Mi doctor Batablan, profesional y señorial, me había dicho que tenía que tomar más potasio, y también me decía que lo puedo encontrar en los plátanos, en las bananas. Y le dije perfecto, el plátano es mi fruta preferida, verde o madura me los como que ni un minuto me duran.
Y aquí estoy, con mi banana en la boca, como si fuera Cheeta de Tarzán o Mr. Tenny entrenado por Krusty el Payaso de los Simpson, adquiriendo todas esas ráfagas de potasio que tanta falta hacen a mi castigado cuerpo, de madura o milf cachonda, pero muy decidida a mejorar.
Alemana de nacimiento y caliente sin impedimento, mi esposo germano es el que me mete mano, y el que me da de comer el plátano. En otras fotos ya lo incluiré, pero ahora no se lo merece, salgo yo sola, porque lo valgo y porque lo soy, como viceroy.
Mis curvas han sido delicia de muchos jóvenes en mis tiempos mozos, y ahora, aunque ya no estoy tan fuerte ni prieta como antes, aún me gusta verme en las fotos. Me hago selfies ante el espejo y cada vez que los dos agujeros me veo, me enciendo como una moto, y me caliento más que el cenicero de un bingo; tanto, que hasta me pone cachonda verme. Es como si me despersonalizara y viera a otra mujer, ¿no seré lesbiana de mí misma?
Nunca he probado con otra mujer, siempre he estado con hombres pero cuando me veo, y ardo en mis rescoldos de barbacoa de Georgie Dan, solo con mi presencia, entonces pienso y siento, que me pueden gustar las mujeres.
Señoras adineradas o empobrecidas de barrios marginales, pero de tetas grandes y viciosas como yo, en bata y caseras mujeres de toda la vida. Una buena mature me pondrá mejor y quiero que me cure, esta falta de potasio, que noto en mis músculos, la tengo que recuperar hasta por las nalgas de mi culo quiero mejorar.
A cuatro patas en mi cama, agarro la fuerza necesaria para todo aquel que necesite verme en alguna foto más, solo tienen que comentar. Y las pondré en cuanto pueda. Una madura alemana.
