aparecieron sus pechos, ¿Que, te gustan?
– Si, son muy grandes.
Pilar le cogió las manos y las puso sobre sus tetas lo que hizo que sus pezones se pusiesen tiesos.
– Senté han puesto tiesos los pezones.
– Claro, Javi porque a una mujer le gusta que le toque las tetas un hombre y mira también nos corremos, aunque no tan descaradamente como vosotros, Pilar llevó una mano de Javi por debajo de su falda hasta ponerla sobre su coño, ves, estoy toda mojada porque tú me has puesto cachonda.
Pilar bajo los pantalones y los calzoncillos de Javi, apareció su polla tiesa.
– Vaya, tienes una buena polla, dijo y se la metió en la boca, desde que había probado el semen de su marido cada vez le gustaba más, le dio un par de chupadas y Javi se corrió dentro de ella.
– Perdona, Pilar.
– No pasa nada, cariño la próxima vez seguro que aguantas más, ahora tienes que quitarle la calentura a mi rajitas, ¿Estás dispuesto?
– Si Pilar,si, dijo Javi que tenía otra vez la polla tiesa.
Jesús entretanto no creía lo que veía, su mujer era más puta de lo que él pensaba, como le había comido la polla a Javi y ahora se lo iba a follar, le había puesto a cien, pero tenía que aguantarse para la aparición final.
Pilar ya se había subido la falda, Javi se la sujetó para que no se bajará, mientras ella le cogía la polla para introducirla en su coño, se sentó sobre él y empezó a subir y bajar rítmicamente, despacio, quería que Javi ni se corriera demasiado pronto, que disfrutara esta primera vez.
– ¿Te gusta, amor?
– Si, Pilar, me encanta,dijo Javi que empezó a chupar un pezón de la teta de Pilar.
– Chupamela bien, como si estuvieses mamando, sácame la leche de la teta, como Miguel.
Javi succionó el pezón y se llenó la boca de leche, que rica estaba, ni podía más se iba a correr.
– Me corro, Pilar, me corro, gritó.
– Yo también, Javi, esa chupada de tetas me ha vuelto loca.
En el momento en que Javi se corría dentro de Pilar, apareció Jesús, Javi ni sabía dónde meterse, pero estaba debajo de Pilar y no podía moverse.
– Hombre, Javi, ya veo que has cumplido tu sueño, te estás follando a mi mujer, ¿Te ha gustado?
Javi, no sabía que decir, ni podía argumentar que no era lo que parecía, todavía tenía su polla dentro del coño de Pilar y está estaba desnuda encima de él, con las tetas en su cara.
– Seguro que sí, que te ha gustado, a mí me ha encantado, para ser la primera vez lo has hecho muy bien y Pilar también se ha esmerado, queríamos que no olvidarás este día, a fin de cuentas somos tus padrinos y tenemos que enseñarte, pero ahora me gustaría gozar también a mi, he estado todo el tiempo ahí metido, viendoos y tengo unas ganas de follar locas, pero antes le quiero enseñar al ahijado otra manera de usar tus maravillosas tetas.
– Vale, dijo Pilar, pero vámonos al cuarto de estar,cesta silla es muy incómoda.
Los tres salieron, el cuarto de estar era una sala contigua a la cocina donde había un sofá y una mesa redonda, aparte de unas cuantas sillas.
Pilar fue directa al sofá, se sentó con las piernas bien abiertas lo que hacía que su coño lo estuviera también, Javi no quitaba los ojos de ese chochito, por fin había estado dentro de él, estaba siendo un día maravilloso, un estreno a lo grande, ahora estaba intrigado con lo que Jesús iba a hacer con las tetas de Pilar.
Jesús se acercó a Pilar y le agarró las tetas, puso su polla entre ellas y apretó fuerte, iniciando un suave movimiento arriba y abajo.
Vaya, pensó Javi, esto es fantástico follarse las tetas de su madrina, no quitaba ojo, eso se lo tenía que hacer él.
Jesús seguía restregando su polla entre las tetas de Pilar que aprovechaba para darle lenguetazos cada vez que la tenía a su alcance, estaba disfrutando como nunca con dos pollas para ella sola, la fulana que anidaba dentro de ella había salido a la luz.
– Venga, Jesús aprietame bien las tetas y córrete en mi cara.
– Vaya, Pilar,estás desconocida, ¿Tu sabías que tú madrina era tan puta, Javi?
– No, pero me encanta, dijo este sonriendo y lo que le estás haciendo se lo tengo que hacer yo algún día.
– Si, Javi, si, estoy deseando tener tu polla entre mis tetas, contestó Pilar fuera de sí.
En ese momento Jesús se corrió, toda su lefa cayó en la cara de Pilar que se la restregó por la cara y por sus pechos.
Jesús se levantó y se apartó de su mujer, la historia se le había ido de las manos, él quería que Pilar follara con Javi, pero un solo día, no quería que se convirtiera en algo habitual, porque estaba seguro de que si empezaba con Javi luego vendrían muchos otros y no quería ser un cornudo.
– Bueno, Javi, dijo Jesús, yo creo que por hoy ya está bien, ¿No? Hemos hecho esto para que satsfacieras tus deseos y lo has hecho.
– Si, contestó Javi que se había quedado con ganas de más, un último polvo a Pilar estaría bien.
– ¿Y yo no tengo nada que decir?, Dijo Pilar.
Ambos hombres la miraron, Javi esperanzado y Jesús con el miedo en el cuerpo.
– Quiero follar con los dos a la vez, dijo ésta, tener vuestras dos pollas a mi disposición.
– Yo estoy dispuesto, dijo Javi inmediatamente.
– No se…, Empezó Jesús.
– Esto ha sido idea tuya, dijo Pilar y ahora tienes que cargar con las consecuencias,byo era feliz follando solo contigo, pero ahora he descubierto un mundo nuevo y quiero más, quiero follar con mi marido y con mi ahijado a la vez.
– Bueno, dijo Jesús agachando la cabeza.
Pilar se levantó y agarró las pollas de los dos hombres, un par de sacudidas y la de Javi estaba otra vez lista, a Jesús le costó algo más, estaba confuso.
Pilar se acercó a la mesa, se apoyó en ella y abrió las piernas, sus tetas reposaban sobre el tablero.
– Venga, que empiece el primero.
Javi se acercó por detrás, dirigió su polla al conejo de su madrina y se la metió hasta el fondo.
– Dios, Javi, que gusto.
Javi se echó sobre ella y la empezó a follar, oh, Pilar, Pilar, Pilar.
– Si, si,si decía ésta al ritmo de los empujones de su ahijado.
– Pilar, que puta que eres, Pilar, cacho puta, todo este tiempo reprimiendome y estabas deseando que te follara.
– Si, Javi, si, sigue, sigue.
– No puedo más, me corro, me corro. Javi echó toda su lefa en el coño de Pilar y se retiró, está se levantó y miró a su alrededor.
Jesús abrumado había desaparecido.