Fiesta de fin de Curso 2

Alberto me llevo al parque y todo estaba completamente solo, nos sentamos en una de las bancas a fumar mientras el frío de la brisa nos hacía temblar de vez en cuando, él se quitó la chaqueta y la puso sobre mi espalda, nuevamente me abrazo preguntándome por qué lloraba, no sabía de qué forma explicarle mis celos casi que enfermizos por alguien que al parecer no se daba ni por enterado de toda la película que mi mente se hizo de amor con una persona que simplemente besaba a otra sin ningún reparo.

Se acerco mas a mi y puso su mano sobre mi hombro, me dijo – Antonio puedes confiar en mí, – entendí a qué se refería sin embargo no quise continuar con el discurso, pasamos un rato callados hasta que el sueño nos estaba venciendo, eran las 4 de la mañana y puse mi cabeza sobre sus piernas a lo que automáticamente me empezo a acariciar, me sentía nervioso, además de que empecé a sentir como su pene se ponia duro por debajo del pantalón, su calor y su olor me inundaba la mente, estaba todo nublado, hice algunos movimientos disimulados para sentir más el tamaño de su paquete, hubo un momento donde Alberto quería ir a orinar a lo que le dije que estábamos igual y caminamos hacia los matorrales del parque, nos hicimos a una distancia cercana escuchando como su chorro caía sobre el pasto y torpemente casi que no podía estar en pie, lo sostuve del hombro y no pude evitar mirar hacia abajo para observar el tamaño de su miembro, era con lo que yo fantaseaba, ya quería hacer real todo lo que he visto en las paginas de porno.

Alberto se percató de mi mirada, me pregunto en tono pícaro si me gustaba, no sabia que responderle, le dije que estábamos muy fumados y que ya era hora de volver a casa, me preguntó si podía ayudarle a cerrar la bragueta para podernos ir, me arrodillé y puse mi mano sobre su pantalón, sintiendo ese olor que me inundaba de nuevo y no aguante las ganas de probarlo con mis labios, empecé a chupar y mi boca se llenó de su sabor y de su tamaño, era realmente grande, mi pene mide 19cm pero el suyo era más grueso y de seguro un poco más largo o igual. Quería succionarlo todo, le desabroche el cinturón y le baje los pantalones, pude ver todo su tamaño con una capa de pelos que lo hacían ver más varonil y pase mi lengua desde el inicio hasta el final de su verga, seguí con sus guevos sudados de la fiesta, pero me sabían delicioso no podía parar de chupar, puse todo mi empeño en tragarmela toda, no quería que ese momento terminara, pero quería tener su leche y probarla.

Luego de mucho rato de estar arrodillado Alberto me pidió que me pusiera de pie y que le hiciera el baile que le simule en la fiesta, senti verguenza, pero despues de lo que ya había hecho no era algo relevante sentir alguna clase de pudor en ese momento, me acerque, le di la espalda, baje y subí sobre su miembro, me pidió que me quitara la ropa y lo volviera a hacer, me baje los pantalones a la rodilla e hice lo que me pidió, fue muy excitante sentir como pasaba por la mitad de mis nalgas, me sostuve de una rama y sentí como se agarraba su pene y me lo ponía ejerciendo presión para que entrara, no teniamos proteccion ni tampoco me encontraba preparado para perder mi virginidad ni tener sexo en ese momento, le explique pero no parecía entender. Me voltie y lo invite a quedarse en mi casa, ya que mis padre no estaban.

Fuimos camino a la casa y en medio de todo me confesó que siempre había admirado mi trasero y que en la fiesta mientras bailaba no pudo evitar mirarme, Alberto tiene novia pero quería experimentar ya que el curso había terminado, me dijo que yo era la única persona por la cual a sentido este tipo de deseo y que quiere que todo se mantenga en secreto, no supe que decir mas que quedarme callado, entramos y pasamos a la habitación, cayó boca arriba en la cama y empece a desnudarlo poco a poco, le desabotone su camisa, dejando al descubierto ese pecho trabajado por horas todos los días en el gimnasio con esa cadena que le adornaba su cuello, mi primera reacción fue lamerle sus tetillas, pasar mi lengua por esa montaña dura de su pecho, me excita pensar que de alguna forma me estoy aprovechando de su heterosexualidad al estar dormido, al mismo tiempo dirijo mi mano hacia su pene logrando tocar esa polla dura entre sus boxer, saco mi mano y procedo a bajarle sus pantalones dejándolo solamente en ropa interior, es demasiado sexy tener este hombre en la cama, así que comienzo a hacerle una paja sin quitarle su última prenda hasta que su verga se pone completamente dura, empiezo a besarla y morderla por encima, no aguanto las ganas de tenerla en mi boca y poco a poco de forma suave le bajo todo y la engullo lo mas que puedo hasta sacar lagrimas por mis ojos, no se cuanto tiempo lo estuve probando hasta que me dio toda su leche en mi boca, le puse nuevamente su ropa interior y dormí a su lado, lo que pasó al despertarnos se los cuento en un próximo relato.